¤◎¤ Capítulo 1 ¤◎¤

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Las figuras de contornos hechas con tiza a veces afectaban a Marinette.

Se veían tan frías y analíticas; reduciendo a las personas a solo una mancha en el suelo, no más importante que un recuerdo que estaba destinado a ser empujado al fondo de un cajón y luego olvidado. Pero era parte del trabajo, aun si era su parte menos favorita.

—¿Detective?

Marinette giró, pasando una mano por su largo y oscuro cabello en un intento por hacerse más presentable mientras Nino, su jefe, se acercaba a ella. Había sido llamada muy de súbito a tempranas horas de la mañana para ir a una escena de crimen, así que no estaba en el mejor de sus estados, pero a Nino no pareció molestarle. Los hombros del castaño estaban tensos y su mentón estaba apretado mientras miraba el contorno del cuerpo de Kim Le Chien que había sido dibujada en el suelo, y Marinette de inmediato supo, aun sin preguntar, lo que había pasado.

—Fue El Dragón.— Nino dijo.

El nombre envió escalofríos por el cuerpo de Marinette, inyectando miedo en su estómago y poniéndole la piel de gallina mientras mantenía su expresión perfectamente seria y controlada.

No le temes al Dragón.

Se dijo a sí misma. No le temía porque toda la existencia del Dragón estaba hecha por una leyenda, y él era solo un hombre; nada más.

Nada más.

—¿Estás seguro?— le preguntó a Nino, sin apartar los ojos de cuerpo de Kim. Era realmente una vista macabra. Por lo que podía saber, Kim había sido encerrado en el estudio y luego quemado vivo; le había hecho sentir cada aspecto de la agonizante muerte a la que había sido sentenciado mientras la carne se derretía de sus huesos y sus órganos eran cocinados desde adentro. Marinette había tenido que resistir las ganas de vomitar.

Nino asintió.

—Dejó su marca,— señaló con un dedo hacia la mesa al otro lado del estudio y Marinette vio lo que parecía ser una marca en el perfecto mármol de la superficie. Pero mientras se acercaba más, pudo ver que estaba errada en su deducción inicial, porque no era una marca.

No, era una quemadura – una quemadura en forma de un Dragón. De súbito su boca se sintió seca.

La escena del crimen estuvo cerrada después de eso. Nino quería terminarlo lo más pronto posible porque dijo que mientras menos cubriera la prensa, mejor. Habían mantenido en silencio el asunto del Dragón hasta ahora, sin querer causar caos innecesario en las calles, y por eso todo ello permanecía clasificado. De hecho, la única razón por la que Marinette lo sabía era porque Nino se lo había confiado – aún no estaba segura de por qué. De cualquier modo, la cosa con este caso era que Kim Le Chien aparentemente había sido un pez gordo con muchas conexiones. Así que si la prensa se enteraba del Dragón, la información se regaría como pólvora.

Esto era algo grande.

Por ello, era entendible que cuando Nino le dijo que había estado trabajando en el caso, Marinette se ahogara con su café.

Flashback

Se había enterado del Dragón hace solo unas semanas, cuando Nino la había llamado a su oficina, cerrado la puerta, y extendido un archivo clasificado. Marinette se había estado preguntando si tenía autorización de abrir dicho archivo, pero Nino le habían incitado a leerlo. Y eso había hecho.

Dentro, encontró una pesadilla de proporciones que no había creído posible. Un asesino serial, que parecía tener poderes sobrenaturales, llamado El Dragón; llamado así por su afinidad por asesinar a la mayoría, si no es que a todas, de sus víctimas con fuego. Así es como se creó la leyenda de sus súper poderes, porque nadie que lo haya visto – y vivido – había dicho que usara un encendedor o cerillos o algún tipo de arma que iniciara el fuego. De hecho, había unas cuantas personas que decían que solo chasqueaba sus dedos y creaba una flama de la nada.

Dragon de feu (Dragón de fuego) (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora