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El mundo era regido por 2 especies únicas; Angeles y demonios.

Los Angeles vivían a en el cielo, y se caracterizaban por amar a los seres vivos y además cuidar a los humanos y guiarlos hacia el cielo. Por lo que si uno de ellos nacía con esa defecto, el no amar, seria desechado al no servir. El cielo era cruel pero "justo".

Los demonios eran crueles hombres de negocios que vivían en las sonas alejadas de la tierra, negociando o matando a personas por órdenes del diablo segun su rango. Eran marionetas sin sentimientos. Por lo que los demonios que sentían debían morir o ser excluidos de la raza.

Estas 2 razas no se llevaban para nada, de hecho estaban como en una especie de guerra pacífica. Sin armas.

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Era un frío amanecer, en el que una luz dorada cayó suave mente sobre el pasto que no había sido cortado en décadas.
El lugar estaba tan alejado de la sociedad, que los sollozos del pobre angelito eran casi nulos al saber que de nadie conseguiría consuelo.

Parecía tener un ala rota.

La mirada azul del pequeño angel alcanzó a ver a un joven demonio pelirrojo... El Lucía sorprendido mientras salía de una cabaña de tonos oscuros, el angel pensó enseguida que era malo y que debía alejarse, pero estaba tan asustado que no pudo.

El sereno de la mañana empezó a caer en el lugar.

El demonio miro en cielo, las nubes y luego se quitó su chaqueta negra y se acercó al Angel. Este le miro con miedo y listo para alejarse, pero se dejo cubrir la espalda con la chaqueta.

-Vamos, ponte de pie. -el pelirrojo demonio le ayudo a levantarse recostadose en su pecho por el miedo, estaba serio y no parecía sonreír amenudo.- ¿te duelen las piernas? Estas temblando mucho.

Era verdad, habían raspaduras en todo su cuerpo y sangre por casi todos los lados.

El demonio parecía vivir en esa solitaria cabaña lejos de todo o eso pensaba el angelito sentado en la cama del pelirrojo en la pequeña cabaña.

-¿Te sientes bien? -dijo el muchacho acercándose para ofrecerle sopa.

El angel la recibió aún temblando, con una manta gris en su espalda y ahora curado con Muchas vendas.
El Angel solo miraba su comida bajo la atenta mirada del demonio, sin saber que decir. El demonio asumió que quizás era mudo y se sentó a su lado, suspiro y cerró sus ojos para pensar algo que hacer con él.

Entonces sintió un peso en si hombro y una dulce vos.

-Dijeron... que no sabía amar... -le escucho sollozar al pobre angel, el sabía lo que esas palabras querían decir "No sirves para nada" eso querían decir.- ¿Y ahora que haré?.... si no soy útil para lo que vivo... entonces... ¿Que puedo hacer?....

-No lo sé. -Soltó el demonio abrazando a la mitad al angel para consolarlo.

El llanto del ángel resonó por toda la vacía casa, en la que el demonio intentaba calmarlo sin saber porque... pues nunca había sentido empatia por alguien.

En todo el día el chico se dedicó a cuidar al joven y derrotado angel. Esto hizo que él pensara.
"Él es tan amable... ¿esto es el amor?.... Quiero que él me enseñe a amar.... quizás así pueda volver al cielo"

-Me tengo que ir -dijo el demonio en la puerta poniéndose su chaqueta- No salgas y esperame aquí, llegare por la noche.

-¡Dis-.... Disculpe! -él logro detenerlo antes de que se fuera.- ¿C-como te llamas?...

-... El demonio rojo, Karma Akabane. -dio una mirada segura aunque por dentro se sorprendió al ver la radiante sonrisa que le era ofrecida.

-Yo me llamo Nagisa shiota, espero que nos llevemos bien señor demonio!

-.... Adiós. -y salio de casa.

-¡Le esperare aquí señor! -Dijo contento el tierno angel que no sabía que era el amar.

🌸 Continúa 🌸

Nueva historia tierna! Que les parece? :D

Amar como tu /🌸❤🌸 Karmagisa🌸❤🌸\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora