Bailarina

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¿Qué podría salir mal de una noche de copas en el nuevo bar en Clapham? 

Harry, tomaría unas cuantas copas para celebrar con sus compañeros de trabajo el éxito de la última misión y luego iría a su apartamento que estaba cercano sin sentirse culpable por arruinarles la celebración.

Tal vez se pasó con los whiskys envejecidos, tal vez la euforia de ser promovido a Auror jefe de su escuadrón gracias al último encargo que les asignaron, o el ambiente del lugar que invitaba a emborracharse fue el causante de que perdiera la cuenta de la cantidad de alcohol que ingirió y es que cada compañero que estaba allí le había pedido beber una copa con él, siendo como era le fue casi imposible decirles que no.

Las posibilidades de que las cosas empezaran a salir mal empezaron a subir junto con las bailarinas que interrumpieron en el lugar, cada alma que se encontraba allí no podía quitarles la vista de encima mientras ejecutaban su coreografía, había algo en ellas que lograba atraer poderosamente la atención de los magos reunidos, entre los pocos pensamientos coherentes estuvo si aquello estaba bien, si había algún permiso que se otorgara para que usaran alguna poción o hechizo en las mujeres, porque no eran veelas, puede ser que ese fuera el motivo por el cual el lugar eran tan popular.

Harry dirigió otro pensamiento hacia Ron quién estaría en graves problemas cuando Hermione se enterara de su inusual celebración, con mujeres involucradas.

La bailarina que tenía a su alrededor no era su tipo actual, casi, casi le recordaba a su ex novia, pelirroja, grácil, esbelta, podía decir que era bella, pero no estaba interesado, debía tener más alcohol en sus venas del recomendado, pues le costaba detener los avances de la mujer. 

Y era difícil detenerla cuando su olor lo llamaba poderosamente, tenía un ligero toque de alguna fruta cítrica, mezclada con menta, cuero, almizcle, su olor era embriagador y único, sin pensarlo enterró su nariz en su cuello, pero la satisfacción que le producía olerla le duro poco.

Solo un relámpago pelirrojo de los cabellos ondeando lejos de la mujer lo hizo espabilarse, cuando intento enfocar su mirada, distinguió una agradable figura, estaba achinando sus ojos para ver mejor, en ese momento fueron aplastadas sobre el puente su nariz sus gafas, permitiéndole ver con claridad a Draco Malfoy el Inefable.

Habían invitado a varios compañeros para celebrar, pero Harry no esperaba que el estuviera en el grupo, era un hombre que no había perdido la arrogancia, ni el orgullo característico, seguía siendo el mismo Malfoy orgulloso de ser quien era que había conocido en Hogwarts.

Draco era solitario casi inalcanzable, no salía con compañeros de trabajo, no le gustaba estar rodeado de personas, pero había ido allí y ahora sus ojos grises lo estaban maldiciendo, a pesar de saber que no era posible podía ver la magia saliendo de ellos hacia el castigándolo. Tener pensamientos profundos mientras estaba borracho parecía ser algo que Harry podía hacer.

Estaba saliendo con Draco, pero no eran algo formal, su relación no tenía nombre aún, habían coincidido en una misión, aunque nunca entendió cuál era el propósito de Malfoy en ella, aquello les había ayudado a superar la rivalidad de sus años de colegio. Harry había encontrado una persona bastante agradable y muy inteligente bajo la máscara que solía llevar, y una cosa había llevado a la otra, se sentía cómodo en su presencia y a su alrededor.

—Es hora de irnos, Potter —Draco escupió las palabras hacía el, se veía que no tenía idea de que lo había llevado a rescatar al niño de oro. 

—No llegué contigo Draco, yo... yo me... —Su lengua se sentía pesada, Harry intentó ponerse de pie, trastabillando, pero aferrándose a la túnica de Draco para no caer, Draco olía delicioso, intentó llevar su nariz al cuello de él atraído por su olor, pero fue detenido lo que le hizo lloriquear levemente— ella olía a ti.

Eventos Afortunados (Drarry/Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora