Capítulo 7

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Unas horas antes...

Escucho un ruido constante en mi puerta, sea quien sea está algo desesperado por entrar, y acaba de interrumpir mi sueño, por lo que mi estado de humor no es nada agradable. Camino hacia la puerta, mientras mis ojos aún se ajustan a la claridad que se cuela por mis ventanas.

—¿Cómo es que aún andas en esas fachas? —mi hermana me hace a un lado y entra en mi habitación

—Adelante siéntete como en tu cuarto –cierro la puerta de trás de ella y me mira arqueando una ceja —Ahora no puedo ni dormir, me puedes explicar el motivo y procura que sea importante porque hoy hasta la tarde no tengo nada que hacer.

—Quién dijo que no. Me vas a acompañar al médico, eso sí prométeme que no le dirás a padre a donde vamos o el motivo

—¿Qué estas ocultando Ale? ¿Te sientes mal? -ella se mira sus pies y se balanceaba sobre ellos, es evidente que algo le preocupa. Me acerco y la estrecho en mis brazos —. Tranquila sea lo que sea lo superaremos, no le diré nada a nadie. Pero me tienes que decir la verdad.

—Es que estuve registrado las cosas de mamá, y encontré esto —me extiende un papel y leo lo que dice. Trato de asimilar esta información pero creo que es mucho para procesar en este momento —no sé si papá lo sabía, y tampoco sabemos si es hereditario, o si alguna de nosotras lo tiene por eso quiero ir, ni siquiera sé bien lo que significa por favor, vamos con un médico.

—Lo entiendo tranquila eso haremos. Voy arreglarme para ir juntas a desayunar, espérame aquí —Tomo un vestido blanco con flores que deja a la vista mis hombros, no es corto pero es muy bonito. Voy a mi baño a darme una ducha y mientras mi mente solo trata de procesar todo esto que mi hermana me ha dicho. ¿Papá lo sabrá? No lo creo, si supiera ya nos habría llevado un médico. Estoy casi segura que es hereditario pero una parte de mí quiere creer que estoy confundida.

Cuando termino mi baño busco mi teléfono y llamo a Igor, le aviso que vamos a salir y que necesito que venga con nosotras pero solo él, no quiero guardias que puedan informar a mi padre dónde estamos. Igor no hace preguntas solo acepta y me dice que enseguida se encarga de todo lo que le pedí como siempre tan eficiente.

—¿Dónde quieres desayunar? —pregunto mientras salimos de mi habitación

—En el jardín —responde y me deja ver una pequeña sonrisa. Me alegra que ya no esté tan preocupada. De pequeñas comíamos con mamá en el jardín supongo que Alenka asocia el jardín con esos buenos recuerdos, porque siempre quiere estar ahí. Caminamos por los pasillos de casa y en el camino tropezamos con Lev.

—Ya se me hacía raro —me dice en tono que no me gusta en lo absoluto pero que voy a ignorar.

—No sé de qué hablas pero tampoco me importa —tomo de la mano a Alenka y estoy dispuesta a continuar mi camino pero Lev se interpone.

—Acaso no sabes hacer nada tu sola. Necesitas a Igor para todo. Te recuerdo que no es tu esclavo, quien te crees que eres, la princesa rusa, ni siquiera eres lo suficiente valiente para enfrentarte al mundo tienes que hacerlo a tras de Maska —esta actitud celosa me tiene harta, llevo días soportándola, no le he dicho nada porque es mi familia pero no por eso voy a permitir que me hable así.

La tomo por el cuello y la empujo contra la pared. Siento como mis uñas se clavan en su piel. No la quiero asfixiar por lo que no presiono demasiado —Escúchame bien Lev, porque te lo diré una sola vez, me vuelves hablar así y te largas de mi casa y se te acaban todos esos gustos estúpidos que acostumbras —ella trata de quitar mi mano de su cuello pero le es imposible. Presiono un poco y acerco mis labios a su oído —No te conviertas en un problema, si lo haces te tendré que eliminar y créeme que no dudaré en hacerlo. ¿Está claro? —ella no responde y presiono aún más —Dije que sí está claro —con el poco aire que le queda responde con un sí. La suelto, tose y trata de recuperar el aire que perdió. Se toca el cuello mientras me mira con lo que reconozco como odio.

Maska (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora