HERMOSOS OJOS

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-¿Has considerado usar lentes de contacto en lugar de gafas? – fue la simple pregunta de Sugawara a Tsukishima mientras lo veía guardar sus gafas normales y ponerse las deportivas, algo ya habitual antes de iniciar las practicas.

-¿No sería eso más peligroso?, incluso costoso – apunto Enoshita – Cuando recibiera algún golpe en la cabeza, podría perder alguna de las lentillas.

-Tener varios pares para reponer, eso es bastante costoso – apunto Narita sumándose a la conversación.

-Si Tsukishima fuera tan intenso en la cancha como Hinata o Tanaka, estaría de acuerdo con lo que dicen, pero él es bastante prudente. No dejaría le diera un balón en la cara tan fácilmente – ante el comentario de Daichi, todos en el salón del club estuvieron de acuerdo, el chico rubio es bastante eficiente en la cancha, pero nunca tan impulsivo como el pequeño pelirrojo.

-Oikawa-san usa lentillas- las palabras de Kageyama hicieron que todos le voltearan a ver, ese era un dato que no esperaban conocer del capitán del Seijoh.

-Así que ese tipo no es tan perfecto como parece, jajaja – se congratuló Tanaka –Apuesto que ese tipo luciría como un tonto con gafas.

-Emm, no lo creo, puede que use lentillas por comodidad y no por vanidad – apunto Sugawara- O tal vez por ambas, pero Oikawa es el tipo de persona que no pierde atractivo sin importar lo que use, lo cual lo hace aún más detestable.

Más de uno estuvo de acuerdo con las últimas palabras de Sugawara, mientras terminaban de cambiarse y despotricando contra algún otro jugador rival, Tsukishima y Kageyama salieron del salón del club para ir al gimnasio, en el cual ya se encontraban Hinata, Yamaguchi, Nishinoya, Yachi y Shimizu, además del entrenador Ukai . Al final de las escaleras que llevan al salón del club, hay un hueco entre el edifico y estas, un sitio que a veces suelen usar como almacén provisional a pesar de no tener propiamente paredes ni puerta, también suele servir como refugio a algunos chicos cuando quieren saltarse clases o la práctica de su club, cuando estuvieron a la altura de este, Kageyama empujo a Tsukishima al interior, empujándolo contra la pared del edificio.

-¿Qué haces rey?, si los senpais llegan al gimnasio antes que nosotros se preguntaran dónde nos metimos.

-La puerta del club rechina mucho, nos daremos cuenta si alguien sale – Kageyama se pegó al rubio, metiendo su pierna derecha entre los muslos del contrario – No me llames rey.

-Cuando te pones así de autoritario, no hay otra forma de llamarte – decía Kei mientras jugaba con el flequillo del moreno.

El armador jalo al más alto contra si, para poder llegar mejor a sus labios, los rozo apenas un poco, lo suficiente para despertar en su pareja el mismo deseo por besarse que el sentía.

-Quítate las gafas – la orden fue obedecida por Tsukishima sin protesta alguna, sus bocas se unieron en un beso largo, mordisqueando sus labios, se separaron para poder tomar un poco de aire, Kageyama aprovecho ese momento para contemplar el rostro de su amado – Jamás uses lentillas, no quiero que nadie más puede ver tus hermosos ojos.

-Sera como su majestad desea – respondió Tsukishima con una media sonrisa, para continuar con otro beso largo y profundo.

Drables TsukiKageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora