Capítulo 11

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5 de agosto 2145

Cuando el médico me dijo que avisaría a penas tuviera los resultados jamás pensé que demoraría tanto. Ha transcurrido bastante tiempo desde el último encuentro. Hasta ahora no había tomado la decisión de ir, por mi cuenta para evitar cometer una imprudencia, además realmente prefiero mantener en secreto todo hasta saber qué es lo que realmente está sucediendo.

En este instante tengo demasiados problemas, por más que trato no consigo concentrarme en nada más que no sea la salud de mi hermana y la mía. Me preocupo porque es algo que no está en mis manos el poder para resolverlo. También sé que ni todo el dinero que poseo puede salvarnos de esta situación.
Algo que odio es no tener control sobre la solución de mis problemas, es por esto que me encuentro desesperada y a punto de un ataque de pánico.

Tomo profundas respiraciones para relajarme. El día de ayer cuando decidí ir por mi cuenta al médico recibí una llamada de mi padre con una importante tarea para mí, la cual ocupó el resto de mi día. Para suerte de mi doctor -quién tenía los días contados por ser tan lento -esta mañana recibí su llamada donde me pedía que nos encontráramos. Al escuchar estas palabras corrí por los pasillos de la casa hasta mi habitación. Tomé la primera prenda que encontré arreglé un poco mi cabello y salí de casa para dirigirme al hospital.

El viaje dura treinta minutos, para entonces recorro los iluminados pasillos tratando de pasar desapercibida una vez más. Entré por la entrada trasera y me dirigí directamente al piso de psiquiatría.

Doy un suave toque en la puerta que lleva el nombre de Gai Steven.
—Adelante —dice la voz de un hombre que está en el interior de la habitación.

—Hola doctor —entro y cierro la puerta, sin ninguna invitación me siento frente a el doctor.

—Me alegra que estés aquí tan rápido, lamento muchísimo no haberme contactado con usted antes pero necesitaba hacer bien mi trabajo para así evitar cualquier error en una familia tan importante como la de usted.

—Bien, puede decirme de una vez si mi hermana o yo padecemos esta enfermedad

—Bueno según el estudio psicológico que realice usted puede estar tranquila porque sin duda no padece de nada.

—Me alegro de oír eso pero, y mi hermana —temo más por ella que por mí

—Necesito que la traiga pronto, espero equivocarme pero al parecer no cuenta con la misma suerte de usted. Normalmente los síntomas suelen aparecer durante la adolescencia. ¿Ha notado algo raro en ella en los últimos días?

—La verdad es que sí, pero no sabría decirle si fue por mi preocupación, me encuentro sensible ante esta situación y de verdad espero que usted se equivoque.

El doctor me explicó el próximo procedimiento y me habló de un invento el cual es muy utilizado por los pacientes de bipolaridad el cuál ha dado grandes resultados en mantener en orden la personalidad de los que lo padecen. Lamentablemente no funciona del mismo modo en todas las personas del mismo modo que estabiliza también puede volver un caos la mente de estas personas.

No quiero preocuparme de más, pero mi mente es un completo desastre, lo peor es que esta situación no tiene solución. Tendré que hablar con mi hermana pero será en otro momento.

Ahora mismo debo encontrarme con mi amiga Inna, debido a la situación que me impidió venir ayer. Algo muy raro sucedió y es por ello que el deber me llama.

Subo al auto y este me lleva directo al punto de encuentro con mi amiga. A pesar del tráfico, no tardamos mucho en llegar. La verdad es que la casa de mi amiga esta en un zona poco concurrida. Ella es tan asocial que hasta el ruido de la ciudad le es molesto.

Maska (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora