9 de agosto 2145
Durante toda la noche me fue imposible dormir debido la confesión que me hizo mi padre, sobre mi tía Anya, jamás pensé que el origen de una enfermedad tan nefasta tuviera una historia igual de horrible. Siento lástima por mi madre porque imagino el dolor que sintió al perder a su hermana gemela, yo daría mi vida por Alenka y ocuparía su lugar si pudiera tan solo para aliviarla de este peso que carga.
Son tantas cosas las que me preocupan, la llegada de los alemanes en la mañana, lo que traman los italiano luego de habernos declarado oficialmente la guerra, estoy segura que mi padre oculta algo muy importante relacionado con ellos, pero sé que no debo presionarlo para que me diga, por otro lado Fabio no se escapa de mis pensamientos, ambos jugamos un juego de mentiras, estamos consiente de ellos pero no sé que me sucede que como una tonta siempre me lanzo al peligro como una adolecente. Mi comportamiento debe cambiar porque no solo pongo mi vida en peligro también la de esta organización que a pesar de ser la heredera no me salvo de cumplir las leyes, como tampoco me salvo de la responsabilidad que lleva mi cargo.
Mi vida es un caos constante, siempre he sabido que así seria pero por algún motivo pensé que cuando llegara este momento mis dudas desaparecerían y sería capaz de enfrentar lo que sea, realmente ahora no me creo capaz de cumplir todas esas proezas que soñé cuando niña.
Doy vueltas en la cama en busca de comodidad pero no hay manera de que esta noche el sueño me visite, siento unos pasos en las afuera de la casa y aunque no me asusto m pregunto que sucede en estos momentos allá afuera. Busco mi bata de dormir y me la pongo, tomo un arma pequeña que oculto dentro de uno de los bolsillos de esta y con mucho cuidado abro la puerta lentamente.
Miro ambos lados y no veo a ninguno de los guardias que suelen estar afuera de mi habitación eso indica que ocurrió un problema con la seguridad de la casa. Salgo de mi habitación y la cierro con llave para que nadie pueda entrar, las luces del pasillo parpadean y eso es algo que no suele pasar. Camino pegada a la pared con mucho cuidado, agradezco llevar ropa negra porque así no soy tan llamativa a lo lejos, doy lentos pasos por la pared, necesito llegar a una mesa que queda justo en el centro del pasillo, estoy a punto de llegar cuando siento una voz y me detengo abruptamente.
—Han superado la seguridad, avisen al señor Petrov —habla una voz que no reconozco pero tiene un acento bastante raro, siento como los guardias del estudio se alejan y unos pasos vienen hacia mí, con mucho cuidado cargo el arma y me preparo para apuntarle en la cara nada más doble en mi dirección
—Hey tú ¿a dónde vas? —siento la voz de Igor y los pasos del sujeto se detienen, saco un poco la cabeza y veo como se voltea y una de sus manos la esconde en tras su espalda y en ella tiene una hermosa pistola que no es como las que suele tener seguridad, eso activa mis alarmas y lentamente salgo de mi escondite, con cuidado lleno un dedo a mis labios e indico silencio a Igor —Esa zona está prohibida, solo la familia y jefes de seguridad pueden pasar.
—Lo sé, solo quería verificar que la señorita Petrov se encuentre bien, han atravesado hasta el cuarto anillo de seguridad, porque no vas a verificar —es evidente que este hombre no sabe a quién tiene delante, porque todos en este lugar respetan y obedecen las Igor, me acerco con el arma apuntando en frente y me detengo detrás de él con la pistola a la altura de su cabeza.
—¿Eres nuevo verdad? —el desconocido asiente y puedo ver como con su mano oculta, carga en arma con delicadeza —será mejor que te acompañe o la señorita se asustará porque no te conoce
—Tranquilo, lo tengo todo bajo control, esta mañana fui su chófer, me reconocerá, continua tu trabajo algo importante podría estar sucediendo —trata de disimular su molestia pero a pesar de eso no lo consigue.
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Maska (En Edición)
Ciencia FicciónDe pequeña me contaban historias de un viejo mundo, uno que con guerras desapareció. Hace ciento veinte años ocurrió la Guerra Roja, por su nombre podrás imaginar que tan cruel fue, murieron países, si, países, muchos desaparecieron producto de la g...