N I N E T E E N

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"Busca el valle, el valle Tae"

Fue lo último que escuchó de su madre.

"No sé que pasa, las heridas no sanan" escuchó la voz de una mujer a lo lejos.

"Eran balas de plata, no sabemos cuánto tiempo estuvieron dentro de su cuerpo antes de encontrarlo" le respondió la voz de un hombre.

"No, es extraño en el día cicatrizan, pero en la noche se vuelven a abrir" la mujer se quedó en silencio unos momentos "Es como si el no quisiera sanar"

"No digas ridiculeces Eunha, quién en este mundo no querría sanar luego de vivir algo así"

Ese era Taehyung.

Ni siquiera intentó abrir los ojos al escuchar voces, no sabía donde estaba y no tenía la más mínima intención de saber. Solo quería morir.

Su cabeza solo reproducía la imagen de su madre siéndole arrebatada, ella como pudo se soltó del agarre de unos betas, abrazó al gran lobo por el cuello "Busca el valle, el valle Tae" fue lo último que escuchó cuando otro fuerte disparo lo hirió, su madre lo soltó para así lanzarle al beta que disparaba, por una fracción de segundo se miraron, con eso se dijeron todo.

El gran lobo azabache aulló y comenzó a correr, podía sentir como balas rozaban su pelaje y como otras entraban en sus muslos y pecho. A lo lejos divisó un río y sin pensarlo se lanzó a él.

Era lo último que recordaba claramente. Tenía pequeños destellos de como su lobo caminaba buscando la vieja cabaña de su abuelo, por momentos todo era oscuro.
Cuando logró llegar al valle, vio a lo lejos la pequeña cabaña, no alcanzó a acercarse ya que se había desmayado.

No supo cuantos días había estado durmiendo, o como su tía Eunha le había dicho inconsciente. Ella se encargó de cuidarlo, en ocasiones era visitado por el alfa de ella.

Podía sentir la frustración de la omega al ver como el alfa no sanaba, todos los días tenían que cambiar las vendas y bajarle la fiebre, no podían exponerse a llamar algún doctor, así que todos los días lidiaban con el miedo de perderlo.

Claramente ni las mejores vendas y medicamentos podían sanar el herido corazón de Taehyung.

Porque el había decido intentarlo una vez más, había decido creer. Sin pensarlo se lanzó dentro de esos enormes ojitos de galaxia, se abrazó a ese cálido aroma, no creyendo que al lanzarse a él este no lo recibiría con sus brazos abiertos, si no que sería lanzado a un enorme y oscuro vacío.

Vacío.

Así se sentía.

Aunque todo los días quería morir, su lobo quería vivir. Era un sentimiento doloroso, sentía como ambas partes peleaban entre sí, algo que nunca le había pasado. Cansado de batallar decidió ceder.

Cerca de dos meses después se encontraba totalmente sano, quizás por fuera, ya que por dentro seguía cargando ese enorme dolor que día tras día se transformaba en resentimiento y amargura. Su único método de escape era el ejercitar su cuerpo.

Todas las mañanas salía a correr por el lugar, su tía se había cansado de insistirle que no lo hiciera, ya que alguien lo podría ver y sería una situación incómoda, cosa que Taehyung ignoró.

Lentamente el cuerpo del alfa se transformó, la imagen sofisticada del alfa cambiando por una fornida, su espalda ancha siendo aún más ancha, sus brazos engrosando y la cabellera azabache cubriéndole el rostro.

"¿Crees estar listo?" le preguntó su tía mientras tomaba una sopa.

Sus tíos y él se encontraban sentados en la mesa cenando.

Camouflage / Omegaverse / Taekook ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora