En esas dos últimas semanas a pesar de que las intenciones secretas de Gustabo por tener una oportunidad de ser algo más que un compañero sexual para Conway, esas semanas había tratado de “conquistarlo” de manera muy obvia.
Había dejado notas en el despacho del Superintendente con frases cursis, o poemas sacados de Google, no era un poeta, y mucho menos una persona que se le caracterizara por ser cariñosa, pero estaba dando su mejor esfuerzo. Dejaba pequeñas paletas sabor a cereza o fresa y con forma de corazón. Nunca firmaba ninguno de esos regalos con su nombre, pero Jack sabía a la perfección quien era el autor de esos detalles. Aún así nunca dijo nada.
La mañana había empezado tranquila en comisaría. Gustabo tenía escondida una paleta, esta vez sabor a fresa en el bolsillo de su pantalón, tenía planeado dejarle en el despacho, como siempre. Subió hasta donde se encontraba y, paró en seco al frente de la puerta del despacho, escuchó voces, por instinto se escondió alado de la puerta, y escuchó.
- ¿Desde cuando le gustan las paletas, Conway?- Dijo el ruso.
Gustabo se asomó un poco para ver por esa pequeña ventana de la puerta. Volkov tenía en sus manos una de las paletas, seguro es la que dejé ayer en la noche en el despacho. Pensó Gustabo.
El rubio seguía mirando por la pequeña ventana, tratando de no ser descubierto.- Tómala si quieres, a mi no me van esas mierdas. - Dijo Conway señalando la paleta que tenía Volkov en sus manos.
Volkov asintió, quitó el envoltorio y se la metió a la boca.Gustabo dejó de mirar por esa ventana, miró al frente, respiró hondo y se alejó del despacho.
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.- ¡Código 3 en badulaque! - La voz de alguno de los alumnos sonó por la radio.
- Dan y Fred en camino.- Dijo Horacio mirando de reojo a su compañero, buscando alguna señal de aprobación o negación, sin embargo no recibió nada de parte del otro, había estado extrañamente callado esa mañana.
De camino al código 3 Horacio intención hacer conversación con Gustabo, sin embargo este solo respondía con unos vagos murmuros que apenas y eran audibles.
Horacio estacionó el patrulla y bajó. Gustabo se quedó un rato mirando sus pies, dirigió su mirada a la entrada del badulaque, quitó las llaves del contacto del carro, las guardó en el bolsillo del pantalón y salió, no era tiempo de distraerse, debía trabajar.
Bajó del patrulla y se posicionó alado de sus compañeros.Ya había pasado 25 minutos de negociación, los atracadores eran unos novatos, se les notaba. 5 minutos después los mismos atracadores se entregaron. Gustabo no tenía ganas de procesarlos, dejó que de eso se encargaran sus compañeros.
Horacio iba atrás de Gustabo hacía el patrulla.El de cresta se paró alfrente del rubio. Gustabo metió su mano en el bolsillo del pantalón para sacar las llaves y dárselas a Horacio. En el acto, esa paleta sabor a fresa cayó al suelo.
Horacio la recogió y miró a Gustabo, como buscando aprobación de este. El rubio miró la paleta, luego al de cresta.- Cógela, a mí no me van esas mierdas.
Horacio de inmediato quitó el envoltorio de la paleta de corazón y se la metió en la boca.
- Toma. - Gustabo le dio las llaves del auto. - Vámonos.
Subieron al patrulla. Gustabo miró una vez más la paleta que en ese momento, estaba en la posesión del de cresta, quien manejaba con la paleta en la mano.
Y no pudo evitar pensar cuál fue su fallo al darle esas paletas a Conway. ¿Acaso la forma de la paleta no le agradaba? Podía conseguir de otras formas. ¿Eran muy pequeñas? Podía conseguir más grandes. ¿Eran muy dulces? Había más sabores. ¿O esque acaso no sabían bien?Gustabo miraba hipnotizado la paleta, hasta que Horacio se la metió otra vez a la boca.
- ¿Qué tal sabe? - Dijo el rubio señalando la paleta.
- Delicioso - Respondió su compañero.
¿El problema era que él se las haya dado?
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Fool | Intenabo
FanfictionSoy un tonto por seguir persiguiendote. Eres un tonto por seguir dándome esperanzas.