They?

5.1K 542 11
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Miraba su libreta de estudios dudosa, no quedaba mucho para tener unas grandes vacaciones y se la pasó estudiando la mayor parte del día mientras escuchaba música relajante con sus audífonos y claro, acompañada de su icónica malteada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Miraba su libreta de estudios dudosa, no quedaba mucho para tener unas grandes vacaciones y se la pasó estudiando la mayor parte del día mientras escuchaba música relajante con sus audífonos y claro, acompañada de su icónica malteada. Inclusive Lucifer le había conseguido una batidora para poder hacer sus malteadas desde casa, claro, con la condición de que estos dos compartieran de vez en cuando.

Y en cuanto a Lucifer; después de aquel beso, Maeve seguía tratando evitarle a toda costa aunque cuando este se acercaba intentaba disimular de la mejor forma para que no volviera a hacer otro berrinche. Ahora no podía controlarlo; cada minuto, cada segundo, se le venía a la mente su suave tacto en sus mejillas, en sus labios moviéndose con cuidado y calidez con miedo de cómo reaccionaría. Sabía que era falso y que sea lo que ambos sintieron fue parte de la misión y sobre todo debía aceptar que Chloe Decker era la única a la que el amaba.
¿Desde cuando su playlist se volvió tan triste?

—Deja de estar en mi mente.—gruño quitándose los audífonos para escuchar un gran estruendo; casi un llanto de dolor del amado piano de Lucifer.—Oh genial...

—¡Acepta la pena que te mereces Pierce!

—¿Amenadiel?—musitó sorprendida corriendo fuera de su habitación para encontrarse con el penthouse totalmente hecho trizas. Como ya era de costumbre. —Esto no le gustara a Lucifer.

—¿Maeve?—giró en sus talones el ángel sorprendido. Estaba hecho polvo causando preocupación en la más baja quien intentó ir abajo a sanar las heridas de su hermano pero para su grande suerte se encontró con alguien más enterrado en uno de los barandales.

—¡Ay por Dios!—chillo ladeando la cabeza a otro sitio con una mueca de dolor.—¡¿Pierce?!

—¡Maeve! Maldición, ¿que haces aquí?—hablo con dificultad tratando de ocultar el dolor que sentía. No podía verse débil ahora.

Estos dos se conocían por la comisaría gracias a que era su jefe pero no totalmente; El era Caín y Maeve lo había conocido hace un corto tiempo atrás antes de sus amigos angelicales y aunque suene de locos, nada era imposible y estos dos se habían conocido por sueños dándole así la única compañía que tenía Caín por unos cuantos años hasta ahora que se encontraron finalmente en la comisaría y tuvieron que aparentar no conocerse para así no levantando sospechas de algo más extraño. Si ya bien, Caín no podía soñar del todo, Maeve se encargo de que tuviera algún tipo de compañía al sentir el frío vacío del hombre que ya no podía más con su condena. Sonará estupido, a pesar de que este lo merecía pero Maeve sin duda, podía creer aún en la humanidad, creer en un cambio y que todos podían retractarse como intentar remediar los errores que algunas vez en el pasado cometieron y así fue como confío en Caín.

 Lɪᴛᴛʟᴇ ᴍᴏɴsᴛᴇʀ; ᴸᵘᶜⁱᶠᵉʳ ᴹᵒʳⁿⁱⁿᵍˢᵗᵃʳ (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora