5: Empresarios.

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Para los dos aquellas juntas eran demasiado odiosas. Sobre todo por la imagen que debían mantener ante las personas, la cual era, por demás, equivocada.

Sin embargo tenían que hacerlo, pues su trabajo era demasiado importante como para que lo echaran a perder con un paso en falso.

Ambos lo sabían, la situación poco a poco estaba cambiando y ya nada más era cuestión de tiempo para que pudieran ser ellos mismos ante los demás.

Así que, con esa esperanza en sus mentes, México y Estados Unidos se prepararon una vez más para asistir a esas aburridas reuniones.

México estaba emocionado, y le costaba mantenerse tranquilo cada vez más cuando se subió al automóvil que lo llevaría al punto de encuentro con los demás empresarios.

Estados Unidos, por su lado, ya se encontraba en el dicho lugar, sentado en un largo escritorio mientras se perdía en sus pensamientos, tratando de alguna manera matar el tiempo hasta que llegara el otro chico.

Finalmente el mexicano había llegado, por lo al estar frente a la puerta principal adoptó su, para nada característico, rostro serio, tomando de igual manera el portafolio que le extendía su acompañante.

Aquel lugar era, sin dudarlo, el mejor hotel de la región, elegante, tranquilo, relajante y bastante espacioso, sumándole además de que el personal era muy amable y servicial.

Se dirigieron al elevador sin siquiera pararse en la recepción, y es que ya no hacía falta. Todos ahí sabían el porqué de la presencia del latino, así que no había ningún problema en acceder al edificio.

Llegaron a la oficina que el personal del hotel había designado para su junta, y al acercarse México tocó con suavidad la puerta, obteniendo un firme "adelante" del otro lado.

Al entrar pudieron notar a distintas personas sentadas en los asientos del mismo escritorio donde esperaba paciente el estadounidense.

--Buen día a todos.

El saludo fue correspondido respectivamente por cada persona que se encontraba dentro, excepto por el rubio, quien se levantó y se puso frente al latino.

--It's good to see you again, Mexico. (Es bueno volver a verte, México)

--USA, que bien te ves. Bastante alimentado.

Las manos de ambos hombres se estrecharon con fuerza, y más de parte del anglosajón al escuchar al contrario.

--Well, when there is something to eat, then you have to take advantage of it, don't you think? (Bueno, cuando hay algo de comer, entonces hay que aprovecharlo, ¿No crees?)

--Oh, totalmente de acuerdo, pero tampoco es para abusar, luego puede caer mal tanta comida.

Un ligero tic se hizo presente en el ojo del americano, e ignorando el último comentario simplemente se dio la vuelta y regresó a su lugar. México también caminó con una sonrisa triunfante a la silla que estaba en el otro extremo del escritorio, quedando frente a frente con el estadounidense.

Los demás presentes simplemente retuvieron un suspiro de resignación. Todas las juntas era lo mismo, la rivalidad que había entre ellos dos era notable hasta por el más idiota.

--Bueno, empecemos con esto.-- Habló el mexicano mientras les dedicaba una pequeña sonrisita alegre.

Comenzaron entonces con el tema por el que estaban ahí: sus empresas. Tanto México como Estados Unidos habían comenzado con su negocio de bienes raíces desde temprana edad, los dos se esforzaron en su momento logrando que a los pocos años sus empresas lideraran la lista de las más importantes en su categoría.

USAMex Week.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora