Paso a paso (Corregido)

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Los días pasaron y el fin de semana llegó, hoy es el dia que iremos al zoológico.

Estoy algo nervioso

Preparo el almuerzo para llevarlo con nosotros y le cortó algo de fruta a Sam, le pongo miel y yogurt, mi pequeño se sienta y desayunar mientras me dice lo emocionado que está por ir a ver los diferentes animales.

El timbre de la floreria suena cuando termino de acomodar el suéter de Sam.

-Vamos mami el señor León está abajo-dijo mi pequeño tomando su pequeña lonchera donde guarda sus juguetes favoritos

-No corras cielo, puedes caerte y recuerda tus modales-dije y beso su frente.

Lo dejo ir, tomo la canasta y mi bolso donde guardo todo lo que puedo necesitar para Sam o por alguna emergencia.

Bajo las escaleras y Sam ya está en brazos de Leo, quien escucha todo lo que con entusiasmo le cuenta Sam.

-Vaya compañero, eso es fantástico, y claro podrás hacerlo yo me encargo-dijo Leo hablando con Sam.

-Mami El señor León me dijo que podré tocar un pingüino-dijo mi hijo emocionado

-¿Que dices?, no le prometas cosas que no podrás cumplir-dije acercándome a ellos

Mi pequeño mira a Leonardo.

-Cariño yo cumplo mi palabra siempre, si el pequeño Sam quiere tocar a los pingüinos lo haremos-dijo Leo sonriendo.

-¡Lo ves mamá!-mi pequeño dio saltos emocionado.

Leonardo lo sube al auto y yo le doy la espalda mientras cierro la floreria.

-Estas muy hermoso ese color te sienta bien, y estos pantalones te quedan...perfectos-susurro en mi cuello, siento sus manos en mi cadera y su aliento cálido, mentolado en mi cuello.

Jadeo, involuntariamente empujó mis caderas un poco hacia atrás, ¿Que estoy haciendo?

-S-Sam..está en el auto, prometiste no hacer nada-susurro intentando que ningún otro ruido lujurioso salga de mis labios.

-Tu eres el que está empujando sus caderas hacia mi, parece que tu cuerpo es más honesto que tu boca y como amo tu boca-dijo ronco.

Me doy la vuelta y sus ojos me miran juguetones, su sonrisa de lobo me hace estremecer.

Si será, es un tramposo de lo peor.

-Vamos, Sam esta impaciente-le doy un pequeño besito y paso por su lado dejándolo alli sorprendido.

......~~~~~~.....~~~~......~~~~~~.....~

Al llegar al zoológico, me sorprendí, este es el zoológico de Élite, donde mantienen a los animales más exóticos y mejor cuidados del mundo, hay incluso animales en peligro de extinción aquí, es increíble.

Fuimos a la sección de animales del ártico.

Es como entrar por un túnel de luz ultravioleta, los cristales reflejan los paisajes del cautiverio tan similares a la vida salvaje, osos polares, pingüinos, focas y incluso algunos pocos animales de las profundidades del mar, es precioso.

Y ahora me doy cuenta que no solo Sam esta disfrutando de este paseo, yo también.

-Ven Sam-Leo le toma en brazos y yo lo miro curioso, en alerta por cualquier movimiento que haga.

Pero Leonardo me sorprende, no me deja atrás y toma mi mano, su tacto es cálido pero firme

Leonardo nos acerca a uno de los cuidadores que está explicando algo sobre los pingüinos.

-Disculpa soy Leonardo Foster Hok, llamé a la reservación y hable con el dueño del lugar por un favor, mi hijo quiere tener un poco de tiempo con los pingüinos-dijo Leo sonriendo.

Pero que....su hijo, como se atreve...yo..nosotros...no quiero que Sam se haga ilusiones.

Lo bueno es que esta tan distraído mirando a los pingüinos y con el ruido de la gente seguro no presto atención, pero hablaré claro con Leonardo

-Oh claro Señor Foster lo esperábamos, por aquí, su esposa también es bienvenida, le agradecemos por la generosidad de su donación-dijo el hombre.

Miro a Leonardo, sonrió y me roba un ligero beso para tomarme de la meno y caminar por donde lo guían, nos dieron guantes y unas chaquetas de frío, al parecer mantenían una temperatura realmente baja, para que los pingüinos estén cómodos.

-No debiste gastar, seguramente costó una fortuna-susurre apretando su mano.

Se acerca mi oído - Valdrá la pena, mira-dijo

Miro a Sam con el cuidador que le deja cargar un pingüino mi pequeño está tan emocionado, fascinado y feliz, mi corazón se llena de dicha.

-Lo vez valió cada cero de ese cheque, ahora deja de desprender esas deliciosas feromonas o daremos un buen espectáculo, aunque verte feliz me pone feliz-Toma mi cintura.

Fruncí el ceño-No debiste decirle que era tu hijo, Sam no es tu hijo-dije.

-Lo sé...pero podría ser mi hijo si te casas conmigo-dijo sonriendo.

-¿Que? ¡estas loco!-dije poniendo mis manos en su pecho para separarlo de mi pero es más fuerte.

-Ya verás serás mi esposa y yo tu esposo-dijo divertido y confiado

Dulce EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora