NO ESCAPES

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Hasta sus parpados llego la luz del sol que se filtraba a través del hueco entre las persianas, no era demasiado intensa, pero si molesta, en circunstancias normales, esa tenue luz le habría bastado para hacerlo salir de la cama, pero no esta vez, no este día, en que esa suave punzada en la cabeza le pedía seguir durmiendo, al girarse sobre su costado derecho se encontró con el apacible rostro durmiente de su novio, saco una mano de entre las cobijas, acariciando de forma suave la mejilla del chico rubio, este pareció no reaccionar a su tacto, al moreno le dio igual no abriera los ojos o diera señal de querer despertar, después de todo tienen el día libre, en si es toda una semana libre, Kageyama solicitó una semana libre en su equipo a cuenta de sus vacaciones, Tsukishima hizo lo propio en su trabajo y con el equipo donde juega ocasionalmente, desde el día anterior han empezado a vivir juntos como pareja, una decisión que les tomo tiempo tomar, pues si bien ambos reconocen amarse profundamente, también saben que sus personalidades son algo difíciles de compaginar, pero llevar un relación intermitente por tres años, les hizo sentir la suficiente confianza de que la convivencia bajo el mismo techo podría funcionar. De pronto el estómago de Kageyama empezó a hacer ruido, se giró a ver el reloj, este marcaba ya las nueve, normal su estómago protestara, cuando lo normal es que tome su primer alimento sobre las seis y media, se giró para salir de la cama, pero esto le fue impedido por el agarre de Tsukishima sobre su cintura.

-Tobio, no te muevas, hace frio – su novio apoyo la frente sobre su nuca, pegando más sus cuerpos al mismo tiempo.

-Suelta, tengo hambre, anoche apenas y cenamos con todo este lio de la mudanza – el moreno intento mover la mano que el rubio tenía sobre su cintura, pero su mano fue sujetada con firmeza, sintió como sus dedos eran entrelazados.

-Anoche la comida no te pareció tan importante – mientras decía esto Kei levanto la cabeza, acerco su boca a la oreja de su novio y la mordisqueo, provocando que este dejara escapar un leve gemido.

-¡Eres un guarro! – protesta Tobio al tiempo que empuja a su novio logrando zafarse de su agarre- Porque tienes que hablar de eso justo apenas despiertas.

-Perdón su majestad, olvido que a pesar de ser bastante sensual en la cama, sigue siendo muy tímido al hablar del tema.

Estas palabras le ganaron recibir un golpe con la almohada, cuando se la quitó de encima, vio cómo su novio salía de la habitación.

-Vamos cariño no huyas, o me dejaras ganar nuestra primera pelea en casa – el moreno se giró a verlo, con la ojos entre cerrados, la expresión que solía poner cuando estaba a punto de regañarlos en aquellos tiempos en que jugaban en el mismo equipo.

-Hare panques, quieres miel o mermelada.

-Miel estará bien, y un batido de fresa.

-El batido lo haces tú –

Drables TsukiKageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora