Día #6 "Magia"

273 32 10
                                    

Día #6 || Palabra #31 "Magia"

Advertencias: Nada malo, sorprendentemente. Este es un Hogwarts!AU. No lo menciono, pero aquí Angel es de Slytherin y Cherri de Gryffindor.

Notas: Agradezcan a mi internet por el retraso :)

.:::.

Mierda. Mierda. Mierda.

Ya es muy tarde. Es demasiado tarde ¡carajo!

Anthony da la vuelta en el pasillo, empujando a quien se le cruce en el camino y soltando maldiciones mientras corre a todo lo que dan sus piernas; el aire le falta y sus extremidades pican por el esfuerzo. Y aun así sabe que no va a llegar.

No recuerda precisamente quien diseñó Hogwarts (¿fueron los mismo fundadores? ¿O contrataron a un arquitecto? ¿Hay magos arquitectos?), pero en este momento le encantaría tener unas cuantas palabras con esa persona (o personas, como sea) y quizá darle un puñetazo en la cara, no importa si ya está muerto o no. ¿Por qué mierda se le había ocurrido hacer el castillo tan grande y confuso? ¿No podía apiadarse de los pobres estudiantes?

Y claro, como el idiota que es, justo hoy se le tenía que ocurrir quedarse dormido en la biblioteca. De todos los días, de todas las horas, justamente tenía que ser hoy.

"El profesor Alastor va a matarme" es lo último que piensa antes de llegar frente a frente con la puerta del aula; con el pulso zumbándole en los oídos y el corazón en la garganta, Anthony toca suavemente antes de abrir.

Todos sus compañeros ya están en el salón, preparando la poción secreta del día. Cruza miradas con su mejor amiga, Cherri, y la chica le hace una mueca que solo puede significar una cosa: Huye antes de que te decapiten y cuelguen tu cabeza en el Gran Comedor.

— ¡Ah! Señor Ragnatela, veo que ha decidido deleitarnos con su presencia. Muy amable de su parte — y la sonrisa que le dedica el profesor hace que le suenen todas las alarmas del cuerpo. — Pero me temo que esta es la cuarta vez que llega tarde, así que no puedo permitirle la entrada. Espere sentado fuera del aula, discutiremos su castigo al terminar la clase.

—Sí, profesor...- susurra derrotado, y sale del aula cerrando la puerta tras de sí.

.

La media hora que le queda a la clase se pasa extremadamente lento. Anthony decide que mientras tanto puede dibujar algo, y así lo hace, pero al final resulta que ha terminado dibujando a su querido profesor por decimoquinta vez y eso le hace cerrar el cuaderno de golpe.

De todas las hojas que ha usado en su libreta, más de la mitad están llenas de dibujos a medio terminar de Alastor, porque vamos, aunque el hombre sea un cabrón de primera eso no le quita lo estúpidamente atractivo que es, y además es un muy buen modelo (aunque no lo sepa). Él es la razón por la que Anthony está fallando pociones aun cuando los años anteriores había pasado con calificaciones excelentes.

Luego de una larga batalla contra sí mismo, Anthony decide continuar con su boceto, y mira como es su mala suerte que justo en ese momento empiezan a salir sus compañeros, soltando risitas y charlando entre ellos. Perfecto.

Con un suspiro, Tony se levanta del suelo y guarda sus cosas en la maleta, listo para afrontar otra semana más en detención, si es que le va bien.

Cherri se le acerca con el ceño fruncido.

— ¿Qué mierda paso Angie?

—Apreciaría mucho que no usara un lenguaje tan soez en mi presencia, Señorita.

Ambos dan un brinquito cuando la voz de Alastor los interrumpe.

—Lo siento, profesor. — se disculpa la chica.

—Ahora, si no le molesta, el Señor Ragnatela y yo tenemos un asunto que tratar.

—Uh, claro. Te veo al rato, bebé. – Cherri le golpea el brazo antes de irse.

Anthony se muerde el labio y trata de quitarse los nervios al entrar al aula, lo cual no funciona demasiado bien.

—Profesor, yo- — trata de explicar, más Alastor alza una mano, indicando silencio.

-No quiero oír tus excusas, Anthony. Tu castigo será limpiar todos los calderos por una semana, ¿entendido?

Tony siente que la mandíbula le llega hasta el suelo.

— ¿¡UNA SEMANA!? ¡Tienes que estar bromeando!

Alastor alza una ceja y su siempre presente sonrisa se afila.

— ¿Te gustaría que sean dos semanas?

El rubio ahoga un gemido y se lleva las manos al pelo.

—... Bien, como sea.

— ¡Excelente! Debo recoger unos papeles con la profesora Rosie, puedes empezar sin mí. – dice el hombre antes de salir del salón tarareando una tonada extraña.

Es ridículo como una persona tan maligna puede tener un rostro tan hermoso.

Con resignación, Anthony se dispone a comenzar con la limpieza de los calderos. No es hasta que va por el tercer caldero que nota algo extraño. Desconoce que maldita poción realizaron hoy, pero mientras más tiempo pasa, más fuerte se hace el olor; huele a café muggle (si, es diferente al café del mundo mágico), pino y un algo que no sabe distinguir pero inmediatamente le recuerda a Alastor.

Y oye, no es precisamente algo malo, pero al ir por el último caldero se empieza a sentir drogado por el olor. Es como estar entre los brazos de su profesor, con la nariz enterrada en su cuello, inhalando ese delicioso-

— ¿Anthony? ¿Estás bien? — está tan ido en su extraño viaje que le toma un momento enfocarse.

Uh. Al parecer Alastor regresó en el algún punto y él simplemente no lo notó, curioso, pues siempre nota la presencia del mayor.

— ¿Qué-? — pregunta, tambaleándose un poco, y se aclara la garganta para poder continuar. — ¿Qué estúpida poción hicieron hoy?

Alastor alza una ceja, claramente confundido.

—Amortentia. — dice simplemente y Anthony siente como se le va el color del rostro.

Amortentia. Lo que olio en los calderos fue- Putamierda.

—Anthony ¿te encuentras bien? Estás pálido. — el mayor hace ademan de acercarse a él, pero Tony se quita inmediatamente.

— ¡Estoy bien! Ya termine, me voy. — lo dice todo tan rápido que no sabe si Alastor alcanza a entender algo, pero el profesor no comenta nada, solo asiente y regresa a su escritorio.

El rubio recoge sus cosas con manos temblorosas y casi que huye del lugar.

Ya alejado del aula se deja caer contra la pared y se lleva las manos a la cara; por segunda vez en el día su corazón está palpitando como loco, y sus piernas se siente como gelatina, pero esta vez el correr no tiene nada que ver con su estado. Tiene ganas de darse cabezazos contra la pared.

Amor es una palabra demasiado grande para un adolescente como él.

Puta vida.

.::::.

Notas finales: Otra vez, no sé que sea esto, pero ahí esta ;u;


Easy to Love You || Fictober 2020 - RadioDustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora