Encuentro destinado.

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Wei WuXian sabe mejor que nadie, que la espera es la peor tortura que puede haber, incluso para las cosas más simples; esperar por tu comida en la cafetería cuando estás muriendo de hambre y tienes poco tiempo, esperar en medio del tráfico, cuando te estás quedando sin tiempo y sabes que tu jefe se enfadara porque llegas tarde nuevamente, esperar minutos, horas, días, semanas, meses, años, incluso siglos o milenios, con la única esperanza de algún día volver a ver a tu ser amado.

La vida de Wei WuXian es realmente aburrida y solitaria, ha vivido por tanto tiempo que ya nada le importa, nada le preocupa, esta vez no tiene padres ni hermanos de los cuales preocuparse, tampoco tiene una reputación que mantener, ni mucho menos... un esposo a quien venerar.

Desde hace demasiado tiempo, incluso más del que le gustaría poder recordar, él solo ha sobrevivido gracias a la compañía de Chenqing y de WangJi, el precioso Giqin de su amado esposo.

Cada mañana antes de salir de casa, Wei WuXian guarda cuidadosamente ambos bellos instrumentos en un fino y delicado estuche de piel de color negro, el cuál mando hacer especialmente para proteger sus más valiosos tesoros de cualquier eventualidad.

El trabajo de Wei WuXian no es complicado, hace algunos años, abrió un pequeña cafetería y la lleno de todo tipo de libros antiguos, algunos de los cuales, él mismo trajo consigo de la biblioteca de Gusu, sobre todo, aquellos que tenían impresa la caligrafía y letra de su amado esposo, y si bien ya había había transcritos la mayoría de ellos para facilitar su manipulación, en su habitación aún guardaba algunos de los tomos originales, sobre los cuales, había imbuido energía espiritual para intentar preservarlos en el mejor estado posible luego de casi tres milenios, forrando algunos y recubriéndolos con talismanes modificados.

Desde que Wei WuXian perdió a su esposo, también perdió aquella hermosa sonrisa, la cual según su amado esposo, era capaz de rivalizar con el mismo sol, y aún cuando todavía se las arreglaba para fingir un ligero esbozo con el fin de agradar a sus más quisquillosos clientes, él sabía mejor que nadie que su rostro no volvería a iluminarse hasta que encontrará a su HanGuan Jun.

Frente a la prestigiosa universidad de Gusu, aún llena de reglas y estrictas norma, él ya no puede bromear y hablar durante horas y horas, a estás alturas apenas y logra articular unas cuantas palabras, limitándose a imitar la fría actitud del difunto Segundo Jade.

Wei WuXian llega a las 8 menos cuarto, su departamento está justamente sobre el local de la cafetería, el clima aún esta bastante frío para ser primavera, como siempre solo consiguió dormir un par de horas, suspiro alzando la mano para saludar a su amigo y compañero Wen Ning, quién ya lo estaba esperando.

-Buenos días joven amo Wei.

Wei WuXian asiente y le regala una forzada sonrisa.

-Buenos días Wen Ning.

-Joven amo, otra vez... no durmió anoche, ¿verdad?.-Inquiere el tímido joven de ojos verdes, pero Wei WuXian solo se limita a suspirar, al parecer fue descubriendo de nuevo.

-Dormí lo suficiente, Wen Ning, gracias por preocuparte, además...

Hizo una pausa y se aclaró la garganta para tragar el grueso nudo que se había alojado en ella.

-No importa cuánto duerma en realidad, incluso si no lo hago durante meses estaré bien.

Wen Ning lo miro en silencio, había notado los extraños hábitos de su jefe y amigo desde hacía algún tiempo, más sin embargo no entendía a qué se debían, solo sabia que su querido amigo, se veía cada vez más cansado y devastado, pese a su belleza espectral, de la cuál podría jurar, solo haber leído en los libros de fantasía.

Café WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora