Capítulo Final:

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Ese fue el final de aquella historia que tardo en ser contada tres noches, durante el día JungKook desaparecia y en la noche regresaba a donde se encontraba aquella anciana para continuar su relato. La luciernaga seguía encerrada en aquel frasco, sin luz, esperando a que todo terminara para poder decir adiós. La anciana lo supo desde un comienzo, aquel joven frente a ella no era más que un alma que no había terminado su triste misión, no hasta ese momento. La luciernaga no era más que aquel guerrero, aquel rey que juro guiarlo durante las noches hasta encontrar el refugio.

La mujer aún con una sonrisa en su rostro vio como el cuerpo de aquel joven sentado a su lado comenzaba a desaparecer, ya no se veía como un humano. Entonces volvió a centrar su atención en aquel ataud de madera sobre el carro podrido.

—¿Qué hay dentro? —pregunto la mujer levantandose y caminando a este.

—Los protagonistas de esta historia. —contesto JungKook con una leve sonrisa.

La anciana abrió con cuidado aquella caja, dentro se mostraban dos vestimentas de boda, dos trajes rojos, la novia y el novio. La diferencia era que no había cuerpo, solo los trajes y unos huesos. Uno de esos cuerpos era el joven rebelde, el otro el último rey de Joseon. Las manos del rey tenían apretadas con fuerza dos pedazos de papeles arrugados.

—Las cartas de la verdad... —habló la anciana obteniendo la atención de JungKook quien camino a pesar de no poder más hasta ella.

Luego giro su rostro y observo los huesos del cuerpo de JungKook, en su pecho se encontraba aquella horquilla que Taehyung había comprado el día que tuvo que tomar una decisión, la vida de JungKook o la de todos sus compañeros.

—Y la horquilla del amor. Siempre estuvieron con ustedes.

JungKook no entendía hasta que el adorno y las cartas fueron entregadas en sus manos. Observo a la anciana, luego a las cartas y abrió la primera una sonrisa y una lágrimas escapo de su rostro, aquella primera carte estaba llena de luz, amistad, recuerdos y una verdad que él ignoro. Aquella fue la última carta de Jimin. La siguiente carta estaba llena de pasión, amor, tristeza y suplicas de perdón, aquella era la carta de Taehyung.

—Jeon JungKook, cometiste errores a lo largo de tu vida por eso fuiste obligado a vagar durante veinte años en busca de paz. Llegaste aquí solo otra vez sin darte cuenta, mira bien a tu alrededor y dime que ves.

El pelinegro asintió, dejó que las cartas fueran llevadas por el viento y la horquilla cayó al suelo siendo cubierta por las nubes de arena que se levantaban. Entonces lo vio, el río, el árbol. Había regresado luego de veinte años al lugar donde conoció a Taehyung, donde se enamoró por primera vez y donde murió.

—Él te dijo que te traería de regreso, cuidaría de ti pero sus energías ya no pudieron aguantar más. No puedes seguir ignorando lo que ya sabes. —hablaba la anciana caminando hacia aquel árbol.— Siempre estuvo junto a ti. Puedes intentar huir pero él siempre caminará a tu lado. ¿Podrás aceptar sus disculpas luego de tantos años?

—Usted no tiene derecho a hablar.

—Te pedí que contaras tu historia para poder tener ese derecho. ¿Por qué no dejas ir tu odio con tu amor que tomó años regresar a ti? Es hora de que digas adiós a ese dolor.

—No quiero. No quiero dejarlo ir. —JungKook había comenzado a llorar, el dolor en su pecho era demasiado.

—Te acompañó en tu largo y agotador viaje. Nunca en esos veinte años pronunciaste su nombre, ni una sola vez. Si llamas por él ahora, se mostrará a sí mismo ante ti.

JungKook levantó la mirada hacia el árbol, entonces pareció como si el sol y la luna salieran juntos de la mano, el viento comenzó a soplar con fuerza y un leve susurro salió de aquellos labios agrietados.

—Kim Taehyung.

Las flores comenzaron a caer, la cinta roja atada en sus cabellos negros cayó al suelo y aquella luciérnaga que se encontraba sin luz volvió a brillar, salió del frasco y se colocó frente a JungKook. Solo necesitó parpadear una vez para que al volver abrir sus ojos se encontrara ante él aquel hombre de cabellos castaños, sonrisa cuadrada y ojos llenos de amor. Taehyung mantenía sus manos a sus costados, una sonrisa en su rostro y su mirada fija sobre la del chico ante él. La anciana había desaparecido, solo eran ellos dos. Taehyung no sabía que hacer pero aún así comenzó a caminar hacia adelante, con la mirada hacia abajo y suspirando.

—Dime si hay algo más que tengas que decir. Todo lo escucharé, todo lo perdonaré.

—No tengo excusas para contarte, tampoco mentiras, he vivido lo misno que tú, JungKook.

—Dijiste con tus últimas palabras que me protegerías... cargaste veinte años con mi resentimiento. Mis palabras y actos te encadenaron a este mundo e impidieron que pudieras ir al más allá.

—No me arrepiento. Dije que vendría a ti y en ese momento te diría: te extrañé, JungKook.

—Yo... te extrañé, Taehyung. Pero he podido olvidarlo todo, y es hora de que realmente nos separemos.

—Este es el final para nosotros. —más que una afirmación JungKook lo vio como una pregunta pero asintió. Era hora de decir adiós a aquel hombre.

—Lo es. Es el final. Nuestra historia terminó.

Las lágrimas habían dejado de caer, ambos jóvenes querían despedirce con una sonrisa. JungKook no quería llorar justo cuando era su hora de partir y Taehyung no quería que su último recuerdo fuera de ambos llorando.

¿Podrían volver a verse? Quizás. Las personas tenemos más de una oportunidad en la vida, pero ya es nuestro deber y decisión si las aprovechamos o dejamos ir. JungKook y Taehyung perdieron su primera oportunidad debido al miedo, las mentiras pero eso no significa que fuera la última que tuvieran. El destino los había unido bajo el sol y la luna, en el comienzo y en el final de sus vidas, ahora solo debían seguir adelante, si querían volver a verse lo harían, sino solo podían decir que aquel fue su último adiós.

Una historia de dos amantes que solo necesitó tres noches para ser contada, pero unos años para ser vivida.

Fin.

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Con esto puedo dar por finalizada está historia.

¿Lloré? Por supuesto que sí. Mi corazón dolió tanto que sentía moriría.
¿Sonreí? Por supuesto. Esos tres amigos consiguieron no solo mostrar que la amistad es algo que debes cuidar porque el rompimiento de una promesa lo daña todo.
¿Me enamoré? También lo hice. Cada momento con ambos protagonistas fue como un pedazito de amor hasta formar un enorme corazón.
¿Qué sintieron ustedes?

Gracias por su apoyo y perdón si lloraron demasiado.
Nos vemos en próximo proyectos.

Les amo con todo mi corazón.
Bye bye~

[ Fɪʀᴇғʟʏ ] ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora