Epílogo

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12 años después...

La mañana de aquel día era soleada, los niños ya de preparaban para ir a pedir dulce o truco, las aves volaban sobre los árboles y algunas más cantaban, las decoraciones estaban por todos lugares y Spencer veía detrás de su ventana, veía el cielo azúl y suspiro, un día como ese pero hace 12 años habían pasado una de las peores tragedias que le pasó a la UAC, maldijo por tener memoria eidética y recordar todo con exactitud, recordo a qué olía el aire, recordo el cielo oscuro y en el momento que entraron a aquella bodega.

Flashback

El SWAT estaba en sus posiciones junto con todo el equipo de la UAC, abrieron la bodega, los detectores infrarrojos no detectaron nada así que procedieron a entrar. En ese momento las luces se encendieron y en medio de la había había una pequeña caja de cristal, que estaba siendo alumbrada con un reflector como un trofeo, Emily y el resto del equipo se acercó, parecía que el tiempo se detuvo, se escucho en grito de JJ y como todos rompieron en llanto, Spencer se cubrió el rostros con sus manos, no lo podían creer, llegaron tarde...

Fin del flashback

—¿Spence?—-Pregunto a sus espaldas Maxine, la esposa de Reid. Giro sin antes secarse la lágrima que derramó—¿Estás bien?

—Si, cariño, no es nada—Dice el tratando de aparentar que sí cuando ese recuerdo aún le dolía.

Max le acercó a él y le acarició el rostro.

—A el no le hubiera gustado que te culparas—Le dice ella y Spencer solo asiente suspira, acaricia el el vientre de Max que tenía 7 meses de embarazo.

—Mami, ya terminé, ¿me ayudas?—Dice una infantil voz de su hijo de 5 años que trata de ponerse el disfraz de Einstein.

—Oh, claro cariño—Dice Max y se va detrás del niño.

Spencer gira de nuevo y mira los retratos que estaban en el buro, toma uno de ellos, en aquel cuadro estaba todo el equipo, incluyendo Louis, sonrió con nostalgia, lo dejo en su lugar y se marchó detrás de Max para ayudarle al pequeño Louis de 5 años.

Mientras tanto García se aguantaba las lágrimas al encontrarse con una foto de ella y Louis entre sus cosas, se había mudado con Luke hace tiempo, pero nunca había abierto esa caja. Luke la abrazo por la espalda, también fue su amigo, pero sabía que Gracia y su corazón tan noble le hacía más daño, era su mejor amiga y la madrina de Freddie.

—Ya no lloraré, tengo que ir por Eddie y no quiero que me vea así—Dice secándose las lágrimas, toma su bolso se detiene un momento y suspira, va hacia la cama donde su hija de 4 años jugaba al te, vestida con todo que pudo tomar del armario de mamá, muchos collares y labial por toda la cara- Cuídate, pórtate bien con papá, los verlo en unas horas para pedir dulces—Le da un beso en la frente y después uno a Luke en los labios. La pequeña rubia de ojos cafés se despidió con la mano para después ofrecerle una taza de te a su papá, el cual acepto con gusto.

Tara estaba en su casa revisando algunos informes pendientes, había regresado a su trabajo como psicóloga forense y al igual que Reid se dedicaba a la docencia. Suspiro y se recargo en su silla, recordando aquel día.

Matt jugaba con el más pequeño de sus hijos su esposa los llamo para cenar pero el se quedó unos minutos viendo el cielo.

—¿Cariño? Vamos adentro come—Le dice su esposa y el asiente.

Morgan asistía a un partido de fútbol del su hijo Hank junto con su esposa Savannah, se pararon de su asiento y gritaron en apoyo al gol que metió su hijo, mientras esté los saludaba desde lejos. Morgan se volvió a sentar, trataba de distraerse, pero sabía que día ese, Savannah al verlo lo tomo de la mano.

Hotch fue hacia la repisa dónde tenía la foto de Haley su fallecida esposa y a una lado una foto de Louis jugando con Jack, se pierde en sus pensamientos hasta que su hijo lo llama a cenar.

JJ estaba en el jardín viendo a sus hijos jugar con su esposo Will, definitivamente ya no eran unos niños, pero aún tenía a su pequeña niña de 7 años que le pidió ayuda para ponerse las alas de hada. Empezaba hacer aire y se distrajo pensando de nuevo en aquél día, todos tuvieron que tomar terapia después de ese día pero aún quedaban los rastros de culpa.

Emily ahora era la presidenta del FBI, muchos del equipo decidieron retirarse después de lo ocurrido, pero seguían en contacto, la muerte de Louis los había unido mucho más. Seguía llenando los papeles que tenía que firmar, se detuvo un momento para observar la foto donde estaba todo el equipo y recordo su última conversación con Louis, tal vez si lo hubiera detenido de irse a casa esa noche las osas serían diferentes.

Por otro lado Rossi estaba sentado con la vista a su jardín, bebiendo una copa de vino.

—Picogordo triguillo, abundan mucho por aquí—Dice la voz de Gideon que estaba sentado a su lado.

—¿Recuerdas que dijimos que necesitaríamos todo un ejército para acabar con ellos?—Pregunto Rossi.

—Y lo hicimos, Dave, creamos la UAC—Dice Gideon.

—No fue suficiente... Tantas muertes, Haley, Maeve, Stephen, Louis... Tú... No pudimos salvarlos...

Gideon suspira.

—Eran inevitables, nadie tenía idea, nadie se lo esperaba, somos personas, Rossi, no superhéroes, no podemos hacer todo, ni yo pude, por cada una de nuestras muerte salvaron a cientos más, el mundo es mejor un poco mejor gracias a lo que hicimos, nuestro sacrificio valió la pena.

—¿Con quién hablas abuelo?—Pregunto el nieto de Rossi.

—Con nadie, me gusta recordar las palabras de mi viejo amigo Jason—Responde Rossi y vuelve a beber.

Mientras todo eso pasaba un Eddie de 18 años hacia su tarea en la barra de aquella cafetería donde Louis conoció formalmente a quien años después de quitaría la vida. Sabía que día era, aún recuerda ver a García llorar y como Morgan le tuvo que dar la noticia, se culpó de no decir nada, pero era solo un niño, el realmente creyó las palabras de Harry que terminaron siendo real.

Había entrado a la academia del FBI y está estudiando la misma profesión que su padre, todos tenían la esperanza de que no optará por nada de esto pero sabían que era imposible, estás en el, era igual que Louis, quería atraparlo, quería hacer justicia, terminar lo que una vez empezó, pero le daba miedo, trataban de persuadirlo de que no lo hiciera, aún se debatía sobre su futuro.

Miro su teléfono, García le mando un mensaje de que ya iba para allá, habían acordado de ir al panteón a dejarle flores como cada año. Aunque la tumba estaba casi vacía, ya que nunca encontraron todo el cuerpo, ni al asesino, escucho una campanita de la puerta que tintineaba cuando alguien entraba, alguien se sentó a su lado y pidió un expreso doble.

—¿Vaya día no?—Pregunto el extraño.

—Vaya que si...—Responde Eddie pero no lo mira.

Un niño que estaba con su madre en la mesa de atrás llora y la mujer trata de calmarlo. Esa noche era Halloween así que muchos niños ya estaban preparándose para pedir dulces, perdió de vista su pluma y la busco entre los papeles.

—¿Quieres una pluma? Ten—Le extendió la pluma y el la acepto pero resbaló por sus dedos y cayó al piso.

—Oh lo siento—Dice tomándola y volviendo a su lugar, la persona ya se había ido, volteo y al escuchar la campaña otra vez y ver al sujeto alejarse, se sentó otra vez.

Comenzó a escribir sobre el papel pero se detuvo al observar más la pluma, era bastante lujosa, era delgada y de color plata, al girarla noto que tenga grabada un corazón clavado con una daga. Los recuerdos inundaron su mente, creía que los había bloqueado, recuerda como después de lo sucedido su mente tuvo creo crear un mecanismo de defensa y no recordaba el rostro de Harry, sino que en su lugar veía una figura negra borrosa como una sombra, un fantasma, después de ese día tenía pesadillas donde decía que el monstruo vendría por él.

Su corazón latió fuerte y esos recuerdos se desbloquearon, giro hacia la puerta y vio al hombre que estaba en el otro lado de la calle mirándolo con una sonrisa, ahí comprendió algo.

"La creencia en una fuente sobrenatural del mal no es necesaria, el hombre por sí mismo es muy capaz de cualquier crueldad"-Joseph Conrad.

Mente Criminal©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora