Capítulo 7

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Toda la siguiente semana Harry se la paso pensando en lo que podría surgir tras decirle toda la verdad a Ginny. El siguiente día libre de ambos era un domingo y debía tener todo listo.

Las cosas con Ron compartiendo departamento iban en teoría bien, había algunos problemas, como que a su amigo no le gustaba mucho recoger sus cosas, pero al final habían llegado a un acuerdo de que cada uno podría tener su habitación como les diera en gana, pero las áreas comunes iban a permanecer limpias.

El día de la cena, Harry llego al departamento desde antes, le había pedido a Ron que se quedara en la madriguera y su amigo asedio de mala gana, sobretodo porque podría imaginar para que él quería el departamento desocupado y era con su hermanita.

Nervioso vio que la cena estuviera lista, que las velas se encontraran en el sitio adecuado y luego reviso su reloj de bolsillo, (ese que sus padres le habían regalado para sus diecisiete años) Ginny no debería tardar en llegar de un momento a otro.

Camino por toda la estancia, acomodando los cojines y viendo que más limpiar, ansioso y nervioso, sabiendo de antemano lo que tenía que hacer y las consecuencias que esto le traería.

Pero no podía seguir con la relación a bases de mentiras y engaños, aun cuando le costara una de sus mejores relaciones, podría amarla, Harry se veía fácilmente amando a Ginny, porque ella era sencilla, decidida, tenas y muy valiente, era una bruja adecuada, su único defecto para que su abuelo no la aceptara, era que no traería ningún beneficio al matrimonio.

No importaba, porque ya había tomado la decisión, de si iba a continuar con Ginny, entonces ella debería estar con quien era él realmente, sin importar que pasara. No podía continuar esto con mentiras.

Acomodo el último cojín, para ver a la chimenea y ver como unas llamas verdes aparecía y a los pocos minutos Ginny ya se encontraba ahí, tan hermosa como siempre luciendo su uniforme de sanadora y su cabello recogido en un moño alto. La observó cómo se le iluminaban los ojos al ver la mesa arreglara.

--- Creo que debí haberme traído un cambio --- dijo Ginny mirándose y luego mirando a Harry que lucía impresionante con una túnica de gala.

Esté sonrió negando en desacuerdo con esa declaración y tomando la mano de ella entre sus manos para besarlas y luego conducirla a la mesa.

--- Yo creo que estás hermosa justo así --- le dijo retirando la silla, para invitarla a sentar --- espero que te guste, la cocine yo mismo.

--- Estará riquísima --- le dijo ella emocionada, mientras lo miraba servir en los platos y volver con ella --- ¿todo esto es especial por algo?

--- Hablamos después de comer, por favor, quiero alargar lo más posible esto.

--- Harry no me voy a ir --- le dijo tomando la mano de él --- pero me estoy asustando, ¿Qué es eso tan terrible que tienes para contarme?

--- Cenemos, que se enfría --- le ánimo.

Ambos comieron en silencio, Harry estaba demasiado nervioso y Ginny lo sabía. Pero no dijo anda por el momento y se dedicó a terminar de probar la comida, la cual era magnifica e incluso el vino, era dulce y muy suave, nunca había probado algo tan delicado y se preguntaba sí Harry sabía de vinos.

Cuando termino de cenar lo vio, recoger los platos e ir al horno, donde saco una tarta, un cuchillo y dos platos, ella se paró ya desesperada por esa actitud de él, lo que tendría que decirle, debería hacerlo y punto, su imaginación estaba dando a muchas cosas.

--- Hay que hablar --- le dijo Ginny tomando los platos para dejarlos en la encimera, Harry la miro suplicante.

--- Es tarta de manzana, tu favorita --- le dijo enseñándosela --- ahora no se me quemo, creo que salió mejor a la del día de campo.

Todo o NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora