MI AMOR

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Corría por las calles desesperado, llamando la atención de muchas personas gracias al aspecto que tenía con el torso desnudo y completamente descalzo; el hotel no estaba muy lejos de su departamento, y había olvidado las llaves del auto, por lo que no pudo tomarlo. Tampoco le importaba, sentía que el corazón latía a mil por hora, y que las piernas le dolían como nunca; el aliento le faltaba, pero el no pararía, no dejaría de correr, ya que el hombre al que amaba estaba en peligro. 

Corrió aun más al ver a lo lejos el edificio, y no le importó dar algunos empujones para abrirse paso, pues solo pensaba en su amado esposo. Llegó a la recepción, y como el ascensor estaba subiendo, debió ir por las escaleras; sus pies sangraban por alguna cortada que se había hecho mientras corría, pero, ¿quién se fijaba en eso? Él no, él solo pensaba en su Jin, y en que pronto podría tenerlo entre sus brazos.

¿Cómo había su mente maquinado todo ese sueño para que se diera cuenta a tiempo de lo mucho que le importaba su esposo? No lo sabía, pero sí quería darle un beso a su cerebro, y felicitarlo por haberlo hecho. ¿Qué significaba esa lista, que a pesar de ser un sueño, estaba sobre su teléfono al despertar? 

Con anhelo, subió los siete pisos, y al llegar a la planta, se acercó corriendo a su departamento;  dudó dos mili segundos afuera del departamento, detrás de la puerta estaba Jin, con vida, esperando a que alguien fuera por él, y eso le causó un cosquilleo en el estómago.  Con fuerza, pateó la puerta sin pensarlo dos veces, lo cual espantó a Jin, quien estaba dentro; con susto vio que aquél era Nam, y se aterró aun más al soltar el encendedor.

Ocurrió como si fuera una cámara lenta; Nam se acercó a él corriendo, y lo tomó del suelo al mismo tiempo que el fuego se expandía por el gas en el ambiente, y prendía todo lo que encontraba a su paso. Como en una película de acción, el héroe, en este caso Nam, salió corriendo lo más rápido que pudo con la damisela en sus brazos, osea Jin. 

No habían terminado de bajar al piso anterior, cuando la explosión se escuchó a sus espaldas, y Nam solo atinó a abrazar fuertemente a Jin, cubriéndolo con su cuerpo para que no saliera herido. En todo ese momento, Jin no había logrado entender lo que pasaba, pues un momento antes estaba a punto de morir y ahora se encontraba entre los brazos de su amado Nam, quien lo protegía como si no hubiera un mañana. 

Se miraron un momento, hasta que Jin se desmayó, producto de la inhalación de gas. 



-Fue una suerte que llegaras a tiempo- dijo Suga cuando se encontraron en el hospital al que habían llevado a Jin luego de que la ambulancia se hiciera presente

-En realidad, me ayudaron a llegar- susurró Nam, pensando en aquél sueño en el que horriblemente había perdido a Jin- antes de que esto avance, quiero pedirles perdón, a ambos- miró a JiMin y a Suga- he hecho miserable la vida de Jin, pero prometo que no lo haré más. Si decide divorciarse de mi como tiene planeado, le dejaré marchar como corresponde; sin embargo, si decide quedarse por una obra divina del cielo, entonces haré que sea el hombre más feliz del mundo, se los prometo


Los dos chicos lo vieron sorprendidos, ¿cómo había cambiado tanto en tan solo unas horas? ¿Qué era lo que había pasado con él? No entendían, pero no dejaba de alegrarles, pues solo significaba que su amigo podría tener un destino diferente al que veían llegar de la mano de Nam-idiota.


-Nosotros no tenemos nada que perdonar- dijo JiMin- si tienes suerte y Jin decide quedarse contigo, entonces no tenemos nada más que decir, eres nuestro amigo, aunque seas un idiota

MI FANTASMA- NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora