Capítulo 1

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Narración general

Los relámpagos y los truenos eran los protagonistas de la noche, la época de tormentas en la ciudad de Konoha había llegado.

Sus residentes, ya se encontraban acostumbrados a vivir estás tenebrosas noches, llenas de ruidos y efectos de sombras formados por la repentina luz de los relámpagos.

Aún así para los nuevos habitantes no era cosa fácil, él pequeño Shikadai Nara no lo pasaba bien.

Con menos de un año de vida ya odiaba las noches de tormentas, los fuertes estruendos producto de los truenos interrumpían su sueño.

Temari siguiendo su instinto maternal fue al cuarto de su hijo, ahí lo vió, el pequeño Nara intentando conciliar el sueño desesperadamente.

La rubia se derretía de ternura al ver a su bebé, agradecía que Shikamaru no estuviera, odiaba que la vieran tan amorosa, pero ¿cómo no hacerlo? si su hijo era lo más lindo que jamás hubiera soñado con tener en el mundo.

Ella mejor que nadie conocía a su hijo, lo tomó entre sus brazos y comenzó a arrullarlo a la vez que tarareaba la melodía de una canción de cuna.

Al final el sueño terminó por vencer al pequeño vago, Temari lo devolvió a su cuna y se retiró.

Ver a su hijo, tan pequeño y adorable la derretía aún más.

Luego aquél dolor volvió, ese dolor que se volvía insoportable.

Temari fue al baño y prendió la luz, ahí estaba la razón de su intenso dolor.

Su ojo se había hinchado aún más, se veía completamente morado por el golpe que le habían dado horas atrás.

Luego se quitó la parte superior de su pijama y ahí podía ver los demás golpes por sus brazos y su torso.

Al ver las marcas de los golpes, los moretones, algunos más grandes que otros, fue imposible no recordar.

"-¡eres una maldita perra!- la insultaron.

Acto seguido un puño se dirigió a su rostro golpeando su ojo izquierdo"

Temari sacudió la cabeza en señal de negación, tratando de no recordar nada de eso

Además notó pequeñas manchas de sangre en su ropa, algunas de sus heridas no eran solo moretones, algunas se abrieron un poco.

"Todo esto es por ti Shikamaru" pensó Temari.

Su mirada indicaba que no pensaba ir a algún centro de salud para tratar sus heridas.

Esa era una de las cualidades o defectos de Temari según se le vea, su enorme orgullo para aceptar la ayuda de alguien más.

Un rato pasó en lo que ella misma atendía sus heridas lo mejor que pudo.

Volvió a colocarse la parte superior de su pijama.

En ese instante cuándo Temari salía del baño la puerta principal de la casa se abrió.

-estoy en casa- fue todo lo que escuchó Temari.

Era obvio que se trataba de Shikamaru, había regresado de su trabajo finalmente.

La Sabaku No decidió esperarlo en su cuarto.

El Nara llegó al cuarto dónde ya compartía con Temari desde hace dos años, las luces estaban apagadas, aún así él sabía que Temari no estaba dormida.

-Temari- la llamó Shikamaru.

Ella fingió estar dormida, no le respondió y permanecía volteada para el lado contrario a dónde estaba el Nara.

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