Capítulo Cuatro:

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Había transcurrido aproximadamente un mes desde que Taehyung había regresado al palacio. Las personas habían llorado, reído, incluso habían hecho una pequeña fiesta de bienvenida para el capitán de la guardia real. Aún así Taehyung ya no se sentía como semanas atrás, por supuesto que no. Extrañaba a JungKook luego de aquella noche, también extrañaba la voz de Jimin mientras le pedía que cantara o incluso extrañaba la comida de la señora Lee quien cocinaba para él durante aquella semana. En resumen extrañaba la vida de los rebeldes, a pesar de no tener lujos.

—Te ves como en otro mundo. ¿Qué pasó durante esa semana que estuviste desaparecido? —Taehyung se giró a observar a su compañero de guardia, ambos caminaban por la ciudad. El castaño estaba buscando algo que dar a su amado.— ¿Me dirás que estamos buscando?

—Un regalo. Quiero darle un regalo muy especial a alguien que conocí. —respondió Taehyung deteniéndose a observar unos adornos para el cabello.

La verdad es que siempre vio a JungKook con el cabello trenzado, era Jimin quien se ocupaba de aquel trabajo a pesar de no poder verle, o lo mostraba suelto y enrredado. La próxima noche le pediría a JungKook que le dejará peinar sus cabellos y atarlos.

—¿Una chica? ¿Tenía grandes pechos? ¿Qué casta es?

—NamJoon ¿eres idiota? No me interesan esas cosas. —Taehyung siguió su camino pues ninguno de los adornos llamaban su atención y eran demasiado ostentosos.

—Taehyung amigo, desapareciste durante una semana. Nadie logró encontrarte y luego solo apareciste tu solito. —»por supuesto que aparecí solito, JungKook me trajo hasta el río« pensó Taehyung volviendo a detenerse a observar esta vez una horquilla de plata. Tenía dos flechas cruzadas en el centro de un círculo y todo el borde adornado de pequeñas mariposas azules.— Y estas comprando un adorno para cabello.

—Es mi forma de agradecerle sus cuidados. Te lo dije, caí de mi caballo y golpeé mi cabeza con una piedra. Esa persona me ayudó y cuidó de mí esos días.

—No creo que sea solo eso. Amigo mío, te ves enamorado.

—Creo que lo estoy. Pertenece a la casta ocho como sabes las leyes no me permiten permanecer juntos. Necesito subirlo de casta.

—Taehyung eso es muy arriesgado. Sabes que el rey es el único que permite tal cosa y si es un ocho significa que esa persona pertenece a los bandidos, ladrones. La princesa JiSoo no le permitirá tal relación.

—¿Qué perderé con intentarlo? Creo que nada la verdad. —fueron las últimas palabras de Taehyung en aquel momento mientras pagaba por el adorno y se alejaba entre la multitud de personas.

Iría al río, quería ver si JungKook andaba cerca para poder entregarle su regalo. Sería arriesgado verse en ese lugar pero era eso o esperar al siguiente día o semana. Recuerda la cara de molestia de JungKook el día que le contó que habló con la princesa sobre eliminar las castas y permitir que los ocho, siete, seis y cinco pudieran entrar a la ciudad. Por supuesto que la princesa se negó y comenzó a reír diciendo que el golpe en la cabeza le había hecho daño.

[ Fɪʀᴇғʟʏ ] ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora