Secuestradas por Uchihas

Capítulo XVII:"Amante"

NARUTO Es una obra licenciada. Una serie de manga escrita e ilustrada por el gran mangaka japonés ; Masashi Kishimoto. Todo lo escrito y expresado dentro de este fanfic tiene como propósito enriquecer al Fandom.

Naruto Fanfiction : Secuestradas por Uchihas.
Capítulo XVII:“Amante”

El escenario era magnífico, la noche era fresca y las estrellas brindaban un panorama de tranquilidad absoluta. La cita era en los jardines privados de una de las casas del imperio Uchiha, lugar donde se reunirian ambas chicas.

El viento jugueteba con los cortos cabellos de aquella melena rosa, la figura femenina de la tan conocida prometida de Sasuke se encontraba de espaldas a la presencia de la actual heredera Uchiha.

—Sakura...—. Los ojos de la mayor se llenaron de lágrimas yendo con prisa tras la chica de rosados cabellos, por su parte la Haruno dejó caer su bolso apresurandose para rodear sus brazos con aquella amiga a la que tanto extraño.

—Izumi—. Finalmente rompió en llanto —Estos meses han sido tan difíciles, ya no lo soporto. Eres tan fuerte... Yo— El aire le traicionó—Yo no puedo

La mirada de Izumi se lleno de terror, no permitiría la desgracia a sus seres amados. Debía recuperar la libertad de ambas chicas incluso si eso le arrebatada su vida. Suspiró mientras abrazaba a la pelirosa, ya tenía el imperio y al líder en su mano, tenía el poder ahora o eso pensaba hasta que en su mente escucho la risa inocente de un bebé.

“Un heredero Uchiha”

Si las cosas resultaban bien pronto estaría en cinta. La idea le llenó de terror nuevamente, ser madre por obligación no era lo que quería pero sabía que era la única opción de poder redimir el legado de su madre. El cambio absoluto.

—Sakura, escúchame bien

—0—

—Tío Madara, es una sorpresa verlo aquí—. Saludó cordialmente Uchiha Shisui olvidado por completo el anterior comentario dirigido al mayor,este por su parte, sonrió olvidando el pequeño inconveniente.

—Querido sobrino—. El mayor se acercó para depositar un fraternal abrazo al Uchiha. Itachi rodó los ojos, la presencia de ambos le daba jaqueca, sentía la necesidad de deshacerse de ambos Uchihas.

—¿Dónde está el primo Sasuke y el primo Obito?—. Preguntó Shisui mirando a su alrededor la multitud de los miembros Uchihas que gozaban de la suave velada.

—Hace unos momentos mi hermano llegó con su prometida, de seguro estará con mi madre, después de todo es su consentido—. Explicó Itachi con su porte independiente.—Por otro lado, Obito no estará presente, esta atendiendo asuntos importantes fuera de la capital.

—¿Es acaso sobre la hija adoptiva de Namikaze?—. Preguntó mientras tomaba una copa de vino que repartían los meseros.

—En efecto, pronto realizare un viaje con mi esposa para ver a la señorita Nohara—. Anunció tomando también de la charola una copa de vino para guiarla a sus labios para poder así degustarla.

—Solo traen más que deshonra a la familia, mira que ver al Heredero Uchiha con una mestiza, podiendo tener un harem de linaje puro. Obito me decepciona, ¿Una Nohara? ¿Acaso has  oído hablar de ese Clan? Ni menciones siquiera a tu hermano ¿Haruno? Su "peculiaridad"—. Hizo énfasis en la última palabra. —No es nada benefico para  nuestro linaje ¿Se imaginan aún Uchiha con cabello rosa? Es estúpido de solo imaginarlo...

—Tío Madara, lo mejor será que huya, la señorita Terumi está cerca—. Recordó Shisui al Uchiha mayor. La tensión que se ejercía cuando los Varones Uchihas se juntaban terminaba en catástrofe. Madara dirigió su mirada a la señorita de elegante parecer.

Rápidamente sonrió nervioso para perderse entre la multitud optando nuevamente por aquella máscara que regularmente se dejaba presenciar a los líderes en tan presuntuosos eventos. La mujer de ojos cian miró a la generación de Uchihas quienes le dedicaron halagos sobre su encanto para poder así despistar su búsqueda.

Por otro lado. Aquella mujer que desde una edad temprana fue sometida a las injusticias de su sangre se veía envuelta en un cúmulo de luces y cámaras que se dedicaban a generar pregunta tras pregunta sin la oportunidad de un descanso.

—¿Porqué ocultaron su noviazgo?—. Preguntó una mujer bien vestida mientras se acercaba con su micrófono a la esposa de Itachi.

—¿Porqué no portaba la argolla de compromiso? En su estadía en la universidad nunca utilizó esa joyería—. Las preguntas eran justas, más las verdaderas respuestas podían resultar descabelladas a fueras del mundo. Izumi sentía sus propios problemas caer encima suyo... Se sentía agobiada.

"... ¿Papá? ¿Qué harías tu?...”

—¿Su vida será pública?— Preguntó.

El azabache fastidiado por la prensa decidió hablar abriéndose entre la multitud para atraer a su esposa mientras le brindaba confort. —Mi esposa no se encuentra en disposición, si nos permiten convocaremos una conferencia para hablar de nuestro matrimonio, sin más que decir, gracias.

—0—

La esposa de Itachi se encontraba al borde de la cama, el fulgor de la luz de luna la bendecía mientras sus lágrimas salian a mares de sus ojos marrones.

El silbido de un ave que ella conocía llamó su atención. Giro su mirada al cuerpo recostado entre las sábanas, con suavidad se levantó de la cama y se dirigió a la ventana deslizando la puerta para ver a aquella figura varonil que tanto conocía.

—Shisui ¿Qué haces aquí?

Sin mencionar nada, Shisui se acercó a los labios de la mujer besándola. Izumi trató de frenar aquella insensatez, en su mente sabia que había prometido respetar su matrimonio con Itachi, sin embargo sucumbió a sus deseos dejándose guiar por el suave ritmo de los labios de su amante, aquel dulce caramelo que tanto había extrañado desde aquella noche en la que "renunciaron a sus sentimientos" por un bien mayor.

—Shisui, yo...

—Que sea nuestro secreto

Un segundo beso tomó lugar entre ambos jóvenes, teniendo a la luna como testigo de aquella aventura que ambos embarcarian.

—Nos vemos luego, "hermanita".

Izumi se dirigió al interior de la alcoba, ¿Qué estaba sucediendo? Llevó sus manos a su avergonzado rostro. Sentía su corazón latir desenfrenadamente, incluso su respiración la traicionaba en ese momento.

—¿Sucede algo, cariño?—. Llamó adormilado su marido, Izumi le sonrió para recostarse a su lado, Itachi la rodeo con sus brazos.

—No es nada—. Respondió acurrucando su rostro en el pecho del mayor. ¿Un Heredero? Ese pensamiento se perdió entre las ideas de aquella mujer condenada a amar a un hombre que no deseaba.