Capítulo 3

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Si había una palabra para describir como se sentía en ese momento, Samantha solo podía pensar en: "frustración", antes de iniciar su viaje tenía dos cosas claras; que el trabajo no sería tan estresante y que encontraría una forma de estar más cerca de Mónica, hasta el momento ninguna de las dos se estaba cumpliendo, el trabajo la tenía agotada en un nivel que no creyó que fuera posible, entre más buscaban donde estaba el problema respecto a las perdidas de la empresa más perdidos estaban y cuando hablaba de perdidos se refería a ella y el grupo de trabajo que se le había asignado, porque su segundo objetivo que era estar cerca de Mónica tampoco estaba dando frutos, ya tenía una semana y media de estar en ese lugar y lo más cerca que pudo estar fue el día que llegó a la casa; cuando se levantó al siguiente día solo fue recibida por Blanca quien ya preparaba su desayuno, cuando preguntó por Mónica esta le dijo que ya se había ido para la oficina a adelantar algunas cosas y efectivamente eso había hecho porque cuando Samantha llegó ya la esperaba un hombre de mediana edad quien se presentó como Julian Cardoza y que desde ese momento pasaba a ser su ayudante junto a otras tres personas para encargarse de la consultoría, también le explicó que Mónica le había dejado el mensaje de que había surgido un imprevisto y tendría que viajar a la capital y luego se reintegraría al grupo de trabajo, de eso ya habían pasado nueve días donde el único contacto que tenían era a través del correo donde le enviada los reportes de la consultoría.

Era tarde cuando salió de la oficina, por fin sentía que había un avance en su trabajo, lo que le daba un poco de tranquilidad aunque estaba segura que le iba a llevar más tiempo de lo que pensó al inicio de la consultoría, no tenía intenciones de escribirle a los miembros de la junta su inminente retraso por el momento, dejaría ese dolor de cabeza para otro día, ya tenía suficientes con los que le producía su situación.
Al principio del día pensó que podría viajar a la capital por el fin de semana y regresar el lunes por la tarde, ya que no tenía un horario establecido, pero cuando llegó a la entrada de la finca, notó inmediatamente el auto estacionado, el mismo que estaba el día que llegó, su corazón se agitó con el pensamiento de que la dueña era la misma que no podía sacar de su cabeza; un día antes se había prometido no seguir cultivando ideas respecto a un posible acercamiento más que amistoso con Mónica, pero su razonamiento se estaba viendo alterado y ni siquiera la había visto.
Cuando abrió la puerta de la casa se dio cuenta que el ambiente era diferente a otros días, en el tiempo que llevaba ahí había notado que por la noche el lugar daba una sensación de misterio debido a la iluminación pero en ese momento todo el lugar estaba iluminado y perfectamente decorado con adornos navideños, estaba tan metida en su trabajo que ni se había dado cuenta que ya estaban en diciembre, sus no siguieron observando al escuchar pasos en la cocina, Mónica salió del lugar seguida de Blanca, la primera se acercó a ella y la envolvió entre sus brazos; el olor de su perfume la invadió y por un momento no supo que hacer, pero se recuperó rápidamente devolviendo el gesto.
-¿Te gusta la decoración?- le preguntó.
-Es perfecto- Como tú, pensó, pero por supuesto no iba decirlo en voz alta, aún no.
Mónica sonrió ante su respuesta para después agradecerle, mientras le indicaba que la siguiera a la cocina se disculpó por haberla dejado sola con todo el trabajo, iba a responder pero la mirada que les dió Blanca les hizo recordar que en ese lugar no se hablaba de trabajo.
Mientras comían Samantha notó que Mónica sonreía más que en las últimas veces que estuvo con ella, se preguntaba si había una razón en específico para eso, pero le alegraba ver que la mirada nostálgica de hace unos días ya no estaba.
A pesar de sus promesas y planes de viajar ese fin de semana, se encontró a si misma confirmándole a Mónica que irían a conocer otros lugares de la finca al siguiente día, solo esperaba que los siguientes días le dieran las respuestas que se estaba haciendo respecto a sus sentimientos por la mujer que le sonreía desde el otro lado de la mesa.

Contrario a otros días en los que subía a su habitación una vez que terminaba de cenar, la conversación se había extendiendo un poco, en realidad ella no estaba participando mucho ni Mónica, al parecer a Blanca le gustaba contar viejas historias sobre su vida, se dio cuenta que la noche sería larga cuando Mónica salió de la cocina para regresar a los minutos con una botella de vino en sus manos, al principio pensó en rechazar la copa que le ofrecía pero no creyó que un poco de alcohol le hiciera efecto al grado de emborracharse y hacer algo de lo que pudiera arrepentirse después, con eso en mente siguió escuchando las historias sin dejar de ver de reojo a la mujer que ahora estaba sentada al par suyo.
Al parecer una botella no era suficiente en esa noche y cuando la segunda fue terminada se despidieron para ir a descansar, o eso era lo que iba a hacer Samantha si no sintiera que todo daba vuelta cuando se levantó de la silla, disimuló un poco su mareo, Blanca no notó nada extraño y salió de la cocina, pero Samantha que estaba cerca de ella notó la palidez en su rostro y tomó su brazo para evitar que cayera, Samantha no supo si eso le ayudaba o la dejaba peor de lo que estaba, pero al sentir la respiración de Mónica cerca de su rostro supo lo que iba a suceder.

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⏰ Última actualización: Aug 01, 2021 ⏰

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