18.- Detenerlo

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Dylan

—¿por qué piensas que yo voy a ayudarte?

—por favor Damián, eres el único en quien puedo confiar ahora

—me estás pidiendo lo imposible

—sé que tú puedes dar con ese imbécil, lo único que quiero es que deje a Sophia fuera de esto

—no quiero defenderlo, pero sabes bien quién puso en esto a Sophia

—no fue mi culpa, Michael la quería aquí y creí que podría controlar el rumbo de las cosas; además, no tengo la culpa de enamorarme

—bien, te ayudaré, pero tú mantente cerca de ella para aplazar el plan de Gabriel

—eso lo haré aunque no me lo pidas

—suerte

—gracias

Había pensado en renunciar a Sophia cuando la traje a Italia, no quería involucrarme nuevamente en un mundo tan vil como en el que viví por diecisiete años. Sin embargo, lo que pasó anoche entre Sophia me ha hecho darme cuenta de que no va a ser nada fácil abandonarla ni mucho menos sacarla de mi cabeza; así que la única forma de evitar que Gabriel cometa otra estupidez en mi contra, es detenerlo en acción y lamentablemente para ello necesito a Sophia de carnada.

Sophia

Aunque me gustaría volver al hotel caminando, aún no me sé la ruta y la mejor opción que tengo por ahora es pedir un taxi.

—creí que Dylan te ayudaría a ubicarte

Gabriel aparece a mi lado en cuanto salgo de la empresa.

—Gabriel, Dylan ya me ha mostrado el lugar, pero no quiero llegar tarde a casa

—sólo recuerdale a Dylan no dejarte sola como lo hizo con la pobre Séléne

Subo al taxi y la sonrisa de Gabriel al verlo se graba en mi mente.
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Al llegar al hotel me doy cuenta de que Dylan no está, así que tomo una muda de ropa de mi maleta y me dirijo al baño para cambiarme el vestido por un short y una blusa ligera.

—¿Sophia?

—estoy en el baño

—bien, te espero en el balcón

—claro

Termino de hacerme la trenza y salgo del baño. En el balcón Dylan se encuentra sentado observando su celular.

—¿todo bien? – levanta la vista

—¿Gabriel te ha buscado?

—me he topado con él al salir de la empresa

—¿y qué ha hecho?

—me pidió que te recordara que no debes dejarme sola como a la pobre de Séléne

—ese idiota – se pone de pie y arroja su celular a la cama – está provocándome

—hagamos lo mismo

—¿qué?

—no quieres que me pase lo mismo que a Séléne ni nada peor, así que debemos detenerlo

...

Enamorada de Él💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora