Encontrarla la primera vez no había sido demasiado difícil, las migajas que había plantado por el mundo formadas a partir de su magia personal, no eran otra cosa más que claras invitaciones, para todos aquellos que lograran comprender el tipo de conocimiento incrustado en el ambiente donde ella había desplegado su poder. Naturalmente, mi interés en ella nunca hubiese comenzado sin aquellos sueños crípticos, es allí donde el misterio se revela, aquella mujer no era una creación onírica cualquiera, era una Singularidad, la fuerza para crear milagros. Un conocimiento antiguo que se traslada al tiempo donde los seres (humanos) aún convivían con las divinidades, un conocimiento que se supone es, actualmente, imposible de alcanzar para cualquiera que no provenga de ese tiempo o que no porte el linaje adecuado.
Nuestro primer encuentro había sido uno bastante sencillo, pero que a pesar de su simplicidad esta parecía haber sido preescrita en el destino, lo cual le dotaba de un cierto aire de misticismo y control a la de por sí irreal situación. Cuando finalmente la hallé, ella se encontraba en una de las tantas cafeterías existentes en el centro de París, degustando un líquido oscuro el cual hacía años no probaba mi paladar. Parecía esperar la llegada de alguien, posiblemente la mía, como si ella tuviese conocimiento de mi búsqueda, o de tal encuentro futuro mucho antes de que sucediera. Pero eso era imposible, no había forma de que ella pudiera lograr hacer algo así, en cualquier caso todo era fantasioso y además la poderosa razón que me impulsó a conocerla es que compartimos la misma misión: "La conquista del mundo".
He de recalcar que mi naturaleza desde sus inicios ha sido una que siempre ha seguido el misterio de lo impredecible, de lo que está fuera de la comprensión o del control, y esto naturalmente llevó a afinar mis instinto, el cual permitía vislumbrar las diferencias entre lo falso y lo real. Y el carácter tan "humano" que ella transmitía, me parecía por completo surreal. Ella disfrutaba de verdad todo los eventos que a su alrededor acontecían, cada uno de ellos para ella eran como... un tipo de suceso imposible de repetir. Se fascinaba con las reacciones que mostraba, y sonreía y expresaba de una manera demasiado natural, carente de mascaras. Las mismas acciones que realiza un moribundo, sabiendo que su vida está en contra tiempo y por ello disfrutar sin reserva alguna.
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Escritos lésbicos delirantes
RomanceEscritos emanados desde lo más profundo de mis sueños y pensamientos, así mi consciencia percibe esos sentimientos y experiencias. En este caso estarán dedicadas a la feminidad misma, al amor puro y a una Diosa, usando las estructuras simbólicas más...