Capítulo Cinco:

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JungKook sabía que algo andaba mal. Llevaba horas esperando a Taehyung, sin embargo, no había rastro de él, por alguna razón tenía miedo, se sentía ansioso y sus manos sudaban. Quería decirle algo y para eso tomaría aquella última oportunidad. Miró por última vez el río, había pedido permiso a Jimin para salir, prometiendo que regresaría y comenzarían la rebelión contra la corona. JungKook tenía en una de sus manos aquella botella que por años estuvo a su lado, pensaba dársela a Taehyung como un último recuerdo de su amor.

Emocionado giró su rostro al escuchar como las hiernas y ramas crujían bajo los zapatos de alguien. Sin duda era Taehyung, Jimin no podía llegar a ese lugar y más nadie conocía de ese lugar secreto. Solo Taehyung y él. Pero nada es como parece, en el momento que el pelinegro se dio la vuelta cinco espadas apuntaron a su cuello, listas para cortarle. Entonces le vio, aquella joven con vestidos caros que caminaba con una expresion fría en su rostro, la única heredera del emperador Gojong.

—Rebelde, toda tu aldea ha sido capturada. Juré no matarte pero al menos te servirá como excarmiento ver a tus compañeros morir por traición a la corona del rey.

—¿Qué demonios estás diciendo?

—Tu pueblo, tu gente, tu amigo, todos morirán por tu culpa. —respondió JiSoo mostrando una mirada fría mientras daba la señal para que ataran las manos del pelinegro.

—¡Es imposible! Nadie sabe...

—Taehyung lo sabe. Él te ha vendido, JungKook. Vendió su palabra por su vida. Ahora mismo deben estar preparando todo para la ejecución de los rebeldes.

JungKook dejó de luchar, habían clavado una estaca en su corazón, sentía que no podía respirar, sus piernas no se movían en cambio solo lo dejaron caer al suelo. Asustado.

—Guardias llévense al rebelde y déjenlo encerrado hasta que sea la hora. Luego llévenlo al patio del palacio donde se llevara a cabo todo.

—Me he equivocado todos estos años, su padre no es el cruel, lo es usted princesa.

—El reino necesita una mano dura, sangrienta. Nada mejor como mi mano junto a la del capitán Kim Taehyung. ¿No lo sabías? Mi verdadero futuro esposo siempre fue él.

[…]

Todo su cuerpo le dolía, sentía cada cortada en sus brazos, piernas. JungKook luego de llegar al palacio fue brutalmente torturando, más de cincuenta azotes en su espalda, veinte en sus manos y las cadenas le impedían moverse. Apenas podía mantener sus ojos abiertos cuando vio un cuerpo acercarse a las rejas de su prision. Aquellos cabellos castaños atados en una cola de caballo, las vestimentas azules de guardia y esos ojos oscuros le daban tantas pistas para saber quien era.

—Taehyung...

—Gracias a ti hice una gran contribución a mi pueblo, en unas horas verás a tu gente así que mantente despierto.

[ Fɪʀᴇғʟʏ ] ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora