FOTOGRAFIAS

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-Ser gay es normal-Hannah dio un sorbo a su café.

-Gracias por el apoyo, a los dos-Marcos perecía más tímido, menos seguro de sí mismo. 

Los dos le sonreímos, le tome su brazo como muestra de fortaleza, el me observo y retire mi mano con incomodidad, es cierto que varias cosas habían cambiado y esta era una de ellas, Marcos seguía siendo el pero sin serlo, cada vez que nos rozábamos o teníamos algún contacto visual me invadía cierta incomodidad, esto apestaba, no quería tener una amistad así.

-Sabes que estamos aquí para ti-dije con indiferencia.

-Lo sé-me sonrió.

-¿Qué te gusta de Ian?-soltó Hannah.

La pregunta hizo que me atragantará con el café, la fulmine con la mirada, sentí como mis mejillas se ponían coloradas, mire de reojo a Marcos, el parecía un jitomate total, trate de no soltar una risa, menuda situación, matare a Hannah, eso seguro.

-Pues… amm-Marcos estaba nervioso y eso se notaba a leguas.

-¡Oh vamos! No es para tanto chicos-se rio Hannah.

Conocía a Hannah desde hace años, y entendía que cuando hacia una pregunta con “seriedad” exigía una respuesta, y en caso de no dársela ahora estaría preguntando todo el día y la vida misma hasta obtener la respuesta, suspire buscando algún tema de conversación que la despistara, pero entendía que eso era imposible. 

-Su personalidad-comenzó a decir con la mirada en su café-. Y…

-Me tengo que ir-dije poniéndome de pie, tome mi mochila y salí de la cafetería escolar, podía sentir las miradas de los dos a mis espaldas, di un sorbo a mi café y lo tire en la basura.

Sea como sea, me resultaba raro e incomodo escuchar las razones por las que le gustaba a un chico, el pasillo estaba lleno de estudiantes riendo, chicos riéndose y dándose golpes amistosos.

Me metí en la camioneta, mi celular comenzó a sonar, era una llamada, conocía a la perfección aquel tono, era la canción “Hot N Cold” de Katy Perry, la favorita de Ashley, mire la pantalla de mi iPhone y la foto de Hannah apareció en ella, seguro me regañaría por mi aberrante comportamiento, pero no me sentía con ánimos de escuchar mas problemas, maneje sin rumbo por la carretera y me aleje de todo.   ****

 

Salí del auto y entre en la librería, el aroma a libro usado me embriago, siempre que estaba triste, enojado, nervioso o feliz, venia aquí, me ayudaba a aclarar mis ideas, nadie más que Ashley conocía este lugar, la había traído aquí en una ocasión, en aquél entonces me pareció fascínate compartirle este lugar, era como darle algo de mi ser a ella, algo que los dos podíamos compartir, un secreto más que solo serie de los dos.

-Apesta a ancianos aquí-había dicho.

-Es el aroma de los recuerdos, de la inmortalidad-dije asombrado.

-Si tú lo dices…

 

Nos sentamos en mi mesa favorita, una escondida entre estantería repletas de libros juveniles, siempre que venía aquí me gustaba tomar un libro de romance y leerlo, había uno que era mi favorito “El amor es igual” una novela trágica, dura y real sobre dos parejas, dos hombres y dos mujeres que se amaban con pasión, pero era imposible su relación, en aquel entonces el ser gay o lesbiana se veía como algo horrendo, un pecado, algunos eran sentenciados a cadena perpetua.

 

-Trágico y cruel… me gusta-dijo Ashley al escuchar mi pequeña reseña.

-Es más que eso, Ash, es pasión y amor verdadero.

-Puras estupideces, no existe el amor verdadero-menciono.

-No digas eso-la mire a los ojos, estábamos cerca el uno del otro-. Alguien te ama por ahí.

-Pues me gustaría saber quién es el afortunado.

 

Su expresión era fría y calculadora, con la guardia alta, era Ashley la chica más popular y segura que jamás conoceré, bella y directa, todos los hombres se morían por salir con ella, se acerco a mí y me dio un beso, sus cálidos labios pegados a los míos, el corazón me dio un vuelco, sorprendido la vi, ¡Me había besado!

 

-No podrás tener más besos así si sigue creyendo en el amor verdadero.

 

Anonadado le tome la mano y ella la retiro rápidamente, me estudio y la vergüenza me invadió, ¿A caso no le gustaba? Sus ojos reflejaron lastima por un momento.

 

-Lo siento, no eres mi tipo-dijo poniéndose de pie-. Vamos a tomar café, aquí apesta.

-Yo… claro, ya voy.

Volví a la realidad, la mesa estaba ahí frente a mí, “el amor verdadero no existe” me repetí, no podía gustarle a Marcos, era imposible, unas inmensas ganas de llorar me invadieron, <<Que idiota eres al pensar que alguien te puede querer, que a alguien le puedes gustar>>, ¡No! Eso era mentira, era lo que Ashley quería hacerme creer, pero ya no estaba mas aquí para humillarme, para hacerme menos, había cambiado desde su muerte, por un instante me sentí feliz de que al fin de había ido.

Me teléfono vibro, lo saque y leí el mensaje.

<< Amo las novelas de romance, te recomiendo el libro del estante 3B llamado “Verdades amorosas” lo vas a mar, pero apúrate antes de que alguien te lo gane.

 

-Besos y abrazos>>.

Esta librería estaba lejos de la ciudad, alguien me había seguido hasta aquí, mire en todas las direcciones esperando ver algún rostro conocido, pero nadie, la calle estaba vacía y la librería igual, comencé a buscar el libro, ahí estaba, corto son polvo, alguien lo había tomado y leído hace poco, leí la contraportada.

<<Un amor prohibido los une.

Un mismo  género y preferencia.

Pero el amor duele.

 

¿Realmente alguien puede amarse?>>

Alguien se estaba burlando de mi, una estúpida broma de mal gusto, estaba por acomodar el libro en su lugar pero un pedazo de papel cayó al suelo, lo levante, pero no era un papel sino una foto, en ella estábamos Marcos y yo besándonos, pero la foto había sido editada, parecía que yo lo estaba besando, con mi mano sobre su cuello, abrí el libro, había como mínimo veinte mas, en distintos tamaños, el corazón se me encogió, tome las fotos y salí de la librería. 

METAMORFOSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora