Capítulo 12. La Cena

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P.O.V: Adda.

Llego al restaurant después de recibir la dirección por mensaje, y sip estoy totalmente nerviosa y me lleva la chingada. Ya no me siento tan valiente, debería tener una mini botellita de algún licor en el bolso.
-Bienvenida señorita, ¿tiene reservación?- un amable camarero interrumpe mi debate mental sobre si huir o no.
-Hola, buenas noches. La reserva es a nombre de Girasol.-Dios no puedo creer que me esté haciendo esto. Lo veo buscar en su lista y asiente.
-Girasol Williams, peculiar nombre- comienzo a toser, voy a matar a Voldemort por ponerme su apellido.- Por aquí, en la mesa 24 la esperan.
Trato de asegurarme de hacer la famosa caminata de superación femenina, sin caer en el proceso o descaderarme.
Tengo taquicardia.
-Girasol.- malditas piernas no tiemblen, este no es el momento!
-Eliott.- cuando veo sus intenciones de besar mi mejilla, agarro su mano en un apretón en modo saludo, ganándome una media sonrisa de su parte. Maldito bastardo sexy.
-¿Cómo has estado? ¿Secuelas de resaca?- oh si, lo estás disfrutando.
- Estoy perfectamente, gracias.- digo sacando mis cosas para la entrevista, voy colocando todo tomándome mi tiempo para no mirarlo, cuando su mano toma la mía y me obliga a ver esos pozos negros.
-Cenemos tranquilos por favor, luego podemos hacer la entrevista. Esta noche soy tuyo.- y malditamente sonríe. Ay Diosito bendito!! Trago lentamente y trato de no parecer bambi mirándolo en este momento.- Supongo que tienes muchas preguntas.
- Esta bien, aunque no creo que necesitemos toda la noche para la entrevista.- trato de comportarme lejana, como si no me importaran ninguna de sus palabras, cabrón.
-Adda.- inmediatamente mis ojos están en los suyos, odio sentir este imán hacia él.- Estás hermosa esta noche.
Voy a morir.
Lo miro fijamente y me pierdo en sus facciones, ¿cómo es posible que en 3 años cambie? Ya no quedan rastros de el niño que una vez fue, en su lugar hay un hombre fornido de 1.88…ojos negros y mirada vivaz, boca rellena y esa característica sonrisa. Llevo la mirada hacia mis manos, pero siento su mano en mi mentón levantándolo levemente. Ese toque provoca y despierta un mundo en mí. Tomo su mano y la retiro lentamente. Su toque me quema, consume y arma de nuevo en solo dos segundos. Estoy tan jodida.
-Gracias, tú también.
-Sé que soy hermosa, me lo han dicho seguido.- imita una pose de diva guiñándome un ojo, una sonrisa inevitablemente escapa de mí.
-Buenas noches, mi nombre es Jack, y esta noche seré su camarero.- cortando el mejor momento en 3 años con Eliott, Jack, entrega un menú a cada uno y con un asentamiento se retira. Cómo el momento cálido que acababa de formarse.
Miro el menú como si fuera lo más interesante de ver, sé que su mirada está en mí. Debo ser fuerte, debo…
-¿Sabes qué pedir?- lo miro, error. Sus ojos están en mi boca y siento la necesidad de humectarla con mi lengua. Eliott traga y acomoda su corbata. Vaya tensión…
-Las pastas son excelentes.- dice mirándome. Me siento un plato de pasta. ¿Tiene eso sentido?
-Perfecto, pastas entonces.- gracias a dios llega el famoso Jack ganándose un suspiro de alivio de mi parte y una garganta aclarándose de parte de Eliott.
¿Es esta una buena idea?
Observo como Eliott habla y solo presto atención a sus movimientos, gestos.
-¿Quieres que empecemos con algunas preguntas de la entrevista?- debo calmarme y repetirme mentalmente a que vine.
-Si no es molestia…
- Girasol, por favor.- lo miro sin entender- sabes que puedes hacer y preguntar lo que quieras.- trato de no explotar con mi nuevo temperamento.
-Muy bien, empecemos…- suspirando tomo el libro de notas para comenzar con las preguntas formuladas por Brenda y por mí.
La cena llega y decido dejar de lado las preguntas. Esto es una tortura.
-Dios, tienes razón estas pastas están deliciosas.- mi alma golosa disfruta cada bocado. Es inevitable que cierre mis ojos mientras lo digo.
-Creo que será mi plato favorito para siempre.- el me mira fijamente cuando pasa su lengua por la comisura de su boca. Ayuda señor Jesús!
-Tienes un poco de salsa aquí…- y si, voy a morir, hace la maldita cosa de pasar su pulgar por mi boca y chuparlo.
No me dejes caer en la tentación te lo ruego.
-Creo que puedo limpiarme sola…
-Estás sonrojada Adda.- Él lo está disfrutando. Bastardo.
-Suficiente Eliott, esto no está bien. Solo hagamos la maldita entrevista y terminemos con esto de una vez por todas.- y ahí esta mi reciente y descubierto temperamento. Me alejo de su toque.
-No.- Su voz está contenida.
-¿Qué rayos te pasa?- y es en este momento que todo termina de llegar a mi memoria.
Yo diciéndole que devuelva mi corazón y él negándose.
La cólera hace estragos en mí. Quiero golpearlo, besarlo y volverlo a golpear. Nada tiene sentido.
-Déjalo estar Eliott, esto tiene que acabar no es sano. Tú me dejaste ir y no me elegiste. No debería recordártelo.- mi respiración  es un desastre y quiero que sufra.- Voy a casarme.- siento que me congelo cuando termino de decirlo, que rayos sucede conmigo. Cuando lo miro, su cara es un poema y antes de que alguno de los dos reaccione decido huir. Diosito.
-Debo ir al tocador.- antes de que diga algo salgo como la cobarde que soy, casi corriendo al baño.
Mojo mi nuca y miro mi reflejo en el espejo, mi mirada siempre es diferente cuando estoy con él. Me siento viva, tengo a mi corazón conmigo.
Maldita seas Eliott.
Voy saliendo del tocador cuando siento que me empujan contra una pared y una respiración entrecortada se entierra en mi cuello. Mi piel se eriza.
- No lo hagas, por favor no me destruyas así Girasol.
Su voz ronca es lo último que escucho, porque sus labios tocan lo míos y yo me siento morir en el paraíso.

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⏰ Última actualización: Oct 02, 2020 ⏰

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