Camouflage / Omegaverse / Taekook ²

O N E

Los dos pequeños niños se encontraban en el oscuro bosque.
La Luna estaba presente.

El mayor, pero mas pequeño miraba hacia todos lados, mostrando así su nerviosismo frente a la situación. Claramente habían salido sin permiso de sus padres.
Su amigo, el pequeño azabache era muy persuasivo cuando se trataba de salir a escondidas, Park Jimin siempre terminaba haciendo lo que Kim Taehyung decía.

El pequeño rubio de ojos azules tocaba sus manos frenéticamente "¿Estás seguro de esto? La última vez no salió nada bien" le dijo a su amigo.
"Tranquilo, esta vez lo mantendré a raya, sostén esto" Le respondió el chico mientras rápidamente quitaba cada una de sus prendas pasándoselas a su pequeño amigo, mientras el otro miraba hacia un costado.

Una vez ya desnudo el pequeño y alto azabache se sentó en el piso cerrando los ojos, comenzó a respirar lentamente mientras con su dedos tocaba el húmedo y frío pasto. Su respiración comenzó a agitarse, su olfato a agudizarse y su vista a alargarse. Sintió como cada hueso se transformaba y tuvo la necesidad de caminar en 4 patas, miró hacia abajo, la transformación ya estaba lista. 

Había mutado.

Miró al pequeño que estaba a su lado mirando hacia el costado, con el hocico le golpeó el hombro, Jimin lo miró y sus ojos se abrieron "Dios mío Tae, eres más alto que la última vez" el pequeño lobo negro de ojos verdes le volvió a golpear el hombro al pequeño rubio, Jimin sonrió "Esta vez lo estás manejando bien, lo estás controlando no?" 

Al escuchar eso Taehyung se sintió orgulloso de su logro, tenía 12 años y ya estaba mutando sin que nadie le hubiese enseñado, estaba dominando a su lobo. Si sus padres lo vieran estarían orgullosos. Esta vez todo estaba saliendo bien, Taehyung había dominado a su lobo.

De un momento a otro, el pequeño lobo comenzó a mover la cabeza, Jimin que lo miraba con una sonrisa al ver la situación se preocupó "Tae, escúchame puedes hacerlo" le decía preocupado. Pero Taehyung ya no estaba, su pequeño lobo nuevamente había tomado el control de él. Rápidamente el lobo comenzó a correr adentrándose al bosque.

El pequeño lobo azabache corría sin cansarse lejos de todo. Por momentos se acostaba y revolcaba en el húmedo y frío pasto empapado de rocío. Miraba las plantas y las que le parecían llamativas las comía y cuando no le gustaba su sabor las escupía. 

Siguió corriendo, para el pequeño lobo el tiempo no existía. De un momento sintió sed, decidió seguir su instinto para buscar algún arroyo que pudiera saciar esta.

Caminó por algunos momentos, escuchó ruido de agua a lo lejos, su corazón saltó y se dirigió en esa dirección. De un momento a otro sintió su corazón apretarse, comenzó a correr en la dirección que este le indicaba, llegando a un pequeño arroyo rodeado de árboles. Se detuvo al ver a un pequeño lobo gris acostado junto al arroyo.

Se acercó y notó que este pequeño lobo dormía. Se sentó a su lado con la intención de velar su sueño, la sed se le había ido.

Miró hacia el cielo y vió las estrellas, miró la Luna que tenía pequeños destellos naranjas, sintió que ésta lo miraba. Hoy la Luna estaba más grande e intensa de lo habitual.

Miró hacia su costado y notó como el pequeño lobo gris lo miraba, éste se quedó mirando esos grandes ojos púrpuras. Se acercó un poco, de inmediato el lobo gris se puso de pie, acto que el azabache imitó. Cada movimiento que el azabache hacía, rápidamente era imitado por el pequeño lobo gris.

El lobo azabache se acercó a olfatear al gris, este último dando un gran salto hacia atrás en señal de querer jugar. El azabache ladeó la cabeza, el gris volvió a saltar pero en la misma posición, miró al lobo azabache y comenzó a mover la nariz. Rápidamente se acercó al azabache y sin pudor alguno y comenzó a olfatearlo. Algo en el pequeño lobo se encendió, siguió olfateando y no satisfecho con esto comenzó a darle pequeñas lamidas en la oreja y en el torso del azabache, éste solo miraba la Luna y disfrutaba de los mimos del lobo gris.