capitulo 3: "La famosa habitación 250"

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Augusto key:

Después de la discusión con Leonor me quedé pensando en lo cruel que había sido con ella y su familia.

Me dije a mi mismo, ¿Por qué eres así? Destruyes todo a tu paso y piensas que con dinero se recupera todo. Una vida no se recupera más. Está muerto y es por tu causa.

Eran ideas que me torturaban la mente, no podía estar así.

Decidí levantarme del asiento en el que me encontraba y eché a correr en dirección a recepción.

Alli estaba Leonor atendiendo a un hombre de más o menos sesenta años. Llegué e interrumpí su conversación.

-señora Leonor, debo decirle lo mal que me siento por su esposo. Lamento realmente lo sucedido, por favor necesito su perdón, sino jamás podré estar tranquilo. Se lo suplico.

Ella me miró fijamente, tratando de encontrar un fallo en mis disculpas, tal como lo hizo anteriormente, pero al verme tan apenado y arrepentido en ese momento ella dio media vuelta y me dio la espalda por unos instantes. Luego abrió la puerta que queda atrás de la cabina de recepción y vino en dirección hacia mí.

-Señor…-no pudo seguir porque le agarré por los hombros, la atraje hasta mí y la pegué a mi cuerpo. Ella tan solo estuvo tensa por unos pocos instantes, luego rodeó con sus brazos mi cintura y su cara la apoyó en mi pecho, me dijo suavemente:

-le perdono, sé que no es un mal hombre- me lo dijo con una sonrisa y una expresión de compasión- ahora sí quiere ver a su hijo va a tener que darse prisa, porque está siendo transferida al quirófano del segundo piso.

La solté lentamente, ella solo acarició mi rostro y me dijo:

-Me haces acordar tanto al hijo que perdí, él tendría tu misma edad- acaricia con ternura mi mejilla

-señora, yo…- me quedé en shock, no supe que decirle.

-no tienes que compadecerme ni nada por el estilo, ¿sí? Ahora vete y acompaña a tu familia, mucha suerte- me sonríe de boca cerrada y procede a volver a su lugar de trabajo

-Gracias Leonor, nos vemos luego- me despido con la mano y espero su respuesta.

Ella tan solo asintió con la cabeza y llamó al hombre de hace rato para seguir con sus trámites.

[…]

Bien, no fue muy inteligente de mi parte no preguntar en que sala se encontraba Sarah. Me encontraba en la habitación 234 del segundo piso. No tenía la menor idea de donde estaba.

Decidí recorrer toda el área hasta que me encontré con una enfermera, alta, cabello castaño oscuro, ojos color avellana y venía con una sonrisa plasmada en su rostro.

Me levanté del asiento e hice una mueca de dolor (en estos hospitales tendrían que haber instalaciones más cómodas, ¿a poco no es un hospital privado?)

Pensando en donde estaría Sarah, fui hasta donde se encontraba ella y le dije:

-Hola, busco a mi esposa, su nombre es Sarah Key.,

Ella me miró primero con expresión de no entender nada de lo que le dije, pero cuando pronuncié su nombre, dejó de fruncir el ceño y me dijo amablemente.

-hola, sí, sí señor Key. Ella está en la habitación 250 tiene que continuar derecho por donde iba, girar a la derecha y luego a la izquierda, no mas no vaya a confundirse de sala, en otra de ellas están esperando tener familia también- me dijo en un tono divertido- bueno, ¿Necesita algo más? -me preguntó.

-No por ahora nada más señorita- le conteste de la misma manera amable

-bien señor Key, mucha suerte- me dijo. Yo asentí y me marché de allí sin decir nada más.

[…]

Llegué. Por fin.

Después de tanto tiempo de lucha contra tantos obstáculos, me encontraba parado frente a la gran puerta de metal color verde mirándola estupefacto. La toqué con la palma de mi mano, estaba fría, y en el ambiente se podía respirar ese olor particular que tenían siempre los hospitales.

Luego procedí a entrar, allí había mucha gente yendo y viniendo en mi dirección pidiéndome permiso.

Un hombre con traje y bata blanca se me acercó y me dijo.

-Hola señor, ¿es usted familiar de la señora que va a tener el bebé? -preguntaba mientras procedía a colocarse los guantes de látex.

-sí, sí. Yo soy el marido, ¿Dónde está la señora key? -luego de decir eso, el doctor se echó a reír y me dijo en un tono divertido
-Aquí no está su esposa, ella está en la 250, esta es la habitación 251- paró un segundo de hablar y luego prosiguió- aquí está la señora Lans. Está en trabajo de parto.

-discúlpeme doctor- lo incito a hablar.

-doctor Giménez, mucho gusto- quita uno de sus guantes para estrechar mi mano y luego se gira para comenzar con el parto.

-el gusto es igualmente mío- dije por ultimo y Sali de esa sala.

Vi la otra habitación se encontraba frente a la que había entrado. Me acerqué y efectivamente allí estaba Sarah, tan linda, tan frágil como siempre, con mucho nerviosismo y algo aterrada.

Entré sin tocar, ella alzó la vista y me miró, sin decir nada llegué a su lado y le dije:

-Amor, estoy aquí, todo saldrá bien o prometo.

En lo que yo hablaba con ella, un doctor me tocó el hombro y yo lo miré, él solo me indicó que tenía que ponerme esa bata para poder estar en la sala, yo solo asentí y salí en camino a cambiarme de atuendo.

[…]

Luego de diez minutos, Sarah se encontraba en posición de parto, estaba sudando mucho y estaba colorada. Me quise acercar más, pero me lo impidieron, así que tan solo me quedé allí mirando.

Estaba todo tranquilo hasta que escuche aquello que me paralizó el corazón.

-tenemos complicaciones, la perdemos, traigan refuerzos.

Nota de autora

He aquí nuestro capítulo 3
Espero que les guste.
Los amooo❤❤❤

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