Tiempo en familia

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Madara permitió que su Otoutou usara sus dedos como juguetes para lo que sea que su retorcida mente deseara crear con ellos mientras se sentaban en la engawa en un cojín del piso, bajo la sombra con una tetera de té verde a su lado y un regazo lleno de su hermano no tan pequeño quien en sus propias palabras podía definir que aparentaba tener hormigas en todo el cuerpo, ya que no paraba de retorciéndose mientras él instruía verbalmente a su primo sobre su kata.

-Dobla más las rodillas, Hikaku. Usa el impulso de tu núcleo para fluir a través de tus movimientos, ese último movimiento fue descuidado en el mejor de los casos. De nuevo desde el principio. -

Hikaku reconocido por ser uno de los Uchihas más flojos de su generación se quejó, pero cumplió de todos modos. Llevaba horas repitiendo los mismos movimientos y era notorio por la cantidad de sudor y polvo que se encontraba entre sus ropas y cuerpo y por si fuera poco el sol de la tarde no era de gran ayuda para que no sintiera como su piel hervía, aunque según desde el punto de vista de los que si estaban disfrutando de la sombra le daba un color saludable a la piel. El propio Madara estaba demasiado pálido con círculos oscuros y líneas de tensión debajo de los ojos, la mayor parte del tiempo se la había pasado cuidando a su hermanito mientras entrenaba su mente leyendo katas que puso en prácticas para su próximo encuentro fuera del clan, pero eso si nunca demasiado lejos de Izuna.

Había pasado apenas tres días desde su encuentro con los Senjus. Tres días desde que había sido desesperante para él saber que habían lastimado a su hermano por un descuido de todos, creyendo que sus trampas y fuerza era lo suficiente para enfrentarse a adultos que llevaban años, décadas si era posible matando a sangre fría a cualquiera que se les pusiera en frente. Recordaba cómo se había puesto histérico cuando estuvo en las puertas de su clan, tanto así que no noto como otro grupo de Uchiha estaban siendo llevado a las áreas médicas por otra emboscada que habían sufrido. No culpaba a nadie porque los sanadores no llegaron rápido donde él y su hermanito para curarlo, había más heridos que según había escuchado decir a su padre, no sobrevivían muchos por la profundidad de sus heridas, había sentido un nudo formarse en su estómago, una culpa por pensar antes en su único pariente sanguíneo restante y no en los demás del complejo, pero al mismo tiempo se sintió bien si no fuera por esa emboscada la ansiada que residía en las frontera de su bosque no había ido a ayudar y Tobira no hubiera curado a su hermano con su técnica especial.

Había sido raro, nunca había confiado la vida de su hermano desde la muerte de sus hermanos y su madre ni siquiera cuando los médicos de su propio clan lo revisaban ya fuera por una fiebre se alejaba de su lado, pero ver a Tobira ofrecer su apoyo un poco tosco según él, le sirvió, al principio Izuna había hecho un pequeño berrinche con sus heridas, pero después de unos minutos había logrado calmar sus facciones, no lo curo por completo porque como ya había dicho la albina, no estaba completado, retiro ampollas y algunas quemaduras bastantes notorias, pero no pudo quitarle todo el dolor, además que sus reservas de chakra no es que fuera ilimitadas, todos tenían un tope y ella había llegado al suyo cuando cayó casi temblando a un lado de donde estaba su hermano.

Ella no volvió a hablar con él después de haberse recuperado, no volvió a decir nada cuando se levantó y tomo rumbo a la puerta, simplemente se fue dejando a él al cuidado del pequeño bultito recostado más cómodamente en el futon dejándolo a él con un gracias en su boca y un alivio interminable por su hermano, no fue sino hasta horas más tardes que su padre se dignó a entrar a verlo y se sorprendió mucho el saber cómo la niña que hasta ahora sabía acompañaba a la anciana había curado a su hijo, Obviamente Madara no dijo cómo, sabía que si le decía que había empleado una técnica diferente su padre la secuestraria y por muy insensible que él fuera con los sentimientos de los demás sabía que no era justo que una persona que había sufrido desde el día que recordó todo fuera secuestrada por un clan para que día su vida por la causa.

pushing to the opposite direction (CANCELADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora