Capitulo 4: "El pequeño heredero de los Key"

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Sarah Key

(Hace más de dos horas)

He estado muy nerviosa últimamente, ojalá y esto no afecte a mi bebé. Siempre me han dicho que lo que siente y le pasa a la madre, el bebé lo siente con la misma intensidad.

Ahora, aquí al lado mío se encontraba mi esposo, dándome todo su amor. Tenia mi mano guardada entre las suyas mientras que una de ellas acariciaba mi palma con mucha paciencia.

No podría estar más feliz.

Sé que estas últimas semanas hemos estado peleando mucho, pero son cosas de pareja, se solucionan de alguna manera.

Flashback

-No, no iré-me crucé de brazos mientras le armaba una escena frente a Alexander el cual nos miraba curiosos.

-Que te tranquilices- me toma por el brazo y me atrae hacia él, apretándome contra su cuerpo y brindándome un tierno abrazo- Ya, vámonos. Nos están esperando- Corre el pelo de mi rostro, y acaricia mi mejilla quitando los restos de maquillaje que corrían por ahí.

-A ti te esperan- levanto la vista y lo miró fijamente a los ojos- yo no sé que haré allí- me encojo de hombros. Cada vez que hacía eso, significaba resignación y al mismo tiempo un tanto de enojo. Y él lo sabía, claro que lo sabía.

-eres mi esposa, la madre de mis hijos- frunce el ceño con pena mientras me mira- sé que no te agradan esas reuniones sociales, pero entiende que estas reuniones son muy importantes para llevar el buen funcionamiento y la expansión internacional de la compañía- Toma mis manos y las besa, las deja a un costado de mi cuerpo y se arrodilla para besar mi enorme barriga. Luego me mira nuevamente- Tu eres mi mayor orgullo, y no te sientas mal por el simple hecho de tener menor cantidad de posesiones económicas que esos estirados. Sé que es por eso tu motivo de desagrado, pero tu humildad y tu buen corazón pasan por sobre todas las demás posesiones que ellos puedan tener.

Fin de flashback

[…]

Bien…

Estoy aquí en trabajo de parto, queriendo ver a mi pequeño salir dentro de mí, verle sus manitos, sus pies, su carita, acariciarlo, amarlo.

Pero de pronto sentí mareos muy fuertes y ya no tenía fuerzas para nada, de pronto escuché:

-Cariño, ¿estás bien? -Era la voz ronca de Augusto.

Con mis pocas fuerzas pude decirle¬- cuida a nuestro hijo pase lo que pase, ¿sí?

Él solo me miró estupefacto, se quedó sin habla y tan solo se abalanzó en mi pecho y lloró…

-No llores, es solo una petición de mi parte, no te mortifiques cariño, si Dios quiere todo saldrá bien- le dije para tratar de calmarlo- y por cierto- sigo diciendo, de inmediato Augusto me mira con fijación- Te pido perdón por lo de la otra noche- éste tan solo tenía un par de lagrimas cayendo por sus mejillas mientras me miraba tiernamente- Tienes razón, siempre tienes razón. Me avergonzaba ir y siempre ser el centro de atención de todos tus amigos e inversionistas extranjeros, mirándome como si fuese un bicho raro. pero tú- acaricio su mejilla y hago un mohín de felicidad con la boca- tu eres otra cosa, a ti nunca te importó eso, ¿y sabes?, eso fue la cosa más importante y principal que me enamoró de ti. Y por eso estoy aquí- levanto los brazos y señalo a mi alrededor- y así- toco mi vientre y dejo caer un par de lágrimas por mis mejillas.

-Bien, señora Key, tendremos que realizarle una cesárea para que usted pueda tener a su bebé, pronto sentirá el efecto de la anestesia, usted quédese tranquila que está en buenas manos- me dijo la doctora Parker mientras me acariciaba la barriga.

-E…E…Esta bien- logré decirle con mis pocas fuerzas. Respiraba con algo de dificultad y comenzaba a cerrar mis ojos debido a los primeros efectos de la anestesia.

-Tranquila cariño. todo estará bien, yo estaré aquí- la voz de Agus me tranquilizó mucho- y gracias por lo que dijiste, te veo del otro lado amor mío- besa mi mano y sonríe.

[…]

El efecto de la anestesia estaba haciendo terminando de efecto en mí lentamente. Lo último que vi antes de no saber que pasó conmigo fue a mi esposo con lágrimas en los ojos, besando mi mano.

Lo único que me impidió dormirme de inmediato fue porque no sabía el motivo de las lágrimas así que no me pude contener y le pregunté:

-Amor, ¿Por qué lloras? -la verdad no se escuchó muy bien, pero sentía la necesidad de preguntarle el porqué de sus lágrimas.
El tan solo respondió: -Nada, estoy emocionado, seré padre nuevamente y me alegro de compartir mi vida contigo, eres lo mejor que tengo amor mío. Nunca te olvides de eso.

Yo solo asentí con la cabeza, él se acercó lentamente a mí, me sostuvo con ambas manos el rostro y me besó lentamente, con una dulzura indescriptible, tentadora y pasional. Estaba tan feliz en ese momento, sus labios junto a los míos, si eso no era el paraíso entonces no sé qué era.

Luego de eso, se separó de mí y pegó su frente a la mía, me miró mostrando esos hermosos ojos color marrón que me volvían loca, me sonrió mostrando esos blancos y perfectos dientes y por último me dijo:

-Te amo, Sarah, te amo.

Y yo no sé de dónde saqué fuerzas, pero le dije:

-Yo más a ti, nos vemos amor-sonrío de boca cerrada y cierro los ojos dejando caer unas últimas lágrimas.

Y caí en un profundo sueño.

Augusto Key

(situación actual)

Bien.

Esto no lo esperaba.

Mi esposa y mi hijo en peligro.

Estaba sentado al lado de Sarah, llorando. Ahora le harían una cesárea para poder sacar al pequeño. Y a mí me comían los nervios y el miedo.

La mala noticia me dejado helado, al saber lo que podía pasar con ellos, me sentí frágil e inútil por no poder hacer nada por ella o por mi hijo, si la doctora me pedía elegir a alguien, la verdad no sé a quién elegiría.

Yo quería a ambos, pero Sarah es mi esposa y la mujer que amo. A ella jamás le haría algo así, pero me dolería mucho perder a mi hijo también.

La operación era de alto riesgo, el bebé estaba mal posicionado y podían sacarlo dentro de Sarah, y mientras más pasaba el tiempo, la tensión aumentaba un poco más, y yo me ponía más nervioso y lloraba con más frecuencia.

[…]

Luego, me largué a llorar sin remedio, me sentía devastado y muy mal. Necesitaba salir de allí pero no podía ya que le había prometido a Sarah que estaría allí junto a ella.

Asi que me quede allí, aunque no tuviera muchos deseos de quedarme.

La operación fue transcurriendo, yo estaba aún más nervioso que antes y no entendía nada de lo que los doctores se decían entre ellos.

Luego de media hora más de esperar la doctora me llamó:

-señor Key, acérquese
Fui a donde él se encontraba y le pregunté:

- ¿Qué sucede doctora?

El me miró con la expresión alegre y me dijo:

-Es un varoncito, ¡Felicidades! - y me lo extendió a mis brazos

Nota de autora
Y se vino el cuarto nomas
¿Que pasara en el siguiente capítulo? Acepto todo tipo de especulaciones.

Los amo un montón besos❤

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