La luna menguante estaba en su punto más alto, las estrellas la acompañaban en el oscuro cielo y las luciérnagas revoloteaban por el campo. Todo a su alrededor estaba en completa calma, hasta que se escucharon unos ligeros pasos en su dirección.
— Así que aquí estabas... Tenía el presentimiento de que te encontraría aquí.
La joven dirigió su mirada a la dueña de esa voz y pudo ver a su peculiar amiga, quién se había recostado en el verde pasto junto a ella.
— ...Algo te preocupa ¿No es así? —ella solamente asintió—. ¿Quieres hablar sobre eso?
Suspiro con pesar y le respondió:
— Me pregunto... ¿Cómo estarán los demás en mi ausencia? Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que los ví. Los extraño mucho.
Su amiga la observó mientras esbozaba una sonrisa. Llevaba un tiempo viendo sus hazañas heroicas a lo largo de sus viajes y comprendía ese sentimiento.
— Ellos saben cómo cuidarse entre si, _______. —respondió con sutileza mirando al cielo—. Les enseñaste lo escencial para seguir adelante y ahora es tiempo de que tú también lo hagas... Y por cierto, no te vayas a limitar.
La joven dirigió su vista rápidamente a su compañera... pero ya no estaba.
En vez de eso, desde la distancia vió un espejo y con duda se acercó. En el reflejo de este una mano apareció mientras una vos se escuchó causando inquietud.
— No tengas miedo al poder de la Oscuridad. Ven ahora, muestra tu poder, el mío, el suyo y el tuyo. Solo nos queda poco tiempo...
La joven miro el espejo fijamente, escuchando atentamente éstas palabras.
— No sueltes esa mano a toda costa...
Con lentitud acercó su mano al reflejo del espejo, hasta rozarlo con la yema de sus dedos. Sintió un escalofrío al sentir como tomaban su mano, jalando de esta con firmeza.
Y de allí todo se volvió negro a su alrededor...
— Que comience ésta historia.
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Abrió sus párpados con pesar al escuchar un sonido peculiar, para solo encontrarse en la oscuridad. Estaba en lugar un tanto estrecho, su mano había tocado una superficie hecha de madera que le estaba obstruyendo. La joven estaba lista para usar su fuerza y salir de allí, pero escuchó algo de nuevo. Se mantuvo callada.
