Querido diario:
Hoy tuvimos 6hs de viaje en colectivo, las que dormí por lo menos 3hs, ya conocía a más de la mitad de los chicos que venían a misionar con nosotros, pero nunca había visto a 15 de los 38 que vamos a compartir estos días, porque venimos de distintas ciudades.
Antes de llegar frenamos para que se sumen todos ellos, primero apareció un pibe que se presentó como "Simón", yo no le presté mucha atención, pero una amiga me recordó que en el grupo de WhatsApp había un Simón que iba a pasar todas las tardes en la actividad de niños, igual que yo.
Así que mientras otra amiga me preguntaba si era "ese Simón", porque sin foto de perfil nunca supimos quién era en realidad, algo me motivó a hacer algo muy impulsivo: lo llamé.
-Simón! - él se volteó y yo miré a mi amiga para que le pregunte.
-Sos el único Simón de la misión?
-Que yo sepa si - nos miró como si no entendiera y siguió saludando a los demás.
Pero digamos que fue algo que yo nunca hubiera hecho y ni siquiera tuvo mucha lógica.
Se sumaron todos los otro que faltaban y cuando volvimos al colectivo coincidimos con mis amigas que debía de ser "El Simón" del grupo de niños, lo raro es que mi cabeza no dejó el asunto ahí como todas las otras chicas.
Inevitablemente lo arranqué a mirar, inundada por una curiosidad ilógica, pero deben ser las hormonas, me repetí a mi misma. El problema es que por probabilidad si miro a alguien tengo muchas posibilidades de que nuestras miradas se conecten y eso sucedió varias veces.
Dejando de lado eso, mi día arrancó cansada pero muy cómoda con todos, cuando conocimos mejor a los chicos nuevos me sentí tan transparente, amigable, buena y con ganas de charlar.
Hablé mucho con las chicas en la pieza y me encantó su buena onda.
Me di cuenta que no había pensado mucho en estos días que se vienen, pero definitivamente todo me va a sorprender y voy a hacer lo que me salga del corazón.
Y hay algo... lloré hoy porque tenía ganas y está bien, acumule mucho en estos meses.
Pero me di cuenta que hay una molestia, que duele, da miedo y un poco de esperanza: llegué y enseguida me saltó en la cara, no siempre podía esquivarlo, pero la verdad parece que necesito pensar siempre en eso y quería demostrarme que no, pero al taparme de cosas y deprimirme no funcionó, solo la terminé pasando mal.
Sigo sin decir el tema pero me duele admitirlo: no tengo novio.
Es mucho más que el título, quiero a alguien que me haga mimitos, que me mire como a ninguna otra, que me abrace y me bese, que me quiera hacer reír y verme bien, pero que sepa escuchar y consolarme, que hable de mi como si yo fuera lo más preciado en su vida y no pueda creer que haya conseguido conquistarme.
Quiero alguien que se preocupe por mi especialmente, que lo que más quiera sea pasar tiempo conmigo, que me de sorpresas, que me quiera solo para él, pero que acepte mi libertad de tener muchos amigos, que me cumpla los caprichos, que me banque con mis malos humores, mis problemas y sincericidios, que a pesar de verme en el peor estado entienda todas las cosas que tenemos para seguir luchando, porque el amor que tenemos es mucho mayor.
Es una muy linda fantasía que tengo, pero jamás tuve algo siquiera parecido y necesito experimentarlo, aunque termine en fracaso.
No quiero una persona en quien poder pensar para distraerme, como hago siempre, sino alguien que busque lo mismo y me lo demuestre, que las mariposas sean correspondidas. De otra forma no vale la pena, aunque el corazón (o la cabeza) actúan solos y no lo puedo evitar, pero quiero ese tipo de contacto humano.
Era un tema que no me lo quería admitir y todavía menos a mis amigas. Me hacía la tonta y solo les afirmaba que era lo suficientemente independiente como para no necesitar de nadie, pero todos deseamos en algún momento sentirnos así, aunque opino que sin emociones todo podría ser más fácil.
Recuerdo que siempre me agarra una obsesión con algún misionero, nunca demuestro nada y jamás nadie se da cuenta, pero a esta edad si veo a alguien lindo, mi cabeza lo mal piensa a veces, todavía más si es bueno conmigo.
Y esta misión parecía que estaba más tranquila con ese tema, pero arranqué peor que las otras veces (si es posible), por el chico nuevo que conocí, Simón, que me suena haberlo visto antes, pero no estoy segura.
Es que ahora cruzo miradas normales, pero inevitablemente para mi significan más (y no quiero que sea así). Además, él me trató súper normal, pero recuerdo cada palabra que cruzamos aproximadamente: nuestros nombres; y que él me ofreció ayuda y yo lo traté medio mal. Pero no puedo sacarle los ojos de encima y ahora que compartimos tantas miradas, que seguro solo son por mi culpa, ya va a ser imposible olvidarlo y aunque me encantaría que funcione algo y yo ya me estoy haciendo la cabeza, en realidad es por esa falta de cariño y ese anhelo escondido que tengo por alguien, no tanto por él específicamente.
Quería creer que era una imposición social la que me engañaba para sentirme incompleta sin una pareja, pero ahora creo que se trata de algo biológico y sentimental.
Es una necesidad que sale de mí, el querer sentirme única y amada.
🌸Cande
ESTÁS LEYENDO
¿Y qué nos falta?
RomanceCande es una joven de 18 años, enamoradiza y con muchos sentimientos y emociones escondidas. Toda su vida había soñado con su príncipe azul, pero sólo unos pocos sapos habían querido besarla. Lista para darse por vencida en el amor, conoció a Simón...