si sonries, pierdo.

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La mayoría de historias románticas empiezan con odio. Conozco un famoso dicho que dice "el odio lleva al amor" pero odiar es un sentimiento muy fuerte que requiere resentimiento y rencor. En esta maravillosa historia, reemplazare el odio con 《Apatia》si, ahora será 《la apatía conlleva al amor》.
Me considero una persona poco detallista, distraída y olvidadiza. Cuando me presentan a una persona, no significa que voy a retenerlas en mi memoria para recordarlas en el futuro. Pero ¿y si esa persona genera una gran primera impresión? ¿Si esa persona hace algo que me distrae y ese detalle queda por siempre en mi mente? Esas cosas son tan poco probables y sin embargo, sucedió. Recuerdo cuando lo vi por primera vez, lo estaban lanzando al aire para realizar un mortal, un mortal que terminó mal. Primero que todo debo aclarar otra rareza de esta historia.
Normalmente en las películas, las chicas porristas se enamoran de los futbolistas populares. Sin embargo, en esta historia una chica porrista, se enamoró de un chico porrista. Y si, ese chico porrista hizo un fail suficiente para ser mi distracción unos segundos que quedarían en mi mente para siempre.
Pero esa es tan solo la primera vez. Para mi desgracia tendría que verlo constantemente, él era el nuevo chico en el equipo y seríamos compañeros de entrenamiento por un largo tiempo.
Su presencia no me importaba, pero debo aceptar que me intimidaba. Aunque era el chico nuevo, tenía una basta experiencia, era todo un profesional y eso le daba autoridad para corregirme y enseñarme nuevas cosas. Aún no comprendo porque odiaba que se me acercara, me molestaba que me pusieran a entrenar con él y me aterraba la idea de cometer errores. De cierta manera no quería fallar frente a él y quedar como una tonta pero era "apatica" a él, no me importaba quien era, como era, cuales eras sus cualidades. No me importaba conocerlo.
No sé cómo todo cambió. No sé en qué momento decidí poner mis ojos en él. No sé cómo verlo sonreir se convirtió en algo tan adictivo. Si, verlo con esa sonrisa tierna y dulce, me hizo feliz. Desde entonces terminó la apatía y él comenzó a existir en mi mundo.
Esa sonrisa, esa jodida y maravillosa sonrisa. Esa es la culpable de iluminar los lugares y hacer que inmediatamente yo voltee a verlo.

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