La visita inesperada ♡

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CAPÍTULO 11🥀

Di vueltas sobre la cama sin poder pegar ojo durante hora y media. La imagen de Max y la chica rubia perforando mi mente, impidiéndome dormir y haciendo que el insomnio se abriese paso.

Me senté en la cama y miré la hora en mi móvil. Eran las cuatro de la mañana aún. Pase los dedos por mi alborotado pelo, desenredándolo.

Ya estaba acostumbrada a esto, pero volver a vivirlo después de un año de tranquilidad volvía a ponerme en una cuerda floja.

Jugué con las menos sobre mi regazo y suspiré derrotada. Habían pasado tres años, ¿por que me afectaba tanto que tuviese novia? Al fin y al cabo, era normal, el ya había hecho su vida, desde hace bastante tiempo.

Ese era el problema, que el siguió su camino, pero yo me quedé estancada en el mío, con esperanza de que él volviese. Pero no fue así y me había dado cuenta de ello, así que me tocaría hacer lo mismo.

Estar dos horas tratando de dormir y no poder me estaba volviendo loca. ¿Por que tenia que tener tanto efecto en mi? ¿Por que no podía afrontar que el era feliz?

Porque sigues enamorada de él.

Reprochó mi cabeza.

Apreté los labios conteniendo mi impotencia. Estaba harta.

Le sacaría de mi cabeza de una forma o de otra.

Rendida, haciendo que mi vocecita interior se callase, me levanté de la cama. Arreglé mi camiseta blanca y cogí la tarjeta de la habitación de Emma. Me arrastré por el pasillo como un zombie, sin importarme qué alguien pudiese verme, aunque lo dudaba bastante. La poca gente que me vería serían borrachos que no se acordarían de mi. Tal ves incluso pudiesen sacarme una sonrisa cuando se asustasen al verme por los pasillos del hotel como un fantasma.

Sería como La Llorona, si, esa película de terror que con sus gritos te hicieron replantearte ir a un manicomio de lo trastornado que quedaste, esa. Vagando por el hotel como un fantasma con ansias de sed y venganza... ya me lo estaba imaginando: "Fantasma en un hotel después de enterarse que el amor de su vida no le correspondía".

En serio, me estaba empezando a replantear volver a mi habitación y coger un camisón de largo hasta el suelo. Total, el maquillaje y el peinado no me hacía falta, ya los tenía. Solo tenia que poner mi cara de loca y seguro que a mas de un borrado le causaría un ataque al corazón al verme. Sería épico.

Alargué mis manos e hice el movimiento de zombies. Espera, ¿no se suponía que era un fantasma? ¿Ahora de repente era un zombie? De verdad, mis neuronas no daban para mucho en este momento. Pues nada, a lo Walking Dead.

Hice un bailecito y me empecé a reír. Ahora mismo no me venía nada más hacer esta clase de tonterías de camino a la habitación de Emma.

Sin planearlo, la puerta de los ascensores sonó y me sorprendí. ¿El universo había escuchado mis pensamientos y me envió a esas pobres víctimas para ser protagonistas de una broma?

Unas risas escandalosas se escucharon cuando las puertas se abrieron y enseguida se debilitaron cuando dieron unos cuantos pasos, lejos de mi, pero no lo suficiente.

Con mis manos colgando, decidí voltear la cabeza sin hacer nada. Vi a dos chicas con los ojos abiertos mirándome, la desorientación grabada en sus rostros. Dudaron de seguir caminando, parándose a la vez.

La chica del vestido rojo [MY LIFE AFTER HIM] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora