Capítulo 2: Amigos que son familia.

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El día pasado, Volkov ayudó a Jack a desempacar casi todo, lo único que faltaba era que llegaran sus muebles y su cama. Lo cual significaba que tendría que dormir en el suelo por unos cuantos días.

(...)

Flashback


– ¡No te rías! No hace nada de gracia esto, Viktor. —, el contrario, por alguna extraña razón al escuchar ser llamado por su nombre de cabezilla rió aún más.

– No me hace gracia eso, es que te imagino... Echado en el suelo, con una mantit-

Nuevamente estalló en risas, por tercera y última vez, ya que Jack golpeó con su hombro dando directo a uno de sus pulmones, sacándole el aire. Sonrió victorioso al verlo en el suelo intentando recuperarse mientras tocía desesperadamente. Después de unos 5 minutos, retomó su compostura.

– No recordaba esta clase de juegos de tu parte. Tampoco me dejaste acabar lo que quería decir.—dijo poniéndose de pié, mirando con desprecio al pelinegro.

– Hombre, si lo que querías decir eran más risas, te hubiese dado más fuerte.—, esta vez fue el mayor quién rió. Pero el peliblanco se mantuvo con expresión fría.

Pero la verdadera intención de su amigo era otra.

– En mi casa tengo unas mantas bien calientes. Sé muy bien que te rehusarás en ir a dormir allá hasta que tu mueblado llegue, así que pensé en quedarme. Claro, si eso quieres.—, se encogió en hombros, rascando su nuca. El mayor sonrió de lado y asintó—. ¡Genial! Ya mismo busco las cosas, en una media hora regreso, ¿vale?

– Vale, capullo. Pero no tardes demasiado.

Fin del Flashback

Ambos durmieron relativamente juntos, solo que dándose las espaldas. Para el cabellos negros fue algo complicado conciliar el sueño, de vez en cuando salía al balcón que se hallaba en la sala y prendía un cigarro, para intentar controlar un poco su ansiedad con respecto a lo que se le aproximaba en unas horas.

Pero su mente se hallaba en todos lados menos en el presente, no paraba de darle vuetas y vueltas a la situación.

Solo tenía una oportunidad, una única oportunidad y no debía cagarla por lo más mínimo. Tenía unas cuantas cosas a su favor, y la más importante era el poder de la palabra; digamos que él se caracterizaba por ser un chico el cual puede persuadirte con solo hablar, pero... En este caso era diferente. Jack podía persuadir si examinaba a detalle las facciones y acciones de su contrario, la mayoría muy comunes de las personas, pero el Superintendente parecía ser diferente. Podría decirse que lo más probable es que fuese de ese tipo de personas que crees poder convencer y simplemente te sonríe, contestándote un frío: “no.”

Aquello no solo lo irritaba, sino que lo estresaba.

– Joder, ¿por qué pienso solo en él?—pensó para sus adentros mientras su mirada se enfocaba en las luces de la gran ciudad.

Y era verdad.

En todo ese rato no pensó en como describirse con respecto a su trabajo, sino en como hablar con el Super y que este lo aceptase.

– ¿Jack? ¿Qué haces despierto?

Volteó su mirada al departamento, en completa oscuridad visualizó una figura medianamente alta y con cabellos despeinados.

– No puedo dormir.—contestó cortante y retomando su anterior posición.

– Hombre chaval, pues ni cuenta.—, rió por lo bajo, para acercarse aún más.

Gracias a la luz ténue de la luna, pudo ver como su pijama era una camiseta algo holgada junto a unos shorts.

Arrecostó su cuerpo a su brazo izquierdo el cual reposaba en la baranda de dicho balcón. El mayor de ambos le extendió su cigarro y el contrario tomó una calada del mismo, para después de unos minutos, soltar ese humo que permanecía en sus pulmones. Ambos se mantuvieron en silencio unos minutos, disfrutando el simple pero satisfactorio sonido de las hojas de los árboles chocar entre ellas a causa de la brisa.

– Hay... Alguien en la comisaría que...

– No me jodas, ¿¡te gusta alguien!?—, comentó sorprendido.

– ¡Pero déjame terminar!—el mayor hizo un ademán para que continuase—, el comisario, específicamente.

Jack abrió los ojos de par a par cuando escuchó que se refería a un chico. Jamás imaginó que a él le iban los chicos, ya que él en ningún momento se lo había dicho.

– Oh. ¿Y cómo es él?— contestó interesante y jugando con sus cejas.

– ¡N-no hagas eso!—Jack sonrió victorioso–, Sus ojos son marrones, es muy alto, tiene cresta y...— pero fue interrumpido.

– Ya con eso, me decepcionan tus gustos, Volkov.

– No suena nada bien, lo sé, pero tienes que verlo. Es un jodido fuckboy, pero realmente... me g-gusta.—lo del final lo dijo con algo de timidez, apartando su mirada de los ojos de Jack.

El de cabellos negros llevó su mano al hombro del albino, sonriente. Parecía que de verdad tenía sentimientos con ese chico, y eso era algo que le alegraba.

– Si te hace feliz, es lo que importa.

– Eres de ese tipo de amigos que son como familia.—Volkov se abalanzó sobre él para fundirse en un fuerte abrazo, quedándose así por unos segundos.

– ¿Y has hablado con él?—soltó Jack.

– Bueno... Sobre eso...

– No me digas que ni siquiera se han hablado.—la sonrísa falsa del peliblanco causó que el mayor riera con fuerza—, ¡Volkov!

– ¡Ya sé, ya sé, ya sé! No soy bueno para ligar, he temido muchísimo en cagarla. Mañana, cuando vayas a la comisaría, iré contigo. Él siempre está con el Super.

Mierda, cierto. En unas horas tenía que verse con el Superintendente, lo había olvidado totalmente.

– Querrás decir en unas horas. Deberíamos dormir ya.—dijo entrando nuevamente a su dormitorio.

– Sí, buenas noches. Y por favor, no te muevas tanto, joder.

Ambos rieron para dormir, finalmente.

|N/A|
Sí, sí, mucha cháchara entre estos dos, pero era necesario para las historias de cada personaje u.u

Luego se viene salseo entre el super y Jack AAAAA
Espero y hallan disfrutado de este capítulo.

—f.

nymphomaniac. | IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora