CAP 6: La última tecla del piano

6 1 0
                                    

Todos conocemos ese momento en el cuál la hoja blanca se hace infinita pues no sabemos con qué llenarla. ¿Pero y esas veces donde justamente tenemos tanto con lo que inundarla de tinta, con la que rasgar esa infinidad nítida y todo se convierte en un nudo que se niega a salir?

Tampoco sé lo que entienden, todo se disuelve en una simple tela de araña de contradicciones. Hay personas que se acercan y se enredan en ellas. De ser tú así, tomas un rumbo totalmente diferente y de alguna forma hallas una búsqueda, una búsqueda más allá del propio físico e mentalidad de la persona. Intentas escabullirte en su mente, a veces eres una araña, y a veces te cansas y simplemente te vas. ¿Pero a caso no te gustó lo que hallaste? ¿O simplemente tienes miedo de lo que puedas ser?

Tus acciones te confunden, a veces más de lo inexplicable.

Analizas cada centímetro, cada reacción, cada palabra. Tal vez por eso algunos se divierten mientras tú intentas enredarte en sus hilos de desorden, con tal de poder desentrañarlos, de ser el predilecto. Ellos ya son cazadores, y a veces intentan jugar contigo.

¿Y qué pasa cuando de tanto sentir, de tanto querer enredarte, te vuelves apático al mundo pero hipersensible a tu mente? ¿Por qué sientes que lo quieres olvidar?

Has entrado en su cacería, en tu propia inmensidad que no puedes entender ya que vives en su propia tela de araña, aunque tú te sientas una solitaria araña.

En medio de este atroz acto, muchos ya han notado que tú te has perdido en ellos más rápido de lo común. De ahí lo comprendes, te alejas, o tal vez lloras, te hace débil saber que has perdido, aunque sólo jugabas inconscientemente, y te adentras en un impulso de impotencia, que te destruye e intenta quemar la mayor cantidad de hilos donde yacen esas almas; sin suponer el daño que te pueden causar a ti mismo.

Pero hay veces en las que olvidas que, los que están ahí siempre, están por decisión propia. Nadie los forzó a nada. Nadie te cazó. Nadie de ellos quiso hacerte daño. Porque ellos no buscan tejer personas, ellos rebuscan ser dilectos con personas que ya no son cazadores. Y es que hay situaciones y personas que nunca se superan del todo, solo aprendes a vivir con el vacío que dejan. El corazón tiene su memoria y no puedes olvidar nada.

Dejaron de ser arañas, dejaron de tejerpalabras. Es triste olvidar cómo suena la voz de alguien, es inevitable quererolvidar a alguien. Pero por más que quieras, por más que pienses, nunca vas a hacerlo. Siempre habrán tejido tela dentro de ti, aunque tú lo niegues.

La noche después del incidente en el hospital. La madrugada del día siguiente. Creo que las dos siguientes semanas fueron las peores horas de mi vida. No por el hecho de que nos hayamos adentrado en un mundo tan perturbador y extraño, no es el hecho de que hayamos pasado por cosas tan puramente paranormales, ese no es el único hecho.
Ha empezado una cacería. Una cacería en la que somos peones. Una cacería en la que tenemos un revólver apuntando a nuestro pecho a cada segundo, cuando menos lo pensamos, cuando más lo hacemos. Algunos somos más fuertes. Otros no tanto.
Tras esa tarde y esa media hora en el parque, decidimos irnos a casa cada uno porque además de que ya era tarde, estábamos bastante cansados. Ya no llovía, la acera estaba mojada y me resbalé más de una vez por el caminito que siempre hago para llegar. Pongo las llaves en la cerradura y abro la puerta causando un pequeño ruido en la propia puerta que chica con la madera del suelo.
-Ya estoy en casa- grité para que me oyeran. Nadie me contestó. Me pareció un poco raro, por el simple hecho de que ni había comido y de que no había recibido ninguna llamada. Lo dejé pasar. Al dirigirme al comedor, había una pequeña nota escrita a mano.
"Lana, tu padre y yo hemos ido a la misa de media tarde. No nos esperes, saldremos a cenar fuera. Tienes la comida en el microondas".
La leí lentamente, adoraba la letra en cursiva que tenía mi madre. Pero dejándolo a parte, las únicas cosas que me dediqué a hacer las pocas horas que quedaban para medianoche fueron cenar, ver la TV y leer un libro.
Cuando me cansé de todo eso, subí a mi cuarto para ponerme directa en la cama, cuando inesperadamente recibí una llamada de Jane:
- Lana, tengo que contarte algo- dijo con la voz un poco quebrada.
-¿Que pasa?
- ¿Ha pasado algo?
- Algo como qué
- No sé, algo extraño
- ¿Jane está todo bien?
- Para que voy a mentirte
- ¿Qué ha pasado?
- Sonará un poco raro, pero se te ha cortado la luz?- se notaba preocupada, su pregunta no parecía ser una broma.
- Desde que he llegado a casa no
-Joder
-¿Por qué lo dices?
- Sinceramente no sé si soy yo, pero la tele no para de apagarse y encenderse cada cinco minutos- enserio, en el momento que me dijo eso me quedé en blanco.
-Emm..vale Jane estate tranquila, ¿ha pasado algo más? puede que no funcione no lo sé- creo que ella empezó a notar que la situación era un poco grave.
- Las luces del techo se mueven, tengo las ventanas cerradas- su voz volvió a romperse, estaba muy débil.
- ¿Tranquilízate okey?- en ese momento en casa también se me apagó la luz.- Se acaba de ir la luz en mi casa, y creo que en toda la calle- por fin una respuesta justa para que se relajase un poquito.
- Joder vale, por un momento ya me estaba dando un ataque cardíaco, bueno gracias- me dijo y antes de que pudiera contestarle colgó.
A los minutos de esa extraña llamada, me fuí a dormir y me quedé en blanco, ni siquiera me acuerdo de lo que soñé. Lo único que recuerdo es que sonaban ruidos muy fuertes, cómo si fueran sirenas, pero supuse que estaría muy muy dormida y sería fruto de mi imaginación, Desde luego que no fue mi imaginación.
Las 7 de la mañana. Unas fuertes luces rebotan en mis ojos y traspasan las cortinas. Me pongo el brazo en los ojos y con la otra mano me froto la frente. La luz no era tan fuerte, creo que venía del fondo de la calle. Despacio, me levanto y retiro las cortinas y procedo a abrir la ventana. Al sacar mi cabeza, veo cómo un grupo de policias y una ambulancia están aparcados al fondo de la calle. No le daría importancia pero cuando una amiga tuya vive ahí justamente, sí que te preocupas. Era la casa de Blake. Sin pensarlo ni un segundo más, cogí el primer suéter que encontré, unas bambas y salí directa hacia su casa con el skate, para ir más rápido.  A los dos minutos o menos estaba allí. De lejos vi a los padres de Blake abrazados, llorando desconsoladamente. A la otra banda de la acera, por la zona donde estaba yo, estaban Ander y Ellies, que vivían a una calle de aquí. Se acercaron corriendo, parecían asustados.
- Que coño ha pasado- dije casi gritando. Tenían los ojos cristalizados.
- Es Blake- dijo Ander mientras una lágrima bajaba por sus pómulos.
- Según la policía, ha muerto mientras dormía- intentó decirlo lo más suave posible- según su hermana, que no sé porqué dormía con ella, una fuerza extraña ha como entrado por decir algo en su cuerpo, como si hubiera tenido una parálisis del sueño, Blake abría los ojos y se comportaba de forma extraña pero no podía moverse
- Cómo si ella sintiese que esta había entrado dentro de ella- no puedo parar de asimilar lo que me están contando.
- Después, se ve que su columna se ha como levantado en forma de arco para intentar despertar sus brazos y piernas. Se ve que cayó de nuevo en la cama mientras se ponía la mano en el pecho y ahí ya... ya no sé que decir- Ellies también empieza a llorar, al igual que yo y Ander y los tres nos abrazamos fuertemente mientras la luz de las linternas van traspasando nuestros brazos.
Tengo mala memoria para casi todo. Ojalá para los corazones rotos.

..............
Sé que no es el ep más currado que he hecho pero creo que ha quedado guay. Amo a Blake. Os juro que va a volver. 💔

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 05, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

SILENCIO ABSOLUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora