Capítulo 4

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Narración general

Shikamaru observaba fijamente a Kankuro, el castaño hacía lo mismo, era un verdadero duelo de miradas.

Kankuro no podía creer la situación de engaño y mentiras que su hermana había vivido todos estos años.

—Te agradecería si te fueras pacíficamente de mí casa— dijo Shikamaru ya un poco más tranquilo.

El Sabaku No abrió los ojos más de lo común ¿lo estaba corriendo?

—¿Qué mierda estas diciendo Nara?— el castaño se negaba a abandonar a su hermana.

—Te estoy pidiendo de la manera más amable posible que te vayas de mí casa, ya le hiciste bastante daño a Temari el día de hoy, ella no quiere verlos— sentenció el Nara de forma tranquila pero firme.

—No pienso dejar que le sigas mintiendo a Temari, ella se viene conmigo de vuelta a Suna ya mismo— afirmó el castaño.

—Ella no quiere ir contigo, además espero que no olvides que soy policía y lo que estás haciendo es invasión a propiedad privada— el semblante de Shikamaru ya estaba mucho más serio e inclusive, ligeramente enojado.

Kankuro también estaba molesto, pero trató de mantener su temperamento y las ganas de golpear a su cuñado en la cara bajo control.

Luego de algunos segundos de mantenerse firmes en sus miradas Kankuro se retiró del lugar, no sin antes dedicarle a Shikamaru una última mirada cómo diciéndole "volveré por Temari" o por lo menos así lo entendió el Nara.

Una vez que Kankuro se fue, Shikamaru volvió a entrar a su casa, en el sillón estaba Temari esperando a su esposo.

—¿Y Kankuro?— preguntó ella un tanto ansiosa, lo que se platicó afuera la tenía un tanto nerviosa.

—Le dije que se fuera, le deje muy claro que no tenías ganas de verlo, al menos no por ahora.

Temari se acercó un poco más a Shikamaru, estar con él le daba aún más confianza de la que ya tenía en si misma.

Por acto reflejo ella lo abrazó y él correspondió el abrazo de su amada.

Shikamaru apego a Temari contra su pecho, ella podía escuchar el latir del corazón del Nara, de su Nara.

Esta era una de las muchas razones por las cuáles Temari se sentía la mujer más afortunada del mundo, para ella Shikamaru Nara era un hombre simplemente maravilloso, mentalmente estaba agradecida consigo misma, por la decisión que tomó hace ya varios años de compartir el resto de su vida con la de Shikamaru.

Cómo toda relación de pareja habían tenido sus peleas, sus diferencias y diversas pruebas pero, siempre triunfó su amor por sobre todo.

Mil oportunidades se le presentaron a Temari para tener varias aventuras con más de un hombre, más de una mujer se le había insinuado a Shikamaru para hacerlo pecar. Sin embargo, firmes a su amor, los dos siguieron siendo fieles al otro.

No sólo eran marido y mujer, eran amigos, novios, amantes y sobre todo, confidentes de una gran cantidad de secretos.

—Shikadai ya esta dormido— comentó Temari luego de un rato de estar abrazados.

—Me hubiera encantado darle las buenas noches— dijo Shikamaru por reflejo, ya sabia la rutina de acciones de Shikadai de memoria.

Temari se sonrojo un poco, eso sin duda llamó la atención de Shikamaru ya que era una reacción poco común en ella.

—Lo decía ya que ahora podemos pasar algo de tiempo de pareja, hace bastante que no pasamos tiempo juntos— dijo Temari provocando un sonrojo en Shikamaru también.

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