¿Qué es esta locura? Ni yo lo sé. Esto no es solo un fanfic, sino una colección. Habrá One Shots e historias cortas o medianas, siempre protagonizadas por Juliana y Valentina, pero en distintos universos. Por lo general, serán tramas de fantasía o c...
Primer reto del Juliantina FanFic Challenge: Fuera de Servicio.
Juliana y Valentina son las dos jóvenes promesas de su estudio de abogados. Una, parece tener todas las de ganar en camino a convertirse en la próxima asociada de la firma porque, claro, comparte el apellido de sus fundadores. La otra, está dispuesta a dar batalla aunque no sea parte de la familia. Aunque se tratan con cordialidad, no se soportan. Pero eso tendrá que cambiar cuando Eva Carvajal, la actual jefa de ambas y hermana de Valentina, decide que deberán trabajar juntas.
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Valentina pestañeó varias veces, como intentando despertarse de un sueño. O, en ese caso, una pesadilla. Es que, eso debía ser lo que estaba viviendo. No había forma de que las palabras que acababa de oír fueran reales. Era imposible. O tal vez era una broma. Sí, eso debía ser. No era como si su hermana fuera famosa por ser una bromista ni mucho menos, pero esa era la única explicación lógica que le encontraba a toda aquella situación.
Sin embargo, la expresión en el rostro de Eva no dejaba lugar a duda de que estaba hablando en serio. Muy en serio. Y eso la hizo entrar en pánico. ¿Cómo podía pensar Evangelina que aquella propuesta podía ser una buena idea? Sabía muy bien que a su hermana mayor le encantaba desafiarla y colocarla en situaciones que representaran un reto para ella. Y, aunque cuando recién había fallecido su papá y la mayor de los Carvajal había tomado su lugar, le había costado acostumbrarse a sus exigencias, con el tiempo Valentina se había convertido en quien mejor lograba acatar sus órdenes y seguir sus lineamientos. Valentina se había ganado el título de la mejor interna de la firma en tan solo un año, y era una de las abogadas con un futuro más prometedor. Claro, ella y Juliana Valdés.
La sola mención de ese nombre en su cabeza le erizó la piel, y no se buena manera. Esa mujer la exasperaba como nadie. Se habían encontrado en la corte y en muchos enfrentamientos legales en los últimos meses, gracias que ambas representaban a las dos mejores firmas del país. Sin embargo, su hermana se había encargado de llevar a la morena a la empresa familiar con una oferta que no había podido rechazar. Obviamente, luego de que Valentina le dijera una y mil veces que no lo hiciera, que Juliana Valdés representaba todo lo contrario a ellos. Pero decirle que no a Eva había sido casi una provocación, una invitación a que hiciera exactamente lo contrario.
Y así se encontró, en los últimos meses, compartiendo el mismo piso con la persona que más detestaba en el universo. Cruzándola en los pasillos, en la sala de café, en juntas, reuniones y eventos. Pero Valentina era una verdadera profesional, y a pesar de esos aires de superioridad que apenas podía tolerar, ese tono soberbio con el que hablaba y la forma en que la miraba con desprecio, se había vuelto una experta en ignorar la existencia de Juliana Valdés.
