CAPÍTULO 6

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Harry no esperaba que fuera así de pesado su trabajo como mandadero del cuartel de Aurores, pero iba de un lado para otro, haciendo recados que cuando llegaba a casa, prácticamente llegaba muerto. Aun así, con ese horario tan complicado, se tomaba el tiempo para ir con Ginny a cenar  o ir al almorzar, ya sea en la cafetería del hospital o por el ministerio.

En las noches que no les tocaba guardias a ella, se tomaban un rato para hablar en la sala de la madriguera, se sentía a gusto, porque ningún Weasley lo trato de llamar traedor o prohibirle que se involucrara con su hermana.

Por fin, habían conseguido un día libre tanto Hermione como Ginny y Harry había pedido a los gemelos para faltar ese día al trabajo, con la intención de buscar departamentos, ya habían ido como a tres, pero uno a Hermione se le hizo muy lejos de los puntos de trabajo, el otro casi no tenía ventanas y Ginny pensó que le faltaba luz, mientras que el tercero parecía más una ratonera por el espacio.

--- Necesitan uno que este bien ubicado, no tan caro y que tenga luz --- dijo Ginny cruzándose de brazos.

--- Tengo uno --- dijo de pronto Harry pensativo, pero no supo si era o no una buena idea --- déjenme revisar.

Harry se separó de ellos, no era la mejor idea que había tenido, pero era un lugar con encantamientos y que no se usaba desde hace mucho, lo mejor es que los dueños eran magos y podían ser muy discretos.

Tomo el espejo que siempre llevaba consigo mismo y suspiro, no era una buena idea, pero no perdida nada.

--- Sirius --- dijo en un susurro, a los pocos minutos, una hermosa mujer de cabello largo negro y ojos azulados apareció --- dije Sirius.

--- Hola a ti también ahijado --- dijo la mujer rodeando los ojos, Harry hizo una mueca --- hasta que te dejas ver, ¿Dónde estás?, tu madre está con el alma en un hilo.

--- Le mande decir que estoy bien y le estado escribiendo cartas, Galadriell, necesito de tú ayuda --- dijo Harry rápidamente.

--- ¿Necesitas dinero?, dime que no estas durmiendo en la calle, me entere que ahora estas empezando en el cuartel de Aurores, Kingsley nos lo dijo en privado --- dijo Galadriell, pero sonaba orgullosa, no con reproche --- también comento algo de que tenías buenos ángeles guardianes.

--- Una familia de magos me acogió, casi como si fuera uno más de sus hijos --- dijo Harry feliz, ella sonrió encantada --- pero es tiempo de hacer algo más por mí.

--- Ya demostraste tu punto Harry, incluso tu abuelo lo reconoció, estoy segura de que si regresas a casa y le propones seguir con la empresa, pero sin casarte con ella, aceptara --- le dijo Galadriell tranquilamente, tanteando el terreno.

--- No es por mi abuelo... todo empezó por ello, pero ahora quiero demostrarme que puedo llegar más lejos y tener mis propias cosas --- al decirlo suspiro y su madrina asintió --- Grimmauld Place, ¿sigue desocupado?

--- Sí, pero no te lo voy a prestar, no sería buena madrina si te lo diera así porque sí, ¿Dónde está tu motivación? --- dijo pensativa, Harry sonrió.

--- No quería que me lo prestaras, quería que me lo rentaras --- le dijo rodeando los ojos.

--- Eso no suena tan mal --- dijo con una gran sonrisa --- hecho, ¿nos vemos en unos veinte minutos?

--- No le digas a nadie --- le pidió Harry suplicante, antes de ir a guardar el espejo y acercarse a donde los demás lo esperaban --- vamos, creo que encontré un lugar.

Grimmauld Place era un gran lugar, Harry lo conocía cuando iba de visita con su padrino, pero fue abandonado cuando la madre de éste falleció y no hubo nadie que quisiera ocuparla.

Todo o NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora