En problemas

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Los barrios bajos eran zonas peligrosas en la depuración, Akutagawa estaba recargado en una pared mientras esperaba a que su compañero castaño al fin apareciera. La hora se acercaba, y la oscuridad reinaba en las calles. 

— Oh, llegaste antes– Dijo una voz a su lado, entre las sombras apareció su amigo.

— Este año cambió de máscara

— La otra ya estaba muy vieja, así que opte por esta. Tú sigues usando ese viejo bozal de perro.

Las silenciosas calles empezaron a llenarse de ruido, lo que se escuchaba era el anuncio que daba inicio a la depuración anual. La alarma había sonado, dejando de nuevo un silencio sepulcral.

Los disparos, risas y gritos de las personas no se hicieron esperar. Dazai y Akutagawa entraron a un pequeño callejón para no se les viera.

— Y ¿Adónde iremos primero?

— Tengo algunos asuntos pendientes con ciertas personas– Mencionó el azabache– Vamos al barrio mortero

— Uuh, suena interesante

En aquel callejón en donde la oscuridad reinaba, dos sombras se alejaban. 

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Ya habían pasado unos diez minutos desde que sonó la alarma, Atsushi estaba temblando cuál chihuahua desde que había sonado la sirena que daba inicio a la purga. Chuuya estaba tratando de encontrar alguna forma de calmarlo y Ozaki terminaba de cocinar
 
— Anne-san, ¿Cómo puedo calmar a Atsushi? Está temblando como un gato.
 
La mujer dejó a un lado la comida y fijó la vista en su hermano menor— Primero, alejalo del televisor. Dejaste el canal de las noticias. Es el peor canal que Atsushi puede estar viendo en estos instantes. Segundo, haz que escuche algo de música. Por ahora no se han escuchado gritos ni disparos ni nada por el estilo pero es solo cuestión de tiempo.
 
Chuuya sonrió a su hermana— Gracias Anne-san.
 
El mayor se acercó al albino apagando la TV, eso hizo que este por fin despegará sus ojos de la pantalla. Miró Chuuya algo desconcertado.
 
— Atsushi, ven conmigo– Aún sin entender se levantó del suelo y siguió al pelirrojo sin ninguna objeción. 
 
Chuuya guió a Atsushi a su habitación, la cual estaba en el segundo piso. Al entrar Chuuya le indicó al más bajo que se sentará en su cama mientras él buscaba algo.
 
El heterocromático hizo lo que se le fue indicado, mientras seguía con la mirada los movimientos de su amigo, el de ojos azules estaba buscando algo aunque Atsushi no sabría decir que era. 
 
— Juré que los había dejado aquí– Dijo en voz alta.
 
— Chuuya-San, ¿Qué busca?
 
— Mis audífonos, creí que los había dejado en mis cajones pero no están allí. 
 
— Sino me equivoco, usted los traía puesto en la hora de descanso– Chuuya trató de recordar.
 
— Oh, cierto, entonces deben estar en mi mochila– Y después de rebuscar en cada bolsillo de su mochila, por fin logró encontrarlos– ¡Ajá!
 
Con una sonrisa se acercó a la cama y se sentó al lado del albino, conectó los audífonos a su teléfono satisfecho.
 
— Escuchemos un poco de música Atsushi– Un asentimiento fue la respuesta que recibió, el menor se sintió feliz. Chuuya se estaba esforzando para relajarlo.

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Entre los matorrales, una sombra se escondía. Esperando las órdenes de sus superiores, vigilaba la casa frente a él.
 
"¿Está en su casa?"
 
— Así es.
 
"¿Cuántas personas hay?"
 
— Tres en total. Su hermana, un chico de cabello blanco y él.
 
"¿Y los otros dos?"
 
— No están aquí.
 
"Traigan al pelirrojo vivo, pueden matar a los otros dos"
 
— Entendido.
 
Sin más que decir cortó la comunicación. Solo tendría que esperar el momento más oportuno para atacar. 

Sobrevivir || Shin Soukoku, Soukoku ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora