—Joaquín, cariño, ¿sigues aquí? —cuestiona Eli mientras observa las escaleras esperando a que su hijo finalmente escuché su llamado. —¡Ya me voy!
—Aquí estoy, aquí estoy. —interviene mientras baja corriendo y sonríe de oreja a oreja.
—Estas muy feliz hoy, ¿no lo crees? —Eli encarna una ceja mientras ladea la cabeza mirándolo. —Déjame adivinar... ¿Emilio?
El castaño suspira enamorado mientras utiliza sus manos para cubrir sus mejillas sonrojadas.
—¿Cómo ha estado? —Eli ríe levemente ante la actitud enamorada de Joaquín, su hijo era demasiado dedicado si se trataba de su vecino y amor frustrado Emilio, de hecho estaba mas que acostumbrada a escucharlo murmurar su nombre mientras dormía, estaba verdaderamente enamorado. —No lo veo desde la semana pasada.
—Ya sabes, esta bien. —responde el menor mientras toma asiento en el comedor y se queda pensante. —Creo que estoy progresando muchísimo.
—¿Ah si? —cuestiona interesada.
—Si, sus miradas las siento diferentes, su actitud conmigo ya no es tan distante como con los demás, incluso me regresa los saludos todas las mañanas. —pausa. —Creo que se esta enamorando de mi.
—¿Quién sabe? Quizás tienes razón. Pero ya sabes como es, podría pasar cualquier cosa por su cabeza y nadie nunca lo sabría, su actitud me es un completo misterio.
—Déjame decirte que yo conozco a mi Emilio como la palma de mi mano, y se que poco a poco comenzará a abrirse conmigo, si he esperado diecisiete años no creo que un par de semanas sea mucho. —responde seguro mientras saca su teléfono del bolsillo delantero de su pantalón y comienza a escribir.
—¿Qué haces?
—Le escribo un mensaje, en unos minutos regresa del gimnasio y siempre le escribo deseándole una buena noche, —pausa. —pero hoy iré a acompañarlo. —exclama mientras se acomoda su cabello y se dirige a la puerta.
—Joaquín. —Eli lo llama y el voltea sin quitar la sonrisa de su rostro. —Estoy segura que Emilio te quiere mucho, a su manera, pero si te toma en cuenta, sino créeme que se hubiera alejado desde hace mucho. Eres un chico dedicado y que nunca se ha dado por vencido, —acaricia su mejilla. —solamente busco que no sufras por un amor a esta edad, eres muy joven para eso.
—Descuida, el es un buen chico te lo puedo asegurar.
—Bien, cuídate y no regreses tan tarde.
—¡Nos vemos, te quiero! —exclama mientras cierra la puerta a su espalda y comienza a trotar hacia su destino.
El sol comenzaba a ocultarse tras el horizonte, vivir a las orillas de la ciudad tenia sus beneficios, y era precisamente disfrutar de la tranquilidad que brindaba aquel vecindario.
Joaquín suspira pensando en lo que su mamá le decía hace unos momentos, sabia que Emilio lo quería y no le quedaba dudas que su corazón comenzaría a ceder ante él en algún momento, lo había dado todo por él y también era consciente de ello, solamente necesitaba darle un empujoncito.El gimnasio se encontraba doblando la cuadra, Joaquín iba tarareando una canción hasta que sintió que lo jalaban del brazo para introducirlo a una especie de callejón.
Chilló al escuchar una navaja y después a esta rozar con la parte baja de su abdomen, sollozo al ver a un chico con capucha frente a él, no podía apreciar su rostro pero si notaba el cigarrillo encendido que descansaba en sus labios.—Solo dame tu teléfono y no tendremos que llegar a mayores, bonito. —susurro el hombre con voz carrasposa mientras analizaba la pequeña figura de Joaquín temblando frente a él.
—D-de acuerdo. —susurro en respuesta mientras tomaba la orilla de su teléfono para sacarlo de su bolsillo, pero antes sintió que alguien apartaba al hombre de él provocando que la navaja realizara un corte en su antebrazo y terminara sentado en el suelo.
Joaquín gimió bajito y observo el hilo de sangre que salía del corte, después levanto la mirada para apreciar a la persona frente a él provocando una leve sonrisa.
—Emilio... —sonrió. El rizado le ofreció su mano para que se levantara, al instante Joaquín se puso de puntillas y rodeo sus brazos en su cuello dándole un fuerte abrazo. —Gracias por estar aquí. —susurro en su oído mientras disfrutaba de la calidez que emanaba su cuerpo, estaba agitado debido a su reciente trabajo en el gimnasio pero no le importo, era él y era mas que suficiente.
Emilio se quedó en silencio aún sin corresponder al afecto, solamente de pie dejando que Joaquín le abrazara como todas las ocasiones, después de todo no era la primera vez, podían ser caricias, abrazos... e incluso besos.
Al instante en que el menor le soltó gimió bajito al notar la herida que por un instante había olvidado.
Emilio bajó la vista y lo tomó del brazo para verificarla.—¿Te duele? —susurro mientras le miraba directamente a los ojos.
—No es nada, de verdad. —respondió el menor mientras sentía a sus mejillas arder debido a la cercanía de sus rostros.
No era la primera vez que se encontraban de esa forma, Emilio estaba prácticamente con sus brazos rodeándolo y Joaquín frente a su cuerpo siendo intimidado por la notable diferencia de altura.
Miró sus labios y por instinto se relamió los suyos.
Era consciente que había sido él quien se había encargado que su primer beso fuera con Emilio, y de la misma manera había sido el primero del rizado, de ahí en adelante uno que otro beso robado por parte de Joaquín había tomado por sorpresa a Emilio pero nunca se negó. Entonces, ¿por qué ahora le ponía tan nervioso estar a esa distancia esta ocasión?—Vamos. —exclamo Emilio mientras se alejaba un poco y daba un par de pasos. —Iremos a mi casa y te ayudaré a tratar esa herida antes de que se infecte.
Joaquín sonrió y obedeció al instante poniéndose a su lado mientras comenzaba a caminar mucho mas tranquilo, con su figura a su lado con la misma expresión de siempre, pero con esa compañía que disfrutaba como nunca, y claro, consciente de su preocupación.
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Lover Of Mine [Emiliaco] ✔
RomanceLOM | Donde Joaquin es chico lindo e inocente que lleva enamorado de su callado e inexpresivo vecino Emilio toda la vida y sin recibir respuesta. O donde Emilio esta mirando de otra manera a Joaquin, una de la que nunca creyó cederia y que lo esta h...