Capítulo 3: The interview Pt. 1

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— Hey, Jack, Jack... ¡JACK!—el peliblanco le gritó, ocasionando que el mayor se levantara de golpe, ambos chocando cabezas de tal manera, que ambos cayeron.

— Capullo, ¿¡pero qué coño haces!?

— Despertarte. ¿No ves la hora que es?—, el mayor negó con la cabeza— son las 10:27 de la mañana, en una hora es tu jodida reunión y el recorrido desde aquí hasta la comisaría es largo.

Sintió que un jalón lo impulsó a despertar totalmente, empujando a su amigo para apartarlo del camino, para luego ponerse de pie y caminar hasta una de las cajas que ponía "suits".

— Recuerda que no debes de ir tan formal—, añadió la voz de su amigo a sus espaldas, que se hallaba recargado al marco de la puerta.

— Pero si no tengo más ropa, ¿qué carajos me pongo?

— Espera, deja que yo lo arregle.—le miró para guiñarle el ojo. A lo cual Jack solo soltó una falsa arcada.

El de cabellos claros organizó un conjunto algo formal y a la vez casual. Unos vaqueros oscuros, pegados, una camiseta blanca en conjunto a un cinturón negro y unos zapatos blancos. Cuando Jack observó todo el conjunto no le disgustó, pensó que le faltaba algo, algo resaltante, pero le parecía muy bueno para la ocasión.

— Vístete—. Le tiró la camiseta, junto al pantalón—, yo iré a alistar el desayuno.

— ¿Por qué pareces mi madre?

— ¿Lo he dejado de ser?— ambos rieron antes de que jack fuese al baño a cambiarse y alistarse.

Caminó hasta el baño, quitándose su camiseta holgada para ponerse la que le dió Volkov que era algo más ajustada, poniendo todos los botones al igual que la corbata que había dejado ayer en el baño. Echó un vistazo a su reflejo, y no se veía nada mal, tomó una calada de aire grande y peinó su cabello con sus manos y algo se agua.

— ¿Ya estás?—gritó el menor desde la cocina.

Jack solo se inmutó con su presencia desde el marco de la puerta, dándole una sonrísa nerviosa.

— Me estás jodiendo, ¿no? Parece que vas a una puta boda.—Lo fulminó con la mirada, haciendo un ademán de “¿Entonces qué?”— déjamelo a mi, ven.

Caminó hasta él, a paso apresurado. Volkov retiró la corbata, recibiendo un gruñido del mayor como respuesta.

— A mi no me gruñas, joputa. Ya casi acabo, aguanta—, desabotonó los primeros tres botones, dejando a libre vista el pecho blanco del pelinegro, junto a unas cadenas que ocultaba. Para luego despeinar un poco su cabello—, ¡ya está! Déjame verte bien.

Volkov retrocedió un poco cerrando sus ojos, y cuando lo miró... ¡Joder! Se veía putamente sexy, parecía ser otra persona completamente diferente, el anterior mencionado le sonrió para volver a paso rápido a la cocina—ya que sintió un aroma a quemado—.

— Yo te metía.

El mayor se atragantó con el agua, por la risa. Logró recobrar un poco de aire para soltar:— Cállate, capullo.

— Ya acabé—dijo llegando a la barra que estaba detrás de sí, con dos platillos de emparedados—, comamos para salir rápido —asintió, para acatar órdenes.  Y Hey—volteó a verlo por última vez—, muy buena suerte, sé que lograrás tener ese puesto.

[…]

Jack manejaba, mientras Volkov se alistaba con algo de perfume y acomodaba su cabello con la vista de su reflero en la ventana. El peliblanco podía percibir el nerviosismo de su compañero, al aparcar el carro en el estacionamiento soltó un gran suspiro, como si estuviese reteniendo algo de tal manera, que lo agotaba emocionalmente.

nymphomaniac. | IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora