¡Harlequin es un bebé!

Prologo

Merlín siempre fue una maga curiosa, y también una que se alimentaba del conocimiento que el mundo le proporcionaba, por eso, quería que aquel mundo siguiera dándole más conocimiento y ella consumirlo con gusto, pero... aunque esta seguía consumiendo aquel conocimiento, jamás se llenaba, siempre estaba insatisfecha.

Por eso, ahora iba a responder una de sus incógnitas que pasaban por su cabeza, y solo esperaba que sus conejillos de indias logren sacarles las dudas que paseaban por su cabeza y tal vez, estar a gusto esta vez.

Y aquella duda era, ¿Qué pasaría si uno de los integrantes de los siete pecados capitales, se vuelve un bebé? O bueno... algo como un bebé, sería un niño de 1 o 2 años aproximadamente, pero ella quería saber eso, quería saber que harían sus compañeros en esos casos.

Por eso ahora, en sus manos cargaba un frasco de color morado, este contenía la pócima para volver a alguien un bebé, ella sabía los efectos secundarios de la pócima y cuantos días dudaría esta, por eso estaba tranquila y su mente solo pasaba el hecho de que quería tratar de zacear su hambre de conocimiento.

Pensó en probarlo en ella misma, pero podría ser una mala idea, más por los efectos secundarios, además, ella técnicamente era una niña, solo que con un amplio conocimiento de la magia y también tenía una gran madurez, pero su cuerpo seguía siendo el de una niña de 10 años.

Y sacando aquel pensamiento sobre ella, siguió pensando a quien dárselo, debía ser alguien ingenuo y que no la termine regañando después por hacerlo un bebé, Elizabeth era una gran opción, pero la descarto al saber que sería algo obvio, ella quería experimentar con algo nuevo, no con algo que demuestre obviedad con solo verlo.

Podría ser Ban, pero sabía que su niñez no fue la mejor, por eso lo descarto, Diane también desapareció de su mente, sabían que una gigante siendo una bebé no era muy favorable para ellos, aunque podía hacer que su tamaño vuelva a ser normal, posiblemente su fuerza siga siendo la misma y dañaría todo.

Gowther también le llego a la mente, al igual que Escanor, pero rápidamente desaparecieron de su cabeza, más Gowther, era un muñeco después de todo, aunque era interesante eso, pero no sabía si esa poción funcionaba en muñecos, y a Escanor era porque si llegaba una amenaza, él podía salvarlos.

Ahora solo le quedaban Meliodas y King, Meliodas era una buena opción, aunque sería muy escurridizo y sería muy molesto para la albina, que posiblemente lo estuviera cuidando la mayoría del tiempo, sumándole el hecho de que tenía una abrumadora fuerza.

Así que la última opción que tenía era King... ¡Y era su conejillo de indias perfecto! Un hada pequeña, la cual no causaría tantos daños, que apenas estaría aprendiendo a volar y a controlar sus poderes, no era fuerte físicamente, era perfecto para la maga, ya había conseguido a su conejillo de indias.

Ahora debía convencerlo para que este tomará aquella poción, cosa que era muy fácil, sabía que el castaño caía rápidamente cuando hablaban sobre cierta chica de ojos morados, así que sería demasiado fácil convencerlo para que tome aquella poción, así que chasqueo sus dedos y termino aparecieron dentro del Sombrero del Jabalí.

Una sonrisa engañosa se había dibujado en su rostro, y se encamino a donde estaba cierto oji-miel, una vez delante de él, posiciono aquel frasco donde estaba la pócima delante del chico, el cual la miro confuso.

— ¿Qué es eso? —pregunto con leve curiosidad.

—Es una pócima. —contesto como si no fuera nada. —Y quiero que te la tomes.

— ¡¿Y yo porque me tomaría eso?! ¡No sé qué me hará! No soy estúpido Merlín, no soy tu conejillo de indias. —exclamo enojado.

Oh, claro que serás mi conejillo de indias, pensó la maga.

—Lo decía que te lo tomes para que te vuelvas más... Sexi, ya sabes, para conquistar a Diane —un leve tono seductor apareció en ella, haciendo sonrojar al hada.

— ¿en serio eso hará? —pregunto intrigado, la maga asintió mientras se cruzaba de brazos.

— ¡Claro! Soy una gran maga, jamás mentiría, sé que quieres conquistarla, así que tal vez si te vuelves más atractivo, ella te tomará en cuenta.

King al escuchar aquellas palabras, miro hacía la ventana, sus ojos miraban a los árboles, sus amigos se habían ido y él se había quedado porque debía cuidar la taberna, y entre esos amigos, estaba cierta gigante que tenía en sus manos su corazón, y este no negaba eso. Y al pensar en ella, volvió a mirar aquella sustancia morada que se encontraba delante de él.

—Está bien, la tomaré. —acepto lo que la maga le había dicho antes, y agarro con sus manos aquel frasco.

En su mente pensaba que sería muy sexi y hermoso para la chica de coletas y por eso, era que quería tomarse aquella pócima... Todo lo hago por Diane, aquel pensamiento surco su mente, mientras dirigía aquel frasco a sus labios.

Una vez estuvo cerca, comenzó a beberlo sin pensarlo dos veces, después de todo, tenía un sabor dulce que hizo que lo bebiera rápidamente y sin pensar demasiado en las consecuencias... después de todo, a veces esas pócimas podían tener efectos secundarios.

— ¡Listo! —exclamo poniendo aquel frasco en la mesa. — ¡¿ahora cuanto tengo que esperar para que mi cuerpo cambie?! ¡¿Seré más alto?! ¡¿Tendré abdominales?!

Ataco con preguntas a la maga, mientras un leve sonrojo adornaba sus mejillas al imaginarse alguien sexi y alto, de seguro con eso, Diane estaría con él, eso lo tenía por seguro y lo emocionaba demasiado, cosa que le saco una sonrisa de sus labios, y al imaginarse todo eso, había descartado sus pensamientos de los afectos secundarios, o de que la maga le esté mintiendo.

—Oh King... Eres tan ingenuo. —una sonrisa estaba en su rostro, mientras se acercaba al chico y le daba dos palmaditas en su cabeza. —Al final... si fuiste mi conejillo de indias.

King al escuchar eso se sorprendió, rápidamente quiso atacar a la maga, pero sentía su cuerpo pesado y sus ojos lentamente se estaban cerrando, rápidamente puso su tesoro sagrado en el suelo, y termino cayendo en este, Merlín lo observo por unos segundos, mientras esperaba a que su cuerpo cambie.

—Veamos cómo me alimentas esta vez, porque estoy preparada para consumirlo con gusto.