SILENCIO ABSOLUTO

CAP 3: ZOB

PD: perdón por no actualizar ahahah, empezamos clases y estaba agobiada estresada y dormida y la verdad es que no tuve tiempo ni tampoco me venía la inspiración, pero me vino y ale aquí estoy dando por culo otra vez :) los amooo

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- Me vi inmerso en un envolvente ruido lento que devenía bajando rápido- Ander estaba asustado, las sábanas blancas tapaban a la perfección su cuerpo, sólo podíamos ver sus brazos, su cuello y su cara. Yo estaba sentada en la cama de Elies, Blake estaba de pie a mi lado, asustada, y desconcertada- en el tronar de un rayo, en medio de un cotidiano revuelo a la velocidad a la que viaja un relámpago, en parte pensé que estaba muerto. - sus ojos aún estaban rojos, tenía la cara pálida y las manos temblorosas.- Me sentía ajetreado a un silencio sordo e ajeno a un dulce sonido, no me caben palabras para describir dónde estaba...esa tierna voz que en la vorágine de esa claros cura sala me aclamaba, me anhelaba, sin más logro que su eco conseguí sentirla balbuceante dentro de mi alma presa- sus ojos estaban cristalizados. La pantallita que conectaba al cable que procedía de su pecho no paraba de dispararse para arriba, haciendo que el pi-pi se oyera cada vez más seguidamente. Estaba muy nervioso, sus pulsaciones subían pero de alguna forma él parecía no querer callarse, cómo si ese "trance" hubiera sido algo mucho más enigmático y poderoso.

- Son todo mentiras- interrumpió Elies de golpe- historias malditas, tinieblas tiemblas, pero son tonterías- parecía demasiado seguro de lo que decía, daba un poco de miedo. Se miraron los dos fijamente, era cómo si se leyeran la mente.
- ¿Por qué duele algo que no debe?- parecía muy enfadado, su cabello estaba revoloteado. Blake y yo nos miramos entonces ella intervino:

- ¿Qué cojones os habéis metido?- me levanté de la cama y me quedé al lado de Blake. Estaba un poco asustada, todo eso era muy extraño, no parecían ellos quién hablaban.

- Yo,...es que tengo que...voy a....- Ander se levantó mientras soltaba palabras como si fuera un extraño viejo que no sabía hablar claro- un minuto...ahora...-cogió una bolsa que estaba al lado de su cama que parecía contener sus objetos personales y empezó a meter la mano para intentar buscar algo. Literalmente estaba temblando y las piernas le tiritaban- un segundo y termino... te prometo- pero sus palabras se entrecortaron y la máquina empezó a hacer un pip que no tenía otro devuelta, cosa que me preocupó porque cayó al suelo y ya no habían rayas que subieran o bajaran, era una simple línea. Blake y yo corrimos y lo cogimos por los brazos mientras gritábamos que alguien viniera a ayudarnos.

- ¿A caso eres un puto cobarde?- gritó Elies sin venir a cuento- arde, arde allí detrás, todo son historias absurdas y aburridas que se llevarán tu vida- su cuerpo empezó a moverse sin sentido cómo si no pudiese controlarse. Tenía los ojos escarlata, pero estaba muy pálido.

- ¿Elies qué coño te pasa?- grité angustiada a la vez que unos médicos vinieron con un monitor holter y nos hicieron apartar tan rápido que ni pude reaccionar a la situación.

En el suelo, Blake y yo nos agarrábamos de las manos mientras nuestros labios tiritaban y unas pequeñas gotas de sudor caían por nuestra frente. El sin razón de todo eso rodeaba esa pequeña sala de hospital, el corazón parecía no exigirles que volvieran y la mente se hacía cada vez más grande. Llevaban un intento pero Ander seguía igual, Elies se calló y con los ojos aún conscientes, o eso parecía, miraba el techo dónde los fluorescentes posaban. Un segundo intento. La gravedad del asunto se hacía por milésimas de segundo más terrorífica. Parecía que habían pasado horas pero sólo habían transcurrido cinco minutos desde que la calle decidió hacer un upside down y llevarnos, como si de verdad existiese, a otro tipo de dimensión dónde de verdad se podía ver quién llenaba el cuerpo de cada uno.

El cuerpo de Ander reaccionó. De reojo, pudimos ver su pecho levantarse y volver a caer en la cama en símbolo de que volvió con nosotros. Tanto Blake como yo dimos un suspiro pero el aire se entrecortaba porque nada de esto parecía real. Uno de los médicos le añadió al lado de la bolsita de sérum una o dos bolsas más que podrían ser vitaminas quizás, no me fijé mucho, mi vista estaba medio nublada pero entre eso, dos médicos más que venían con él estaban al lado de dónde estaba Elies haciéndole lo mismo.

Sé que no soy muy alta pero no puedo creer que esos cuatro adultos no nos hubieran visto en el suelo, que a sobre es blanco, paradas, de encuclillas y temblando. Literalmente, después de atenderlos, se fueron sin más y nos dejaron a Blake y a mí ahí tal cual, sin informarnos de nada y con el corazón en la mano. Nos volvimos a mirar por una cuarta vez o algo hasta que poco a poco nos fuimos levantando. Al volver a estirar las piernas, fijamos la mirada en Elies que parecía estar o muy sedado o muy dormido. Al volvernos a Ander, él estaba con lágrimas en los ojos y con las manos puestas en su pelo.

- Me carcomaron la cabeza- dijo. Su voz temblaba y estaba aguda. Blake se adelantó y se sentó a su lado poniendo su brazo por su espalda.- todo se gangrea, todo se degenera. Intenté nadar, creedme que nadé, pero no sobrenadé- subió la cabeza y me miró con los pómulos rojos y un trillón de lágrimas que ya estaban por su cuello.

- ¿Recuerdas qué te ha pasado? ¿Qué has visto?- le dije intentándolo calmar. Hice lo mismo que Blake y me senté al otro lado de la cama.

- Sólo un arroyo de silencio, un trino imperceptible. Recuerdo estar escuchando a unas ansiosas palabras esperando ser escuchadas, en ese momento, pero siempre con el alma liberada. Ahí aún estaba en la ambulancia creo- hablaba muy asustado y sin pensarlo le cogí la mano y él la aceptó y noté su pulso, acelerado, un poco más tranquilo, o al menos intentándolo.- Después, al llegar aquí y sentarme, todo parecía una quimera, cómo si lo que oyese fueran palabras de mis monstruos en el silencio de la cama, de fantasías y reinos dónde acabo muy cansado imaginando que puedo y que nada me para.- Blake retiró su brazo para que él pudiese volver a estirarse. Aún agarraba mi mano.

- Ardemos en el paraíso Lana, este- dijo señalando con la otra mano al suelo, refiriéndose a ahora mismo (a la realidad)- es el infierno.

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Perdón que sea tan corto jo, para el próximo intentaré que no lo sea tanto pero así no se acumulan tantos dramas y creo q está mejor expicado jeje