Lo inexplicable

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Diane
Abrí mis ojos lentamente mientras estiraba cada parte de mi cuerpo, una sonrisa dibujaba mi rostro, estaba de muy buen humor. Me tenía que levantar, aunque quería seguir en mi cama, lo primero que hice fue ir al baño, me lave la cara, los dientes, luego una sirvienta me ayudó a ponerme mi vestido, era de un color beige, con sutiles detalles de encaje dorado y azul, la espalda era descubierta, era uno de mis vestidos favoritos y más hermosos que tengo, me hicieron un peinado simple, que consistía en un moño que quedaba por encima de mi nuca, y unos cabellos salían de mi rostro,  finalmente me a perfumé y salí de la habitación.
Caminaba por los pasillos enormes del castillo hasta que me encontré con Elizabeth.

-Hola Diane, buenos días- estaba algo desaliñada, tal vez recién se había levantado.

-Hola querida, cómo pasaste la noche- pregunté, ya que ayer elizabeth estaba con unos dolores en su pancita.

-Dormí muy poco ya que mi pequeño no dejaba de moverse, pero estoy bien-luego me miró con una sonrisa pícara- ¿y tú? Estas de muy buen humor, tal vez sea por el príncipe Hada que te ha vuelto toda una enamorada.

-Pp...pero que dices, claro que no, solo me me agradó estar con él, eso es todo- estaba con la mirada baja y muy sonrojada.

-Mm, ajá eso no te lo crees ni tu, debes estar feliz de que no se haya ido todavía, ya que los invité por dos semanas- No puede ser, dos semanas, tendré más tiempo para estar al lado de king... pero que dices Diane si no te gusta, ¿o si?

Luego le dije-Más tiempo para estar juntas- y con King... ¡No! Basta Diane, deja de pensar en él- Bueno, ahora vamos a desayunar, mi estómago necesita comida-

-Y que hay de mi, tengo que comer por mi hijo y por mi- se rió- bueno, querida vamos.

Y así bajamos al comedor, estaban todos los invitados, Arturo, las princesas de Istar, pero lo que me llamó la atención es que había un albino muy alto y sus ojos eran de un color rubí, también estaba un hombre musculoso, rubio con ojos de color amatista, no los había visto en la fiesta.

-Elizabeth, ¿quiénes son esos hombres?-le pregunté, me daba curiosidad, sí soy una persona bastante curiosa.

-Oh, mira- me señaló al albino- ese hombre de allá es el Conde de Verner, es el mejor amigo de Meliodas, ellos se conocieron en una misión el cual tenían que detener a unos bandidos que estaban haciendo disturbios por los pueblos cercanos, eso fue hace años... pero- se quedó pensando- el otro hombre no me parece conocido.

Nos acercamos al comedor, estaban todos los invitados, incluido King, no me quitaba la mirada de encima, me estaba poniendo nerviosa, seguí mi camino hasta que llegue a la mesa.

-Muy buenos días a todos-hice una reverencia y me senté al lado de Matrona.

-Bueno, ya que están todos aquí, me gustaría presentarles a los nuevos invitados que llegaron esta mañana- habló Meliodas, tal vez esperaron mucho porque recién me he levantado, pobrecitos. El esposo de mi amiga prosiguió hablando.

-El hombre de aquí-señaló al albino- es Ban, el Conde de Verner y mi mejor amigo.

-Mucho gusto a todos los presentes- se dirigió a nosotros, pero lo que noté es que no dejaba de mirar a la hermana de King, ¿será que... ?

-y él- ahora señaló al rubio de ojos morados- es el Conde Mishled, un viejo conocido- no se por qué razón note una incomodidad por parte de Meliodas al nombrarlo, que extraño, ¿por qué lo invitaría, si se nota que le molesta su presciencia?... bueno, todos saludamos a los "invitados" y luego nos dispusimos a desayunar. Estaba todo en silencio cuando el rey Gloxinia habla.

-Oigan muchachos,¿ ya le tienen un nombre al bebé?- dijo muy amistosamente, creo que no pudo con su curiosidad. Realmente yo también quería saber.
Elizabeth y Meliodas se miraron cómplices y respondieron.

-¡Tristán!- dijeron al unísono, ambos sonrieron, wow es un hermoso nombre.

-Que bien, es un nombre precioso- hablo Leonor muy entusiasmada, la madre de King, era de esas mujeres que transmitían confianza, además es muy adorable.

Me quedé pensando hasta que...- esperen, ¿Cómo saben que va a ser un niño?

-Querida, nosotros las hadas tenemos una habilidad para sentir la presencia de otro ser, identificamos su sexo, básicamente con nuestros poderes.- me respondió la reina Leonor.

-increíble habilidad- estaba incrédula,
cómo era eso posible.
Pasaron los minutos y terminamos de desayunar. Por mi parte me dirigía a un pequeño lago que atraviesa el Castillo, me puse a pensar sobre muchas cosas, como el coqueteo que tenían Elaine y el Conde, también sobre los increíbles poderes de las hadas, y por último, mi verdadera duda era sobre el hombre rubio misterioso, por qué había tanta tensión en la mesa, estaba tan distraída que no me di cuenta que alguien me estaba hablando...

-Princesa, ¿Diane, estás bien?- King me estaba hablando y me miraba con una sonrisa de boca cerrada-

-Eh... sí, solo estaba pensando en cosas que no tiene importancia- respondí, pero el prosiguió hablando.

-Bueno, parecías como en un trance, ¿segura que estás bien?- se preocupaba por mi, es tan considerado... sentí un cosquilleo en mi estómago, me empezaba a sonrojar.

-Sí, tranquilo- le sonreí y sujeté su mano- ¿y que te trae por aquí?- le pregunté.

-Oh, venía a hacerte una invitación... ¿te gustaría ir a pasear conmigo?- estaba muy nervioso, yo le sonreí y le dije.

-Por supuesto, príncipe Arlequín- lo miraba a los ojos, eran tan bellos.

-Entonces...¡vamos!-en un movimiento rápido me tomó de la cintura y me cargó al estilo nupcial

-¡King, espera que haces...!-y así él alzó vuelo, lo más rápido que pudo, yo estaba muy asustada, me aferré más a King, por temor a caerme,no quería abrir los ojos.

-Tranquila-se rió- abre los ojos, no tengas miedo, confía en mí...

Abrí lentamente mis párpados, y me encontré con algo inexplicable, era demasiado increíble, me sentía libre como si nada importara- ¡es bellísimo King!- estaba tan emocionada, el me miraba con su sonrisa encantadora, que irradiaba mucha ternura...Dios, estar en sus brazos es una sensación única, jamás me había sentido así con alguien ¿será que me estoy enamorando?, podría ser posible.

-Tenerte así, me hace sentir tan afortunado- dijo él.

-King yo...-quería responderle, pero King se detuvo en seco, mire a lo lejos y estaba Howzer, discutía con... ¿mi padre?

-Linda, ¿por qué tu padre está discutiendo con ese tipo?- mire a Arlequin, se notaba muy preocupado. bueno, aunque yo estaba peor, mis dudas crecían más y más.

-No tengo idea, King me harías el favor de bajar, para escuchar lo que dicen, por favor-éste me miró y respondió-por supuesto princesa.

Bajamos a un arbusto cercano a ellos y escuchábamos a lo lejos lo que decían, pero no se entendía mucho.

-Ven King, acerquémonos un poco más- nos adentramos más hacia el lugar y no pude creer lo que decían...











Oh por Dios, King y Diane se están conociendo mejor, que capítulo más romántico y con muchas preguntas...( pero bueno)
¡Holaa! Como están, tanto tiempo sin actualizar, pero aquí les tengo un nuevo capítulo, espero que lo hayan disfrutado
Los amo a tod@s, un besote, muak! <3

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