Aquella noche no era como cualquier otra. Salí de trabajar antes gracias a las horas extras que hice otros días, aunque me dije a mi misma que no iba a desperdiciarlas éste sin duda era un buen uso. Llevaba meses sin follar pero eso se iba a acabar hoy, estaba segura esta vez. Sexo y nada más. Acabo de salir de una relación y lo que menos necesito ahora mismo son complicaciones, aunque bueno, han pasado once meses casi, pero nunca es tarde. Estaba tan segura de que iba a ser sexo que me depilé entera, pese a la pereza que me daba y me puse mi mejor vestido; uno rojo ceñido y muy pegado al cuerpo, para que se note la figura que estuve trabajando estos últimos once meses. Ya sabéis ''El cuerpo de la venganza''.
Había quedado sobre las nueve con Manu, un chico encantador que conocí en Tinder al que le deje claro desde el principio que mi único interés era meterme una polla, nada romántico ni duradero. Como antes dije, lo que menos necesito ahora mismo son ataduras.
Me puse mis tacones después de terminar de ponerme el fijador para el maquillaje y me fui de casa. Abandoné mi casa no sin antes echarme un vistazo al espejo. Llevaba semanas pensando en este momento, en cómo acabaría abierta de patas en mi cama y en cómo cabalgaría esa polla. No pido tanto en esta vida.
Salí de casa corriendo y conduje en silencio hasta el local en el que habíamos quedado. Le dije que no buscaba pasar toda la noche ahí así que le propuse ir a uno cercano a mi casa. Aparqué delante del bar y me bajé nerviosa. Miré la hora de reojo ''21:13'', la puntualidad nunca fue mi fuerte. Miré descaradamente a toda la gente en busca de una cara conocida, pero no estaba ahí.
-¿Ana? -Escuché detrás de mí. Me giré asustada y vi que era él. Un chico moreno de metro ochenta y ojos castaños, bastante guapo pero eso no era de mi interés. Le dI dos besos y me presenté. El olor de su perfume invadió mis fosas nasales al instante, bastante agradable. Me fijé en el aro que tenía por pendiente en su oreja derecha.
-¿Por qué no entramos? -Musité y le sonreí. Me sonrió de vuelta y me indicó con la mano que yo fuese primera. Genial, contempla mi culo, pronto lo tendrás encima de la cara.
Nos sentamos en una mesa apartada de las demás. Más intimidad.
-Dos de Jack Daniel's y Redbull, por favor. -Dijo Manu al camarero.
-¿Y si yo no quería tomar whisky? -Pregunté en cuanto se fue el camarero. Él se rio y me miró fijamente.
-Tienes pinta de tomar eso. -Mi barra de cabreo aumentó por momentos pero conseguí calmarme antes de tirarle la mesa en la cabeza. Piensa en su pollon Ana. Piensa en su pollon.
-¿Haces mucho esto? -Pregunté mirando sus ojos. Hizo una mueca rara y sonrió de lado.
-¿Hacer el gilipollas o quedar con chicas desesperadas que quieren comerme la polla? -Preguntó mirándome fijamente a los ojos. Gemí por la sorpresa. Menudo capullo. Sentí como su mano pasaba por mi pierna subiéndome el vestido poco a poco. -shhh- musitó. Yo cedí con gusto. Me gustaba por donde iban los tiros. Juguemos entonces. Me quité el zapato y disimuladamente empecé a rozar su paquete con mi pie. Vi como cerraba los ojos lentamente. Disfruta.
El camarero apareció con las bebidas y yo torpemente intenté quitar mi pie de su entrepierna pero él me la agarró y la puso de vuelta donde estaba. En cuanto se fue le vi sonriendo y echó una carcajada ronca.
-Parecemos adolescentes jugando a esto -Dijo con una sonrisa en la boca. La verdad es que no lo estaba escuchando, tan solo me imaginaba su boca en mi coño. -¿Por qué no pasamos a cosas más serias? -Después de decir eso se levantó y se fue en dirección al baño. Empieza lo bueno.
Me puse el tacón de vuelta y me levante como pude. No la cagues Ana. Follatelo.
Entré al baño y ahí lo vi, apoyado contra la pared con su rabo duro en la mano. Dios. Me acerqué y empecé a besarlo mientras lo masturbaba lentamente. Él gemía de forma casi inaudible. Me cogió del culo y me llevó a uno de los baños privados para luego cerrar la puerta con una patada. Me sentó sobre la tapa del váter y empezó a comer mi coño, lamiendolo entero, de arriba a abajo. Le agarré del pelo y tiré de él para que continuase. Metió dos dedos en mi boca que succioné sin pensarlo para luego meterlos por mi centro mientras su lengua recorría mi clítoris y lo succionaba. Era la maldita gloria.
Alguien entró al baño así que me tapó la boca porque estaba gimiendo sin darme cuenta.
-Para que te mantengas calladita -Dijo metiendo su rabo en mi boca. Lo succioné lentamente mientras él iba metiendo y sacando su polla de mi boca. Coloqué mis manos sobre su culo indicando que me folle la boca más rápido. Sonrió y aceleró con sus movimientos. En cuanto se fue la persona del baño me cogió y me apoyó en la pared con mis piernas sobre sus hombros para seguir comiendo mi coño. Me bajó y me la metió sin previo aviso, por lo cual no pude evitar soltar un gemido. Se sentía tan... mojada.
Ahí estaba yo, con mi culo sobre sus brazos mientras me follaba como si no pesase nada, iba subiendo y bajando sobre su rabo cada vez más rápido llevándome a otro maldito paraíso. Se sentó sobre la tapa conmigo encima y le cabalgué bien mientras le miraba a la cara. Tenía los ojos cerrados y la respiración muy acelerada. Cuando estuvo a nada de correrse me cogió y me levantó un poco dejando espacio para poder follarme como él quería, rápido y fuerte para acabar corriendose dentro de mi. Sentía aquel calor que me llenaba tanto. Bendito Tinder.
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Subiré la parte II cuando esto tenga más vida, asi que darle fav
Por cierto, estoy pensando en hacer un hilo de historia sobre este relato o quizás una historia aparte. ¿Qué opinan?
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Relatos Eróticos [+18]
RandomAquí encontrarás los pensamientos y fantasías más oscuras que tengo. Espero que las disfrutes de un modo similar a mí. Todos los derechos reservados. Prohibida la copia y/o adaptación del siguiente contenido.