¿UN PESO MENOS?

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En medio de la fría y solitaria habitación busque el iPhone en mi pantalón, pero al sentirlo vacio recordé que me lo habían quitado antes de entrar en esta sala, tenia roto el saco y partes pequeñas del pantalón a causa de los cristales rotos.

                       

Podía ver mi nervioso reflejo en el vidrio de enfrente, no podía ver que había más allá de esta sala y me aterraba la idea de poder descubrirlo, Hannah estaba en algún lugar de la comisaria contando su versión de la historia ¿Diría que yo la induje a eso? ¿Qué yo le obligue a entrar en una casa ajena? Como sea, yo tenía la culpa de esto, así que no podía molestarme en el caso de que dijera todo.

La puerta se abrió sacándome de mis pensamientos, Hannah estaba ahí, con su peinado arruinado y su vestido sucio y roto en algunas partes, sus ojos revelaban una pisca de miedo pero pronto la sustituyo por una seguridad increíble, así era ella, podía ocultar cosas increíblemente bien, un oficial entro después y me hizo una seña para me pusiera de pie, camine a la salida, al pasar al lado de Hannah ella me guiño el ojo ¿Qué significaba aquello? No pude preguntar porque el oficial cerró la puerta.

La comisaria parecía un laberinto increíble, sin embargo los policías se movían de aquí para allá sin problemas, entre en otra sala un poco más amplia que la anterior, había una mujer con un traje sentada en una amplia mesa, al verme me señalo una silla frente a ella y tome asiento.

-¿Ian no es así?-su voz era fuerte pero con un tono dulce.

-Si-afirme tratando de ocultar los nervios que crecían en mí ser.

-Muy bien, por favor nárrame lo que sucedió, te recomiendo que no mientas, se detectar cuando alguien lo hace-me sonrió.

Si esa sonrisa quería transmitirme confianza definitivamente no lo hacía, respire hondo y mire mis manos, tenía dos opciones: A) Decir la verdad, contar todo sobre los mensajes y los errores que cometí en el pasado o B) Fingir una historia que tratara de ser creíble.

-Pues… Hannah y yo habíamos ido a la fiesta de fin de curso de la escuela, pero simplemente nos agotamos y decidimos volver a casa-levante la mirada para estudiar su expresión que era aterradoramente la misma-. Iba manejando y pase por la casa de la señora Green, escuchamos un ruido extraño y decidimos parar para ver si estaba todo en orden… la puerta estaba abierta cuando llegamos así que entramos, no estuvimos mucho tiempo dentro cuando alguien comenzó a disparar hacia las ventanas, tratamos de salir pero los oficiales nos trajeron aquí. 

Nada, solo el sonido de fondo del aire acondicionado, sus enormes ojos cafés me estudiaban decidiendo si creerme o no,  ¿Qué le habría dicho Hannah? ¿Sabrá que le mentí descaradamente? En primer lugar ¿Por qué le había mentido? Por miedo.

Antes de que la oficial pudiera decir algo otro policía entro irrumpiendo con el incomodo silencio que inundaba la habitación.

-La señora Green quiere hablar con usted oficial-se me hizo un nudo en la garganta al saber que la señora Green estaba aquí. 

Salió de la sala dejándome solo una vez más, ¿Me encerrarían? Era  lo más seguro, el corazón me latió con fuerza, quería saber qué hora era pero no tenía nada con que hacerlo, me habían quitado mi reloj de mano, mi celular, las llaves de mi carro el cual había abandonado a unas cuadras de la casa de Ashley.

****

Pasaron varios minutos y el oficial abrió la puerta, sus ojos revelaban que estaba agotado, lo mire esperando que me pusiera las esposas una vez mas y me encerrara en una fría y solitaria celda, rodeado de personas que habían cometido actos ilegales, incluso matado a personas.

-Ya te puedes ir-escuchar esas palabras fue como viajas al cielo mismo.

-¿Qué…?-dije tratando de ocultar mi incredulidad.

-Lo que oíste, recoge tus cosas a la entrada.

Dudoso de que fuera una broma de mal gusto salí de la sala, pero nadie me esperaba con esposas ni nada, me tope a Hannah que estaba igual de sorprendida que yo, caminamos juntos por el amplio y luminoso pasillo sin cruzar palabra alguna, llegamos a la salida y vi a la madre de Ashley de pie, nos observo y sentí que se lanzaría sobre nosotros, se acerco con calma.

-¿Están bien chicos?-pregunto con calma.

-Esto… si-dije.

-Señora Green, lamentamos lo de su hogar, creímos que corría peligro.

-Tranquilos, han encontrado pruebas de que había alguien dentro de la casa antes que ustedes, después de todo tal vez no este tan segura como había creído.

-¿Alguien se metió a robarle?-pregunte incrédulo-. ¿Quién haría algo eso?

-Te sorprendería la maldad que puede encontrarse en las personas, vallan a sus casas y descansen, por favor cuídense-nos sonrió.

-¿Dónde se quedaran?-pregunte.

-Pensábamos mudarnos así que tenemos una casa lejos de aquí, ahí nos quedaremos.

Un oficial se acerco a la señora Green y comenzaron a platicar, Hannah y yo nos alejamos y tomamos nuestras pertenencias, salimos y el frio aire me tomo desprevenido.

Entonces lo vi, tan guapo como siempre, sin pensarlo corrí hacia él, Marcos me recibió en sus cálidos y fuertes brazos, inhalé su aroma, por un instante habría jurado que no volvería a verlo, me levanto la cara y me beso con fuerza, un cosquilleo me recorrió entero, sus labios recorrieron los míos con intensidad, podía sentí que el corazón se me detenía.

-Mmm… ¿Hola?-dijo Hannah claramente incomoda detrás de nosotros, me separe incomodo de Marcos.

-Lo siendo-dije apenado.

-Descuida-dijo Hannah.

-¿Por qué tienes una camioneta negra?-dije al ver que era la misma camioneta en la que lo había visto manejar.

-¡Sorpresa! ¿Recuerdas que quería un auto nuevo? Pues lo compre y no quería mostrártelo hasta que se terminara el baile, fui por ella cundo me aleje para ir por las bebidas, y fue entonces cuando recibí el mensaje de Hannah.

-¡Dios, pero qué bien!-lo abrace.

Entonces recordé la hoja que habíamos tomado de la casa de la señora Green, le arrebate la bolsa a Hannah y comencé a inspeccionarla.

-Si un hombre vuelve a tomar mi bolsa de esa manera tendré que usar mis uñas-dijo indignada.

-No puede ser.

-¿Qué ocurre?-pregunto Marcos.

-La hoja… la hoja que robamos, no está-levante la mirada y vi a Marcos que parecía confundido.

El aire comenzó a agotarse en mi interior, seguramente los oficiales tendrían la hoja, pero en ese caso ¿Por qué nos habrían dejado ir?

METAMORFOSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora