Royalty

635 132 4
                                    


Hitoshi agarra con más fuerza las manos del menor, casi le hacía daño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hitoshi agarra con más fuerza las manos del menor, casi le hacía daño. Temblaba con fiereza, miedo, pánico en la mirada y fino sudor cubriendo su rostro. Aun así, Kaminari, a sus 16 años, creía estar viendo a la persona más bella del mundo justo enfrente suya. Tampoco había conocido a mucha gente desde que nació y fue casi confinado en palacio, pero desde que su nuevo cuidador había aparecido en su vida dos meses atrás, creyó haber conocido, al fin, al protagonista de todos esas historias que le narraba su difunta madre cuándo era pequeño y no podía conciliar el sueño.

El amor.

-¿Me querrías incluso si eso conlleva a un futuro en completa oscuridad? -pregunta Hitoshi seriamente, mirándole a los ojos y de nuevo apretando de más el agarre de sus manos.

Kaminari pestañea, completamente perdido en su mirada, antes de bajar la suya hasta los labios ajenos.

-Sí.

Hitoshi traga saliva. Los ojos del contrario brillaban, y sus labios ligeramente abiertos a juego con esa expresión de confusión solo le daban más ganas de abrazarle y no soltarle nunca.

Y lo haría, pero no tenía tiempo.

-¿Me querrías incluso si llego a ser todo lo contrario a lo que pensabas? - pregunta ahora con un temor que el menor percibe en su indecisa voz.

Denki piensa esta vez la respuesta.
A Shinso casi se le sale el corazón del pecho.

-Sí.

-¿Me querrías incluso si-

Un fuerte golpe en la puerta hace a ambos desviar la mirada. Menos mal que estaba bien cerrada. Fuera se escuchaban gritos y, desde hace unos minutos, el sonido del continuo choque entre metal (espadas seguramente) había perturbado la tranquilidad del jardín trasero y hasta de los pasillo inferiores.

Shinso regula su respiración y mira de nuevo al rubio, quien ahora mira completamente perdido, y sin entender nada, el lugar de donde había provenido el sonido.

El pobre era tan pequeño aún, tan inocente, tan puro, tan frágil, tan...

- Ka-kaminari Denki, olvida eso. Mírame -el nombrado le hace caso sin rechistar, como el heredero obediente que ha criado el rey.

De fondo, el sonido de duras pisadas es cada vez era más fuerte. El palacio casi parecía temblar en una fuerte sacudida.
Lo estaban asaltando, no cabía duda. El príncipe no era tonto, pero la fuerza que el mayor ejercía sobre él era tal que, aún siendo consciente del caos que ocurría fuera, solo quería seguir mirándole, escuchándole.

-¿Me querrías incluso si te alejo de todo lo que ahora conoces?

Denki da un pequeño salto por el estallido de lo que parecía ser, a la lejanía, un cañón. No quiere preguntar lo que estaba ocurriendo realmente, su padre siempre le ha mantenido al margen de sus problemas en palacio y en ese momento se siente seguro junto a Hitoshi.

Tenía un poco miedo y solo quería seguir ahí, en su habitación, a salvo de cualquier mal que estuviera ocurriendo fuera.

-Si eso me asegura que estarás a mi lado, entonces sí.

-¿Me querrías incluso si no tuviera nada que ofrecerte?

-Para mí, tu amor siempre será más que suficiente.

Una fina lágrima no aguanta más y baja por el rostro de Hitoshi, a la vez que este ahoga un sollozo. Denki, que seguía sin entender su pena, alza su mano para retirarla y, de paso, acariciar con ternura su suave mejilla.

- ¿Me querrás siempre?

Y el menor asintió sin pensárselo.

- Entonces bebe. Por favor, bebe y duerme tranquilo - suplica, acercándole la dorada copa que hasta hace nada descansaba sobre en el tocador. Kaminari, cegado por el amor, la recibe confiando completamente en su amado. - Te prometo que cuando despiertes ya no habrá más peleas por fronteras, guerra, odio, rencor, avaricia, ni mal acechándote. Te prometo que cuando despiertes, yo...

Pero, antes de terminar, el joven bebe el contenido de la copa, que inmediatamente después se cayó vacía al suelo por el susto de otro fuerte golpe en la puerta que esta vez no se detuvo y fue seguido por muchos más.

Denki se estremece, y los fuertes brazos de Shinso le rodean al igual que lo hacen sus sollozos. No entendía el porqué lloraba. Mientras sus párpados cansados se van cerrando y su frágil cuerpo desfallece mientras la vida se le escapaba de las manos, Kaminari ve como la puerta se abre al fin y por ella entraba, escandalizada, una sirvienta que le había cuidado desde que llegó al mundo.

- ¡LO HA ASESINADO! -- grita de repente entre sollozos, pero el joven rubio la escuchaba tan lejana.

- ¡LLAMEN AL AMO, HAN MATADO AL HEREDERO, LO HAN MATADO! ¡ESTÁ MUERTO, ESTÁ MUER-

°

Denki abre de par en par sus ojos a la vez que se sienta en la cama. Su pecho sube y bajaba sin descanso, y su veloz pulso le hizo hiperventilar y marearse también. Retirando el sudor de su frente recorre el lugar con la mirada, a la vez que sus ojos se acostumbraban a la oscuridad.

No era grande, ni estaba decorado de forma ostentosa ni con ornamenta recargada. No había grandes ventanales, y sólo dos pequeñas ventanas dejaba entrar la luz de la Luna. Por lo que veía era elegante, sobrio. Y desde no luego no era un palacio, no; era el dormitorio de un simple apartamento.

Una silueta en la puerta le hace dar un leve sobresalto, y posteriormente las luces so encendidas hasta dejar ver a un somnoliento Hitoshi vistiendo un ancho pijama y con su pelo alborotado a más no poner. El chico, al percatarse del estado asustadizo de su novio, se acerca preocupado y coloca una mano en su espalda, acariciándola con ternura por encima de la ropa.

- Había ido a por un vaso de agua, ¿has tenido otra pesadilla, Denki?

This is us [Shinkami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora